Mientras la jerarquía de la Fuerza Armada tiene un discurso que no se corresponde con la situación económica o social, la crisis arropa a la institución castrense. Es tan risible el sueldo como las pensiones, que apenas pueden alcanzar para cubrir algunos alimentos
Sebastiana
Barráez/ lunes 9 de noviembre 2020
@SebastianaB
El grado militar más alto de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana es el de General o Almirante en Jefe, que tienen, entre otros, el Ministro de la Defensa Vladimir Padrino López y el Comandante Estratégico Operacional Remigio Ceballos Ichaso. Con el nuevo tabulador que rige la institución a partir del 01 de noviembre un oficial de ese rango recibirá, si tiene uno o dos años de antigüedad, entre 8.959.200 o 9.012.000 bolívares (un poquito más de 17 dólares americanos según el mercado no oficial), incluidos el sueldo básico y las primas por antigüedad, por hijos y profesionalización, además del Factor Multiplicador.
Ceballos promoción
Contralmirante Agustín Armario González 1985, donde ocupó el séptimo lugar, sí
entra en los 33 años de vida activa, pero aun así debió pasar a retiro hace dos
años.
El resto del generalato
gana, con el aumento, lo siguiente: un Mayor General o Almirante, no más de Bs.
8 millones 853 mil (17 dólares); general de división con el mayor número de
años Bs. 8 millones 721 mil (17.7 dólares): y el general de brigada o
contralmirante 8 millones 61 mil bolívares (15,5 dólares).
Un coronel o capitán de
navío, con el máximo de 28 años de servicio, cuatro de antigüedad en el grado, recibirá
de salario integral 7 millones 834 mil bolívares (15 dólares).
En el caso del teniente coronel o capitán de fragata, que tenga entre 18 a 23 años de servicio, 12.6 a 13.7 dólares. Para un mayor o capitán de corbeta, con 14 a 18 años de servicios, podrá recibir entre 11 a 12.2 dólares.
En el caso de los
Oficiales Subalternos si es un capitán de la GNB o el Ejército o teniente de
navío con 9 a 13 años de servicio, su salario integral es de 9.2 a 10 dólares
mensuales.
En el caso del Primer Teniente o Teniente de Fragata en la Armada, con 4 a 8 años de servicio, podrá recibir entre USD 8.1 a 8.9; finalmente si es Teniente o Teniente de Corbeta o Alférez de Navío como lo llaman ahora con la modificación de la Ley de la Fuerza Armada, podrá recibir entre 3 millones 911 mil a 4 millones 86 bolívares (7.5 a 7.8 dólares americanos).
Lo único que les varía
un poco los montos recibidos son los bonos que se los asignan según alguna
ocasión o cuando a Nicolás Maduro le parece bien.
Lo que está atravesando
la Fuerza Armada Nacional venezolana, tanto oficiales activos como en reserva
activa, es inaudito. Es tan risible el sueldo como las pensiones, que apenas
pueden alcanzar para cubrir algunos alimentos.
En el caso del
generalato y almirantazgo hay quejas internas, pero en la tropa profesional o
alistada es un alarido, que lleva a que los más inmorales obtén por
extorsionar, cometer delitos, narcotráfico, secuestros robos y atracos.
Mientras la jerarquía
militar tiene un discurso floreado que para nada se corresponde con la
realidad, ni con la situación económica o social del militar ni el apresto
operacional de las unidades militares, la crisis arropa a la institución
castrense.
Veamos esta dicotomía. El
Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA) ofrece que, para
participar en la rifa navideña, debe haber hecho una compra superior a 3
millones de bolívares (poco menos de 6 dólares), que para un teniente es casi
la totalidad de su salario de un mes, incluyendo las primas de hijos,
profesionalización y antigüedad.
En realidad, en la
institución castrense saben que ningún oficial puede vivir con un salario de 6
dólares, mantener familia, hijos, pagar colegio, recreación, servicios públicos
y salud, porque con esos dólares ni siquiera le alcanza para que se alimente
una sola persona.
El 8 de noviembre el
Ministerio de la Defensa y el IPSFA anunciaron la celebración de las fiestas
navideñas, por lo que se dijo que depositarían a los militares dos meses
de aguinaldo más el incremento salarial; el mes de aguinaldo restante nadie
sabe si lo pagaran y quizá tampoco haya mucha expectativa porque no alcanzará
ni para un cartón de huevos. Además, anunciaron que depositarían la diferencia del
salario del mes de noviembre, diferencia Bono Defensivo Territorial y diferencia
de Alimentación. Ese día les depositaron a los militares activos.
