martes, 28 de abril de 2020

La silenciosa guerra a muerte que libran dueños de fincas e indígenas en zonas de Venezuela que controlan las FARC

El pasado 14 de abril, indígenas robaron varios caballos a Claudio Ramón Calzadilla Maleras. Quiso recuperarlos y lo descuartizaron. En el sector operan las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia

28 de Abril de 2020
@SebastianaB
Tomado de Infobae

Grupos de indígenas en el Apure se han convertido en víctimas, pero también en victimarios de varias personas, como lo ocurrido en septiembre de 2018 en el hato Tierra Grata, sector Capanaparo, donde dejaron cinco cadáveres sin cabezas, genitales, brazos ni piernas; eso fue luego de haber entrado a robar unos ganados y enfrentarse con los obreros de la hacienda. Varios de los indígenas resultaron muertos, pero un grupo de la etnia regresó y mató a los cinco trabajadores del hato.

Claudio Ramón Calzadilla, el productor brutalmente 
asesinado por los indígenas

El 14 de abril de 2020, de la hacienda La Fortaleza ubicada en Capanaparo, vía Guachara, municipio Achaguas, a unos 130 kilómetros de San Fernando de Apure, indígenas robaron varios caballos a Claudio Ramón Calzadilla Maleras, quien fue a recuperarlos, unos 20 indígenas lo buscaron y lo descuartizaron. Las autoridades solo lograron recuperar una pierna del ganadero.

En la zona donde asesinaron a Calzadilla las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) someten a los indígenas, quienes se organizan y roban a los dueños de finca, quienes también asesinan a los aborígenes.

“El problema principal es que la guerrilla ha recalentado la economía de la zona. Hasta que no se acabe el negocio de la droga aquí los guerrilleros van a estar en el territorio. Y ahora es peor, porque como están enfrentados entre ellos, unos apoyan a Timochenko y se enfrentan con quienes lo adversan. Antes era un solo grupo, pero ahora hay dos de ellos y la situación es peor para nosotros. Y a eso hay que añadirle el poder político que hay detrás de algunos guerrilleros y también hacendados”, relató para Infobae un productor de la zona.

Un habitante de Apure relata que “la mayoría de los indígenas aquí son pume, pero también hay cuivas y Jivi; ellos tienen sus leyes particulares y en muchos casos son víctimas, pero también victimarios. Fíjese que aquí hubo indígenas que prestaron el servicio militar y aprendieron el manejo de armas, pues una persona reunió a varios y formo una miniguerrilla en el Capanaparo”.

La Federación de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga) publicó la reacción ante el asesinato de Calzadilla, destacando que “esto que pasa no es casual, esto es totalmente planificado y el gremio agropecuario ha sido muy débil. Comenzaron las expropiaciones y solo algunos colegas alzaron tímidos su voz, los demás enterraron sus cabezas como los avestruces pensando que a ellos no les tocaría”.

Un niño indígena venezolano de la tribu Wayuu recoge basura
(REUTERS Luisa González)

Han venido asesinando, secuestrando y extorsionando a cientos de productores y pasa exactamente lo mismo”, dijeron solicitando unión de los ganaderos. “Para que haya justicia en este país tiene que dolerle a un alto jerarca del gobierno; mientras tanto no hay nada”.

El pedido de auxilio

Carlos Fernando Calzadilla Martínez, tío del joven asesinado, escribió: “Si hoy me preguntan qué siento a raíz de la muerte de mi querido sobrino Claudio Ramón, a quien lloro y lloraré por mucho tiempo, les diré rabia, porque no es justo que a un joven de 32 años, con esa calidad hermosa que lo caracterizó, le hayan cortado sus sueños, sus esperanzas, sus proyectos”-

Confesó que no siente odio “porque en mi corazón no puede existir un sentimiento tan perverso como ese. ¿Venganza? No, porque no soy asesino, no creo que la violencia se combata con más violencia”, pero pidió justicia. “Tenemos la esperanza que las autoridades, a quienes les compete investigar este crimen, hagan lo que deben para impartir justicia de manera objetiva”.

