miércoles, 18 de octubre de 2017

¿Quién tuvo la culpa del fracaso opositor en las regionales?

Sebastiana Barráez

ElEstimulo.com

18/10/2018

La peor referencia de la Mesa de la Unidad Democrática es que no demuestra unidad y con ello no aplica la coherencia. Esa consecuencia les llevó a los aparatosos resultados electorales en las recientes elecciones de gobernadores. Lo que demuestran es incoherencia y posiciones personales o de partidos, tratando de cuidar sus parcelas políticas. Es así como actúan los líderes más visibles de la Oposición: Julio Borges, Henry Ramos Allup, Enrique Capriles Radonski, Leopoldo López y su esposa Lilian Tintori, Luis Florido, María Corina Machado, Carlos Ocariz, Ismael García, los hermano Guanipa, Freddy Guevara, entre otros.

La contraparte, es decir la dirigencia chavista, ha hecho de la debilidad de la Oposición, su mayor fortaleza. La lucha por el poder en el chavismo es más intestina que en la Oposición, pero a diferencia de aquellos, ni Nicolás Maduro ni Diosdado Cabello han perdido la perspectiva, nunca han demostrado en público diferencias, ceden como cuando Maduro llegó al programa de Diosdado para dirimir una grave diferencia entre ellos o cuando Diosdado dijo en público que haber informado lo sucedido en el Fuerte Paramacay, había sido una orden del presidente de la República.

El Presidente y el diputado ceden si deben hacerlo, retroceden si lo consideran, aunque haya puntos de honor para Diosdado, como la permanencia de su hermano en el Seniat, o el punto de honor de Maduro para que la Asamblea Constituyente la presidiera su incondicional Delcy Rodríguez y no Cabello.

Contrario a eso los líderes opositores no ceden espacio, no respetan acuerdos, no le dan valía al otro como dirigente, no han logrado un punto de coincidencia, más allá de la idea generalizada de que Hugo Chávez antes y ahora Maduro, deben salir del poder, pero incluso han diferido hasta en la forma en que eso suceda.

Han tenido momentos de gloria avasallante como en las elecciones a la Asamblea Nacional, cuyo triunfo nunca supieron cómo manejar, porque cada quién se considera el elegido para asumir el poder post la era chavista. Creyeron que el poder estaba muy cerca.

La MUD nunca ha funcionado como unidad. Hay muchos líderes y no hay ningún líder en esencia. El verdadero poder de la Oposición está en la gente anti revolución, anti Chávez, anti Maduro, víctima del deterioro de las condiciones económicas, sociales, éticas, políticas y humanas que afectan al país.

 

Son ellos

Cuando Capriles Radonski fue candidato presidencial, no quería la sombra de ningún partido ni de otro dirigente. Era el elegido y pensó que eso era suficiente. En su recorrido por el país iba llevando el mensaje de que sólo se considerara a Primero Justicia y no se involucraran con otro partido. Fue el tiempo en que prefirió a una animadora de farándula en la tarima de un acto electoral frente al CNE, antes que a cualquiera de los otros dirigentes opositores. Le daba alergia la dirigencia de Copei o Acción Democrática, por ser viejos partidos de la Cuarta República.

Leopoldo López nunca le dijo al resto de la dirigencia opositora que Diosdado Cabello se le había acercado y se dejó convencer de que había una conspiración entre dirigentes de Oposición para liquidarlo físicamente. Le prometieron desde el Gobierno que lo iban a proteger. Y así terminó preso en la cárcel de Ramo Verde, mientras su esposa trataba de mostrarlo ante el mundo como el preso político más peligroso para el Gobierno. Leopoldo descubrió que una cosa es pensar en soportar la cárcel y otra que el encierro, la soledad y el aislamiento puede ser insoportable.

Julio Borges ha sabido conquistar un espacio en el liderazgo opositor, pero no ha tenido la habilidad para poder lidiar con las diferencias del resto de los dirigentes. Ha sido duramente atacado por el presidente Maduro y por Jorge Rodríguez quienes lo señalan de traidor por no seguir en conversaciones, desconocidas por el país opositor, para llegar a la necesaria mesa de diálogo.