Una de las bolsas de alimentos, los CLAP, que les
venden a los militares en el IPSFA no resuelve el problema de alimentación de
la familia de un afiliado a esa institución, porque solo contiene: seis kilos
de arroz, tres paquetes pequeños de harina de maíz, tres paquetes pequeños de pasta
o espagueti, un litro de aceite y un kilo de azúcar.
Y aunque parezca difícil de creer muchos oficiales se
ven obligados a ir a hacer sus colas al IPSFA para adquirir esa bolsa de
alimentos que muchas veces puede ser la diferencia entre pasar hambre o no.
Mientras el ministro de la Defensa, GJ Vladimir
Padrino López, el 6 de
noviembre, desde el Patio de Honor de la Universidad Militar Bolivariana de
Venezuela, se
ufanaba de la participación de más de
dos mil 200 jóvenes, del acto con motivo de la Investidura del Cadete, a los
jóvenes de las promociones de las diferentes academias militares denominada
Promoción Bicentenario de la Batalla de Ayacucho, una realidad brutal se vio en
los
nuevos cadetes, los del primer año, que culminaron favorablemente el período
propedéutico.
Padrino, quien a su vez
es el Vicepresidente Sectorial de Soberanía Política, Seguridad y Paz, estuvo
acompañado del AJ Remigio Ceballos Ichaso y demás oficiales mayores generales y
almirantes integrantes del Estado Mayor Superior de la Fuerza Armada Nacional.
“Al ver a esta juventud militar incorporándose a la FANB, empuñando el espadín,
nos sentimos orgullosos porque tenemos la certeza que hay una generación de
relevo que servirá a la Patria y la defenderá hasta con la vida, si fuese
necesario”, dijo el ministro, hablando de defensa del territorio y soberanía.
Otra vez repitió “la amenaza imperialista” y la “resistencia heroica del pueblo”. Y, por supuesto, enfatizó las elecciones de diciembre. “Nos corresponde el Plan República, donde todos nosotros estamos involucrados como soldados amantes de la paz; una de las maneras de garantizarla es asegurar los derechos de los venezolanos a elegir un nuevo parlamento”.
La realidad de la Fuerza Armada es otra. El avance de
los grupos irregulares armados, desde la frontera hacia todo el territorio
nacional, parece indetenible, ante una población civil indefensa y desarmada.
Muchos oficiales percibieron con asombro que los
cadetes que concluyeron el propedéutico ni siquiera hubiesen
aprendido a portar el uniforme, que a muchos les quedaban anchos, por la
extrema delgadez de los jóvenes aspirantes a oficiales de la institución
castrense.
“Es inaudita la facha que tienen, ni siquiera los
botones o la hebilla bien pulida. Era obligado pulir la hebilla por delante y
por detrás, los de la Nabal tenían que abrirla y pulirla por dentro también”,
dice un oficial.
“Parecen famélicos, con una deficiente conformación
física corporal; eso es mala salud. ¿Cómo van a portar con elegancia el
uniforme de gala, con su cinturón arreglado, si lo que parecen es que tienen
hambre?”
El teniente coronel (GNB) Alexander Enrique Granko
Arteaga es el Director de Asuntos Especiales de la Dirección General de
Contrainteligencia Militar (Dgcim). Llegó a la Academia Militar de la Guardia
Nacional (AMGNB), anteriormente conocida como Escuela de Formación de Oficiales
de la Fuerza Armada (EFOFAC), de civil, con una cola de caballo apresando el largo
cabello.
En la Guardia Nacional no hubo quien pudiera disimular
su disgusto por lo que era más que arrogancia en Granko Arteaga, “Ese individuo
tiene la temeridad y el irrespeto de entrar a la Academia, a una actividad
programada, vistiendo de civil y con un moñito”, dice un oficial de la Guardia
Nacional.
Eso lo hace el teniente coronel con la anuencia del general
de brigada (GNB) Luis Rosales Medina, director de la Academia Militar,, quien
parece que considera como normal la aberración de Granko contra la institución
militar.
“Cuando yo era Alférez, si por alguna circunstancia
tenía que ir de civil a la Academia o EFOFAC, por haberte ido de baja u otra
razón, tenía que ir correctamente de traje formal, pero Granko va de civil,
informal y con colita, pateando toda norma”.
La actividad, a la que Granko llegó de civil y con
coleta fue la entrega formal del Aula Reacondicionada, por parte de la II Prom.
Batalla Mata de la Miel, que representaron los tenientes coroneles Granko
Arteaga, Darwin González Molina, Edgar Esteves Cabello, Félix Colmenares Solano
Félix y Julio César Lezama.
Cuando llegué al hospital Ordaz de
ResponderBorrarLa OMC ganaba unpoquito menos de 900 $ y los médicos 1000 $