Destacó el tío del joven asesinado que “el daño que se le ha hecho a nuestro sector no tiene cómo medirse. En el hato Tierra Grata fueron asesinados 3 seres humanos de la manera más brutal que se puede matar a una persona, al igual como sucedió con mi sobrino Claudio. En el fundo de los hermanos Guerrero fueron asesinados, por los indígenas cuivas, dos trabajadores adultos. En el pueblo de Elorza fue violada y descuartizada una niña por otro grupo de indígenas”.

Relató en su escrito que otras cosas afectan a los dueños de fincas en la zona. “Robos en las casas de los fundos, además de robos de ganado en pequeñas y grandes cantidades, es imposible cosechar sin que se las roben. Ocurren violaciones, asaltos a casas, robos de producción del queso, robos de ganado y caballos, amenazas de muerte a los productores”.

Por eso, destaca, “un número muy alto de pequeños y medianos productores ha abandonado sus centros de producción, los cuales hoy día se encuentran solos, mientras los productores buscan refugio en fundos de amigos que están lejos del río Capanaparo para poder salvar lo poco que les han dejado”.

Dice que por ello es necesario sanear el sector, que se haga justicia y que los pequeños y medianos productores puedan regresar a sus centros de producción. “Las autoridades verán, en este 2020, cómo habrá resultados negativos de la acción de los indígenas y seguramente algunos aliados, cuando caigan las estadísticas de la producción ganadera en más de un 80% en el sector”.

Señala que siente impotencia porque “en estos crímenes o asesinatos no hemos visto el interés por parte de las autoridades competentes. Hemos sostenido muchas reuniones para confirmar las denuncias con las alcaldías, con representantes de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI), de la Región de Defensa Integral (REDI), Ministerio Publico de Apure, constituyentistas, representantes indígenas del estado Apure, capitanes indígenas del sector. Se llegaron a algunos acuerdos, pero a años de la última reunión aún no hemos tenido una sola respuesta”.

Aun así, declara que tiene “la esperanza de que va a llegar justicia para todos esos casos sucedidos en el municipio Rómulo Gallegos y Achaguas”.

Finalmente, Fernando Calzadilla pidió que lo que ha expresado “no se utilice para hacer política, porque de ser así sería una ofensa a la memoria de todos los que han muerto y para las familias afectadas. Les pido centrarnos en la forma y la fórmula para que quienes tengan que impartir justicia, lo hagan y así poder erradicar todo lo injusto que ha sido esto para seguir trabajando y produciendo para nuestro país”.

https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/04/28/la-silenciosa-guerra-a-muerte-que-libran-duenos-de-fincas-e-indigenas-en-zonas-de-venezuela-que-controlan-las-farc/


sábado, 11 de abril de 2020

Un coronel del Ejército entre quienes promueven el desplazamiento de los migrantes venezolanos hacia la frontera



Sebastiana Barráez/11 Abril 2020

@SebastianaB

Tomado de FronteraViva

 

“Soy un coronel del ejército de Venezuela” le dice a un grupo de venezolanos que están el exterior, un individuo que se identifica como el coronel José A. Jaspe Castellanos, desde el número de teléfono 0414-6573091. Promete “llevar todas sus inquietudes y más”.

“Ya tenemos casi 4 mil venezolanos que han regresado y están en diferentes sitios para hacerles las pruebas. Posteriormente los dejan en cuarentena por 14 días que no tengan ningún tipo de reacción y el presidente ordenó que los llevaran a la puerta de su casa o de la residencia a la cual van a llegar”.

Es una de las personas que ha aparecido en grupos de whatsapp y facebook de venezolanos que están en Colombia organizándose para regresar al país. Les hace promesas que incluyen que al llegar serán muy bien recibidos, enviados a refugios acondicionados, limpios, con comida y dormitorios para que pasen cómodamente la cuarentena.

Voz del llamado coronel Jaspe.