Ha sido víctima María Corina Machado en un país con fuerte carga de machismo en el poder. Ella se ha ido radicalizando con el tiempo, desde que desde el resto de la dirigencia opositora ha creado celos su liderazgo. Ella es una mujer luchadora, persistente, organizada pero sin experiencia en militancia partidista, lo cual le ha costado ser el blanco de ataques del chavismo sin tener respaldo de la MUD, tal como ocurrió cuando fue despojada de la diputación. Es un motor poderoso, pero aislado, contra el Gobierno de turno.

Las ínfulas de vedette de Henry Ramos Allup han sido terribles para la imagen opositora. Él es un hombre astuto, con dilatada experiencia político partidista. Es de esos personajes necesarios para consultar a la hora de analizar y tomar decisiones, pero ni los dirigentes de la oposición lo consideran así y él ha ejecutado una agenda propia, incluso cuando ha manifestado que quiere ser candidato presidencial.

Henry Ramos Allup, quien al llegar a la presidencia de la Asamblea Nacional, el único triunfo de la oposición en la era bolivariana, se empeñó en asegurarle a los venezolanos que en seis meses saldrían de Nicolás Maduro, sin considerar que el mandatario tiene un período constitucional hasta el años 2018. A eso hay que agregarle las reiteradas menciones y mensajes descalificadores que dirige a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Su verbo duro gusta en sectores radicales, pero está lejos de ser una solución al necesario diálogo que debe reinar entre quienes dirigen y quienes pretenden dirigir al país.

 

Parcelas políticas y personales

En cada dirigente opositor hay una parcela que no ha llegado a conformar el gran movimiento que podría ser teniendo una parte muy importante del país anhelando un cambio a la crisis.

Un ejemplo palpable de esa aniquilación de la dirigencia opositora está en la manera como Henry Falcón fue atacado por dirigentes de la MUD tratando de presentarlo como una reedición de Arias Cárdenas y un chavista disfrazado. Quizá el enfrentamiento con Luis Florido tuvo mucho que ver en que Falcón no contó con el apoyo al cien por ciento de la Oposición en Lara. A su vez, el ex gobernador de Lara manejó su agenda propia, para no desgastarse en las diatribas internas de la Oposición y el bien organizado ataque desde el chavismo.

Ni qué decir de los insultos de Guanipa contra Ismael García, luego de las elecciones primarias y de la estrategia personal que el otrora dirigente chavista tiene para imponer su liderazgo.

La MUD ha tenido que aceptar al ex gobernador Manuel Rosales, quien si bien es cierto fue un dirigente de alto perfil en el Zulia, perdió liderazgo luego de irse del país. Su regreso significó una relación con el Gobierno que no termina de dilucidarse, pero que le genera muchas sospechas al país, entre otras cosas por la manera como obtuvo la libertad y después aparece en mesas de diálogo, sin que el país opositor sepa a qué acuerdo llegó él.

 

Elecciones y derrota

En ese escenario de un liderazgo opositor fraccionado, se llegó a unas elecciones, donde a pesar del alto rechazo que tiene el Gobierno, logró conquistar la gran mayoría de las gobernaciones.

En la Oposición todos opinan libremente. Sectores llamaron a la abstención, que desanimaron a quienes debieron acudir a votar, que asumen que Maduro debe salir del poder pero no dan la fórmula, que impulsan la guarimba y la violencia, que en tres meses y más de un centenar de muertos demuestra que esa vía es la peor y la de mayor costo para algunas familias.

El Gobierno acaba de apostarse un éxito, en el peor de los escenarios que vive el país, con gente buscando comida en los basureros, con los pacientes de enfermedades graves como cáncer y HIV destinados a morir por falta de medicamentos, con alta incidencia de mortandad infantil, con la más atroz inflación que ha vivido el país, con baja abrupta de matrícula escolar, con el surgimiento de enfermedades que estaban erradicadas en el país, con miles de jóvenes huyendo hacia el extranjero.

La incoherencia opositora no les permite asumir la esencial solidaridad ante las agresiones a los dirigentes opositores, como ocurrió con los ataques sufridos, en el puente de entrada a San Fernando de Apure, contra Ramos Allup y el ex candidato José Gregorio Montilla.

