Elestimulo.com
01/08/2017
No debía haber sabores amargos ante el esperado anuncio de una elección de constituyentitas, en la cual el Consejo Nacional Electoral (CNE) pretende asegurar que votaron más de ocho millones, cifra en la que ni siquiera los dirigentes pensantes del chavismo, creen. Lo que ignoran quienes pretenden hacerle creer al país esa farsa, es que hubo un testigo silencio: la Fuerza Armada Nacional, a través del Plan República.
Cada soldado que estuvo en los centros electorales, sabe que ni de cerca se estuvo de una votación que llegara a los ocho millones como a la medianoche cacareaba una desacreditada Tibisay Lucena, mientras lanzaba por la borda el poco prestigio que le quedaba al ente electoral.
Al ministro de la Defensa, general en jefe (Ej) Vladimir Padrino López, se le ha hecho tan común hablar en nombre de la FANB, sin medir las consecuencias que para la institución castrense traen sus palabras, cada vez con una marcada pérdida de credibilidad, que esta vez nuevamente pretendió hacerle juego a la estrategia del Gobierno, sin considerar que toda la Fuerza Armada Nacional Bolivariana fue testigo presencial y de primera línea del fraude electoral.
La base de la institución militar tiene exacta dimensión de las personas que normalmente sufragan en los diferentes centros de votación y hoy saben, de primera mano, que las cifras dadas por el CNE, no son reales.
“Pura paj… -me dice un joven soldado, con cara de travieso-, ¿que votaron 8 millones? si aquí apenas votaron un poquitico. Y desde temprano hubo problemas porque no aparecían los miembros de mesa, pero ante la poca afluencia de electores, no hubo reclamos que ameritaran nuestra preocupación”.
Otro joven soldado del Plan República quiere contarme lo que sucedió en la escuela a la cual fue asignado.
“Aquí no fue como dicen que pasó en los Andes o Lara, todo estuvo muy tranquilo, aunque estábamos vigilantes. Además, fue poca la afluencia de electores. Yo estuve más bien aburrido. Concentraron centros de votación y se supone que eso iba a traer mayor presencia de personas, pero que va, vinieron algunos que traían en autobuses, pero llegaban de a poquito y al final fueron muy pocos los que votaron”.
La constancia
En los últimos procesos electorales a los funcionarios del Plan República, el comandante o jefe de comando militar, es decir, un superior, les solicita, copia de lo que se llama “el chorizo”, que es la lista arrojada por la maquina, en el que consta la discriminación de los votos de esa mesa electoral, en particular.
Esta vez no hubo tal procedimiento. “Será que piensan que uno no se va a dar cuenta de cuántos electores hubo en realidad”, es la opinión de un funcionario del Plan República, con cara de quien guarda un secreto.
Le pregunto a un general del Ejército si en realidad el Alto Mando Militar, en su afán de hacerle carantoñas al poder político, no se percata de lo expuestos que han quedado ante el país y del compromiso en el cual colocan a la institución armada. Me responde, -no sin cierto disgusto-, “por supuesto que mi general Padrino López y mi almirante Ceballos Ichazo, tienen conocimiento, ellos saben, mejor que nadie, cuántos y dónde votaron, pero se prestan para ejecutar un fraude contra la Constitución Bolivariana, por el único interés de preservar sus privilegios, creyendo que han sido capaces de engañar a toda la Fuerza Armada. No se quieren dar cuenta que el Plan República es el mejor testigo de lo que ocurrió el 30 de julio”.
El trato al compañero
Insisto con el general, en saber hasta qué nivel el resultado de esta elección, afecta a la FANB.
“No, no se trata del resultado, lo que daña a la FANB es que el procedimiento estuvo viciado, que olvidamos la importancia de respetar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes y para colmo no hay un mínimo nivel de credibilidad en la cifra presentada por el CNE. Se cometió un pecado que a la larga lo pagará muy caro la institución”.
El mayor general (Ej), Hugo Carvajal Barrios, “El Pollo”, era el hombre que, en vida de Hugo Chávez, decidía el ascenso de los más altos oficiales del país. Tiene en su récord el haber desmontado la mayor cantidad de conspiraciones al interior de la institución militar, cuando ocupó la jefatura de la Dirección de Contra Inteligencia Militar (Dgcim). Oficial que no contara con la venia de “El Pollo”, no ascendía.
Llegó el alto oficial a manejar la más aceitada red de inteligencia policial y militar del país. Estados Unidos lo incluyó en la lista negra de los señalados por cercanía con el narcotráfico, por sus relaciones con la Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
No solo fue un protegido del Gobierno con Nicolás Maduro, quien desde el alto gobierno lo respaldó cuando el 22 de julio de 2014 fue detenido en Aruba por la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés); sino que también es hombre cercano y de confianza de Diosdado Cabello Rondón, quien lo impulsó como diputado a la Asamblea Nacional en el 2015.
El general Carvajal Barrios dijo, en las vísperas de las elecciones para escoger a los constituyentistas, y a través de una corta entrevista televisada por un canal internacional de noticias, que no estaba de acuerdo con la Constituyente. Eso bastó para que desde la vicepresidencia de la República, le ordenaran abandonar la vivienda que ocupa en Fuerte Tiuna y además le fueron retirados todos los escoltas. No hubo allanamiento, como se dijo públicamente en las redes sociales, pero sí le pidieron desocupar la vivienda que tenía asignada.
Desde el poder hay consciencia clara de lo que significa esa medida. Colocan, al otrora poderoso hombre, en estado de indefensión. El Pollo tiene enemigos muy peligrosos, que crecieron a la sombra de tantos años de enfrentar a quienes conspiraron contra el gobierno de turno, no sólo aquellos que perdieron o a quienes les truncó la carrera militar, sino a quienes fueron presos o debieron huir del país.
Pero también es cierto que si alguien conoce secretos e intríngulis del poder y sus hombres, es el general Carvajal Barrios, ahora llamado Hugo Armando Peck Peck.
La votación
No dejan de comentar en la Fuerza Armada la votación que el CNE le dijo al país que había sucedido el 30 de julio. Parece haber la certeza que la cifra fue impuesta por el dúo Diosdado-Maduro, en el afán de parecer más populares de lo que fue Hugo Chávez cuando obtuvo aquellos ocho millones de votos, en el momento de mayor popularidad que tuvo el fallecido presidente, meses antes de morir.
“Creo que ni Nicolás ni Diosdado midieron las consecuencias de darle al país una cifra tan poco creíble”, me comenta un general retirado, quien me pide no identificarlo.
“Se cae también la matriz de opinión de los intereses del imperio sobre Venezuela, cuando ha sido Cuba la más beneficiada de la revolución Bolivariana, a través de programas de supuesta venta de petróleo, pago de mano de obra en dólares, compra de armas, financiamiento para la construcción de refinerías y fábrica de armas en Cuba”.
“A los Castro poco o nada les importa los venezolanos, solo les interesa las riquezas para mantener su trasnochada revolución, aún a costa de la muerte y el hambre de los venezolanos”.
El general que perteneció al Ejército y ocupó altos cargos en el Gobierno, agrega “es lamentable cómo Maduro, Diosdado y Padrino se apoderaron de la imagen de nuestros libertadores, incluso la del ex presidente Chávez, no para honrarlos y rendirle tributos, sino para manipular a los venezolanos, incluso para decirles que ser venezolano significa ser chavista o madurista o diosdadista”.
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