Chapea, como dicen los policías, cuando se pretende usar influencias, y les dice cosas como éstas: “Cuenten con todo mi apoyo Tengo contacto con el general en jefe Suárez Chourio, el exsecretario del Consejo Presidencial”, a la vez que solicita “hágame llegar las cantidades y las regiones. Cuánto Bogotá? Santa Marta? Medellín? Villavicencio?”.  

Les dijo que deben tener un grupo serio. “Están pasando unas informaciones que si él ELN está en Capacho, eso es falso, falso, falso, que si la gobernadora dijo que cuidara… Les voy a mandar unos vídeos para que vean cómo están tratando a los compatriotas aquí en Venezuela”. Y los videos que pasa son más de propaganda que de realidad.

Hay choferes de autobuses transportando venezolanos. Uno de ellos dice que cobran 130 mil pesos para Arauca, sin mencionar que desde esa población colombiana para el estado Apure no está permitido el paso.

 La organización

Frontera Viva conversó con Fabiola Sallam, del voluntariado en Santa Marta de Colvenz, Comunidad de Venezolanos en Colombia, que ha sido punta de lanza para la organización de quienes necesitan regresar al país desde diversos sitios de Colombia.

Cuenta que desde lo dicho por la alcaldesa de Bogotá, contra los venezolanos, arrancó una acción masiva de desalojos en Colombia que, aunque no están permitidos, suma la deuda del arriendo. “Aquí no hay quien tenga para pagar ese dinero. En vista de eso decidimos organizarlos para que no hubiese aglomeración, hacer listados y presentarlos a las autoridades correspondientes para que una vez que dieran la autorización para transitar por las carreteras, ellos pudieran salir en orden”.

Lo que se difunde por las redes sociales son extremos. “En nuestro grupo un coronel se involucró y nos dijo que todo estaba bien, nos hizo llegar vídeos y audios diciendo que podíamos regresar porque todo estaba preparado. Pero por otra parte tenemos los testimonios de los migrantes, porque de los mil 200 tenemos censados 932 y algunos ya están en frontera. El jueves en el peaje de Bogotá había 240 y en Cúcuta teníamos 40. Con toda la gente que pasó perdimos comunicación”.

Una mujer desesperada estalla en llanto.

Lo que ocurre es que ya están totalmente prohibidas las movilizaciones, porque el Gobierno colombiano ordenó, por el decreto 457, cuarentena obligatoria desde el 25 de marzo, inicialmente hasta el 13 de abril, extendida hasta el 27 de abril.

Dice Sallam que, en función de eso, Colvenz decidió trabajar en lograr mayor cantidad de albergues. “La ONU nos prometió un albergue el miércoles, pero aun pensábamos que podían ir otros autobuses porque se había ido el de los 40 que están en Cúcuta. El Consejo noruego se movilizó hasta el peaje en la salida de Bogotá porque ahí teníamos a 240 migrantes que insistían en pasar, pero el paso ya está prohibido”.

Confiesa que muchos de esos venezolanos cayeron en el engaño, “porque un grupo de ellos, el de los 40 que llegaron a Cúcuta, fue contactado por un alcalde, que dijo ser del PSUV y del municipio Elorza del estado Apure, quien les dijo que les iba a garantizar el alojamiento en un hotel en San Antonio del Táchira”.

Explica que desde el voluntariado de Colvenz en Santa Marta están convencidos que quienes se han infiltrado en los grupos, prometiendo cosas que no están cumpliendo en Venezuela, “están provocando las movilizaciones aquí en Colombia. No hay otra explicación, porque si a quienes están en Colombia los estamos organizando, se llevan a los refugios, se les está llevando la comida mientras se supera esta pandemia mundial, entonces por qué hay gente como ese coronel azuzándolos a que se regresen cuando ni siquiera tienen acondicionados los refugios como debe ser”.

 No más engaño

Confiesa Fabiola Sallam que “hay mucha gente que quiere regresar, eso es verdad, y tenemos mucha en estado de vulnerabilidad, embarazadas, lactantes, adultos mayores, muchos niños”, pero también está consciente del riesgo que eso significa ante el virus Covid-19.