Tampoco se pronunció la Oposición contra el evidente abuso por parte de los medios de comunicación del Gobierno, especialmente VTV canal 8 quien desplegó casi las 24 horas del día propaganda a favor de los candidatos del chavismo.

El presidente de la República, Nicolás Maduro, dice que hubo saboteo durante la campaña en Carirubana, estado Falcón, y que por eso no había luz ni agua en la entidad. El mandatario no sabe o se cuidó de no referirse a la obra de 500 millones de dólares para el gran Acueducto Bolivariano de Falcón, que no presta el servicio a la Península, porque a pocos meses de inaugurado se le detectaron graves fallas. Tampoco hizo alusión alguna a la Planta Termoeléctrica “Josefa Camejo”. Parte de los grandes elefantes blancos que le dejaron al estado Falcón. La península de Paraguaná tiene por lo menos dos años con una grave crisis por la escasez de agua y los cortes de electricidad.

La Oposición no tuvo contundencia para responder de que a solo cinco días de las elecciones el Consejo Nacional Electoral reubicó 205 centros de votación, en 16 estados, en lugares lejanos de donde tradicionalmente sufragaban. El rector Luis Emilio Rondón lo alertó. Hubo algunos reubicados en lugares de alto índice de peligrosidad o de condiciones geográficas adversas para personas mayores o con problemas de salud.

No hubo interés alguno por parte del CNE, que le ha mentido al país, para hacerse de la tinta indeleble, luego que para las elecciones de la Constituyente la Universidad Central no la suministró.

María Corina Machado, quien es una gran luchadora, persistente en su lucha contra el Gobierno, no pudo desprenderse de su posición personal, e insistió en que debía cumplirse el mandato del 16J. Su posición ayudó al movimiento abstencionista. Machado ha insistido desde hace años en que en Venezuela hay una dictadura y se ha ubicado en el sector de los radicales, quienes solicitan la salida del presidente Maduro, sin considerar ningún tipo de acuerdo, diálogo, gobernabilidad para detener la gravísima crisis que sufren los venezolanos.

El fracasado diálogo ha tenido varios actores y ningún acierto para la oposición, sólo le ha servido al chavismo para ganar tiempo, descalificar y exponer a dirigentes de oposición, por llevar un manejo incoherente y dudoso.

En hechos puntuales ocurridos durante las recientes elecciones la Oposición no se mostró con la y contundencia que debió. Por ejemplo 600 electores en Umuquena, Táchira reclamaban el voto, porque las autoridades se negaban a cambiar la máquina o ir al proceso manual. En la mesa 3 de la escuela San Diego de Rubio y en la mesa 2 de la Escuela La Azucena, a las 12 del mediodía aun no habían empezado a votar porque las máquinas de votación no sirvieron y los coordinadores de centro, los técnicos del CNE y los funcionarios del plan República se limitaron a impedir el paso de los electores al centro de votación.

Todo eso ocurre mientras Delcy Rodríguez, presidente de la Asamblea Constituyente, asegura que las elecciones fueron convocadas por la ANC, ignorando que se hicieron porque el artículo 162 de la Constitución Bolivariana contempla que el período de los gobernadores es de cuatro años, es decir, debieron realizarse en diciembre 2016. Pero el CNE se las arregló para impedir el ejercicio de ese derecho a tiempo y dejar 10 meses más a gobernadores ilegales en el cargo.

El Consejo Nacional Electoral y los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, en una hábil maniobra, impidieron la sustitución de los candidatos opositores, que se habían inscrito antes de las elecciones primarias internas. Ignoraron los artículos 62 y 63 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, que permiten a los partidos políticos sustituir sus candidatos hasta 10 días antes de las elecciones.

Si la Oposición aprendió la lección saldrán a darle el respaldo contundente a los únicos cinco gobernadores que lograron llegar contra las pretensiones del Gobierno Nacional de quitarle el poder a Lady Gómez, la nueva gobernadora del Táchira, luego de la peor etapa de su historia con Vielma Mora como Gobernador.

Quizás asuman hacer un frente de solidaridad con los nuevos mandatarios regionales, constitucionalmente electos, cuando la Asamblea Constituyente pretende lograr algo de legitimidad juramentando a los gobernadores y manejan la maniobra de quitarle el poder a q

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