“El primer bus que logramos que saliera organizado representó un éxito. Los migrantes durmieron en la frontera colombiana, bien atendidos, con ventiladores y colchonetas, además de buena cena. Ahora están en territorio venezolano, donde fueron recibidos con normalidad, les hicieron las pruebas y luego esperan el bus. Les exigieron sacar el carné de la patria a quienes no lo tenían, porque sin eso no le dan el cupón del bus que según lo llevará hasta la puerta de su casa. Después les dijeron que los llevarían a un refugio”.

En otros seis buses estaban en espera 200 venezolanos, “pero no pudieron entrar por Arauca”, porque se encontraron con grupos irregulares y retornaron asustados. “Nos dijeron que habían hecho la denuncia al ejército, sin respuesta alguna. El bus se accidentó y luego de 42 horas, siguieron hacia Cúcuta”.

Sallam dice que la Policía Nacional de Colombia está permitiendo el paso de los autobuses hacia la frontera, sin cumplir el protocolo. “Hemos estado educando al migrante en la necesidad de que se quede en sus casas o refugios, pero siguen saliendo empresas fantasmas, vendiendo pasajes y muchas de esas personas están ingresando a Venezuela por las trochas sin ningún tipo de control, lo que es peligrosísimo porque puede desatar un brote extendido de casos del virus”.

Denuncia que hay empresas de transporte que están cobrando montos de mínimo 120 mil para llevar a los venezolanos a Cúcuta. “Eso lo hacen evadiendo cámaras, citando a la gente a algunos puntos de la ciudad”.

Voz de chofer colombiano.

Finalmente dice sentirse confundida. “No entiendo cómo desde Venezuela, personas como ese coronel y los otros que han aparecido en los grupos, quieren incentivar movilizaciones aquí (en Colombia) si saben que hay cuarentena obligatoria. ¿Es que pretenden hacer un muro de personas en la frontera?”

Por una parte hay personas como el coronel Jaspe Castellanos que están auspiciando el regreso sin control de los venezolanos hacia la frontera, pero también hay choferes trasladando pasajeros desde diversos lugares de Colombia con apoyo de funcionarios la Policía Nacional de Colombia.

https://www.fronteraviva.com/un-coronel-del-ejercito-entre-quienes-promueven-el-desplazamiento-de-los-migrantes-venezolanos-hacia-la-frontera/


jueves, 9 de abril de 2020

Venezuela: una monja enfrentó a un guerrillero del ELN que amenazó con dispararle y obligarla a que un colegio reciba a migrantes repatriados

La hermana Rosalía, coordinadora de la escuela Santa Mariana de Jesús en el estado Táchira, se midió sola con un miembro del Ejército de Liberación Nacional

9 de Abril de 2020
@SebastianaB
Tomado de Infobae

Una religiosa, con cargo de coordinadora en un prestigioso colegio de Capacho, un municipio del estado Táchira, que está en el medio de la carretera entre San Antonio y la capital San Cristóbal, se enfrentó sola, con su fe y su convicción, a un guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que apuntándola con su enorme fusil, pensó que podría obligarla a entregar las llaves de la institución para que lo usen como refugio de un grupo de migrantes que llegaron a la frontera, en el marco de la pandemia del Covid-19.

El guerrillero, que apuntó a la monja,
 al momento de irse del colegio.

El colegio Santa Mariana de Jesús es una institución privada, ubicada en la Av. 20 de Mayo con Carrera 5ª, en el municipio Libertad antiguo Capacho del estado Táchira, que está inscrito en el Ministerio de Educación en el año 1950, cubriendo los niveles preescolar, primaria y media general. Es una institución afiliada a la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) y es la única que tiene funcionando los baños. La escuela básica Miranda y el Liceo Román Cárdenas no tienen condiciones de funcionamiento.

Aproximadamente a las dos de la tarde, de ayer miércoles, llegó la diputada Zoraida Parra, junto con otros miembros del Consejo Legislativo del estado Táchira al colegio Santa Mariana de Jesús, algunos militares y el alcalde Rogelio Ontiveros del municipio Libertad, Capacho Viejo. Le solicitaron la entrega de las llaves de la institución, porque habilitarían esa sede como refugio para 150 venezolanos que venían de países vecinos y quienes debían cumplir cuarentena.

Exigían, además, la entrega de las llaves de la cocina y del comedor del Colegio. La hermana Rosalía, coordinadora de Pedagogía de Primaria, les dijo, en buenos términos y con argumentos valederos, que esa era una institución privada que debía responder ante un cuerpo de representantes y estudiantes. A pesar de que los parlamentarios, todos dirigentes de la Revolución Bolivariana insistieron, la monja no cedió.

Los vecinos molestos con el alcalde lo señalan de haber sido quein llamó a la guerrilla

Durante ese proceso, mucha gente se enteró en Capacho Viejo, pequeño pueblo de unos 20 mil habitantes que, al colegio, la mejor institución de la zona, pretendían meter a quienes estaban regresando al país. Los vecinos se fueron movilizando hacia la institución. Parra y su comitiva desistieron de convencer a las monjas del colegio y se marcharon, quedándose el alcalde.

Llegó el ELN

Después de la partida de los diputados empezó un diálogo con el burgomaestre y las autoridades de la institución educativa, incluyendo a la hermana Rosalía y representantes. El alcalde expresó molestia porque algunos de quienes estaban ahí usaban sus teléfonos para grabar y les dijo que no se imaginan el daño que hacen colocando esos videos en las redes. Se levanta molesto. Algunos mediaron diciendo que estaba bien que iban a dejar de grabar.

En esta camioneta llegaron los elenos.

El alcalde dice que necesita hacer una llamada, lo que en efecto hace. Mucha gente iba aglomerándose alrededor y dentro del colegio. Él les dice que eran órdenes superiores, pero la comunidad le manifiesta que no están dispuestos a correr el riesgo que a quienes traigan destruyan el colegio y lleguen contagiados del virus chino.

Minutos después, por coincidencia o no con la llamada del alcalde, llegaron al colegio miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con sus armas largas, con sus uniformes camuflados y con sus botas altas de caucho. Afuera se quedó una camioneta blanca esperándolos.

Trataron de disuadir a quienes estaban en la entrada de la institución, diciendo que tenían que dispersarse. Algunos de los vecinos intentaron impedirles el paso, gritándoles que no se irían y uno de los bolillos los apuntó con las armas mientras ingresaban al lugar”, contó a Infobae uno de los vecinos de Capacho Viejo.

“Un muchacho de la comunidad retó al ‘bota de caucho’, quien como única respuesta lo apuntó con el arma. Pensamos que lo mataría, pero solo fue amenaza. Nos dijo, en tono amenazante, que nos teníamos que ir de ahí. Varias personas se fueron inmediatamente”, cuenta una mujer que tiene un par de hijos estudiando en la institución.

Desaloje mi institución

Adentro, donde estaba llevándose a cabo la reunión con el alcalde, oyeron el forcejeo y el ruido que hubo con la llegada de los guerrilleros. La hermana Rosalía salió a ver qué sucedía. “Uno de los dos elenos que entraron a la escuela le colocó el arma contra el pecho a la monja. Hubo unos segundos de tensión, mientras quienes presenciaban el hecho estaban aterrados pensando que el hombre dispararía contra la hermana Rosalía. Ella miró el cañón, le colocó la mano encima y bajó el arma con suavidad, pero también con firmeza”, reveló una mujer que estuvo en el lugar.

La hermana Rosalía enfrentó al guerrillero

“Respete que aquí estamos dialogando”, le dijo la monja al joven guerrillero. “La monjita más bien fue guapa. Casi regañó al ‘bota de caucho’, a la vez que insistió en decirle: ‘Aquí no estamos con violencia, así que le agradezco que desaloje mi institución, porque aquí estamos los representantes y los que hacemos vida en esta comunidad educativa’. Esa monjita le habló bien firme. El ‘bota de caucho’ se puso un poco tenso, miró para los lados y fue cuando vio a un profesor que estaba grabando, entonces se fue hacia él y le quitó el celular y se fue”.

El colegio tiene varios niveles. Al llegar a él hay un portón, el estacionamiento, luego la reja de la entrada y más allá hay unas escaleras que llevan a otro patio. “Uno de los guerrilleros llegó hasta arriba y otro se quedó en las escaleras”, explica uno de los testigos.

Ante la pregunta de cómo eran los guerrilleros que vio responde: “Ellos tenían como uniformes tipo militares, verdes como pintaditos de negro. Las botas de caucho le llegaban hasta las rodillas. Tenían armas largas. Uno de ellos es delgado, de 1.70 de altura aproximadamente, de color blanco y le calculo unos 35 años”.

En el carro que los esperaba afuera había otros guerrilleros. “Cuando los dos que entraron a la institución salieron, se subieron en la parte de atrás y el vehículo arrancó”, comenta un hombre que los observó en su partida.

El alcalde colectivo

La hermana Rosalía regresó a la reunión. Ahí el alcalde armó un drama diciendo que ahora él tenía miedo de que la guerrilla le hiciera algo a él. Quienes estaban en la reunión se miraron con cierto asombro porque para nadie es un secreto la tolerancia e incluso la connivencia que hay con la guerrilla en Capacho por parte del partido de Gobierno.

El alcalde Rogelio Ontiveros, molesto.

El burgomaestre decide irse, pero no quiere hacerlo por la puerta de al frente, que está al lado de la Medicatura porque hay muchas personas aglomeradas ahí. Lo acompañan para que pueda irse por una puerta trasera, es decir por la avenida vía a la frontera pero una parte de las personas que estaba en expectativa, lo descubrió.

Rogelio Ontiveros se presenta en las redes sociales como “Alcalde Bolivariano del municipio Libertad o Capacho Viejo, Docente, jefe UBCH, Miembro del Colectivo Plurinacional Corresponsales del Pueblo”. Los vecinos lo acorralaron, diciéndole que él era quien había llamado a la guerrilla, pero el alcalde lo negó. La reacción del pueblo fue de furia, lo insultaron, lo aruñaron, le gritaron y apenas logró salir del lugar a prisa.

Las cifras más recientes reflejan que han llegado a la frontera más de tres mil migrantes que regresan a causa de la crisis del virus chino. En Tienditas hay 329, en la Aduana 177, en el Terminal 491, en los liceos: 327 en el Manuel Díaz, 352 en San Antonio, 303 en Víctor Manuel Olivares, 180 en Pérez del Real, en las escuelas: 292 en la estadal Tienditas y 152 en Palotal. En total 2 mil 433. Además 230 en el puente internacional preparados para entrar, con lo cual suman 3 mil 331.

No solo por el pueblo, también por las redes la presencia de la guerrilla en el colegio corrió como pólvora. El pueblo estaba indignado, no porque desconocieran la presencia de la guerrilla en el pueblo, sino porque se sintieron traicionados por el alcalde a quien señalan de haber sido quien los llamara para que se presentaran al colegio.

Las monjas cerraron el colegio. Funcionarios de inteligencia se instalaron en las afueras. Pero también los vecinos estuvieron en vigilia.

Después que los guerrilleros se fueron del Colegio llegaron funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) dizque a buscar a los guerrilleros. Y en horas de la noche unidades y hombres de las FAES hicieron patrullaje por el pueblo con la excusa de estar muy preocupado buscando a los irregulares.

Quizá creen que el pueblo de Capacho es tan ingenuo.

https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/04/09/venezuela-una-monja-enfrento-a-un-guerrillero-del-eln-que-amenazo-con-dispararle-y-obligarla-a-que-un-colegio-reciba-a-migrantes-repatriados/

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