Sebastiana
Barráez/ martes, 3 de julio 2018
@SebastianaB
Artículo
originalmente publicado en PuntoDeCorte.com
web que fue sustituida por ataques cibernéticos
o
Cuando al prestigioso
doctor José Alberto Marulanda Bedoya, le preguntaron qué trajo de Bogotá, él
respondió que un teléfono nuevo que Aquiles, un amigo de su novia la capitana
de Navío retirada Emmy Mirella Da Costa Vanegas, le envió. El galeno
desconocía que “Aquiles” es el alias del coronel retirado de la GNB Oswaldo
Valentín García Palomo y también que la mujer con la cual se relacionó
sentimentalmente apenas hace tres meses lo involucró en la llamada Operación
“Armagedón”.
En entrevista exclusiva
para Punto de Corte la sobrina del galeno, Luz Aldazoro Marulanda, destaca cómo
es que el doctor fue a dar a la cárcel, la capitana huyó y después llamó a la
familia para decirles que los iba a ayudar económicamente porque estaba en
deuda con el especialista en mano. Por supuesto que con ello queda claramente
establecido que las recientes fotos donde se ve a la capitana torturada, fueron
un montaje.
¿Quién es el doctor José
Alberto Marulanda Bedoya?
Es un médico traumatólogo,
cirujano de mano, profesor Universitario, Coordinador docente en el posgrado de
Servicio de Mano del Hospital Universitario, tiene consulta privada y trabaja
en varias clínicas de Caracas. Siempre ha estado dedicado a la carrera médica.
¿Relación con
militares?
Es entendible porque él
estudió en el Colegio militar “Monseñor Arias” e hizo un año en la Academia
Militar, luego que salió del colegio, pero al salir en la universidad para
Medicina, dejó la carrera militar. Por eso conocía a Emmy Da Costa, porque
estudiaron juntos en el colegio. Pero toda su carrera ha estado relacionada a
la medicina y muy vinculado a la Universidad Central de Venezuela. Su ex esposa
es médico fisiatra. Él trabajó muchos años en el hospital “San Juan de Dios” y
fue jefe de posgrado ahí.
¿Hijos?
Tres adolescentes: una niña
de 18 años, otra de 16 y un niño de 13.
¿Cómo es que él aparece
involucrado en todo esto del supuesto golpe militar?
Alberto empezó a salir con
la capitana que está en reserva activa, creo que trabajaba vendiendo seguros en
el mundo militar. Ellos empiezan a salir en febrero. En la familia no la
conocemos porque no hubo oportunidad a que él la trajera a alguna reunión
familiar. Los niños sí salieron dos veces a comer con ellos, pero sin intimidad
alguna. No compartieron más que esas comidas.
¿Cómo lo detienen?
A él lo agarran en un
apartamento que la capitana tiene en la Urbanización “El Solar del Hatillo”.
Eso fue el sábado 19 de mayo en la noche. Ella le dijo ‘vete hasta mi
apartamento y nos vemos ahí’. Le pidió que bajara al perro. Él llegó, esperó,
hizo la cena, bajó al perro y cuando regresaba al apartamento lo detiene una
comisión de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). Los
funcionarios subieron con él al apartamento revolvieron todo y le dijeron que
lo llevarían a la Dgcim en Boleíta; él se fue manejando en su carro.
¿Cómo saben ustedes que él
está detenido?
Nosotros nos enteramos que
él estaba desaparecido el domingo a las 9 de la mañana, porque me dijeron que
Patricia Poleo publicó en un tuit que la Dgcim había secuestrado al doctor José
Alberto Marulanda Bedoya. Fuimos a la Dgcim el domingo, lunes y martes y
siempre nos negaron que él estuviera ahí, hasta que el miércoles Alberto llama
a su hija Victoria y le dice que al día siguiente lo van a presentar ante un
Tribunal Militar. Solo lo vimos 15 días después que lo trasladaron a Ramo
Verde. Supimos que lo presentan al Tribunal, porque nos lo informan los
abogados del Foro Penal.
¿Qué dice él de lo que pasó
en el Tribunal Militar?
Lo presentan en el Tribunal
Primero de Control Militar. Y tenía signos de tortura, moretones, muñecas
marcadas y estaba muy asustado. La abogada le dijo que si quería que denunciara
las torturas, al principio vaciló pero después dijo ‘si, las quiero denunciar’.
Le leyeron los cargos de Traición a la Patria e Instigación a la Rebelión, por
su vinculación con la capitana de navío y por y traer implementos de
telecomunicaciones. Él dijo la verdad que cuando él estuvo en Bogotá, durante
los primeros días de marzo, ella le pidió traerle un teléfono que una persona
le iba a enviar. ‘Sí, a mi me entregaron un teléfono nuevo y cerrado, que yo le
entregué a ella”. Incluso ella lo buscó en el aeropuerto.
¿Qué hacía él en Bogotá?
Estaba en conversaciones
con varias clínicas en Bogotá y Medellín, y contacto con varias universidades
para dar clases. Incluso en Medellín él participó en dos operaciones. Alberto
tiene nacionalidad colombiana y él se quería mudar para Bogotá y estaba
buscando un apartamento, porque una de sus hijas va a estudiar medicina. A él le
dicen en el interrogatorio en la Dgcim, que él se reunión en Bogotá con este
señor García Palomo. El dice que no, que él no sabe quién es ni lo conoce, que
al único que vio, apenas unos minutos, fue a “Aquiles”, quien le entregó el
teléfono.
Lo que pasa es que
“Aquiles” es uno de los seudónimos usados por el coronel García Palomo.
(silencio corto) ¿Ah? Fíjate tú. Para que veas la inocencia de Alberto. Él trajo el teléfono como quien trae una medicina o cualquier cosa de esas que la gente manda por la escasez. Y ahora lo acusan de traer “dispositivos de comunicación”.
¿Él denunció las torturas?
Sí, lo denunció, pero la
juez Mayor Claudia Carolina Pérez de Mogollón, no dejó que dejarán eso asentado
en el acta de presentación, a pesar del reclamo de la abogada defensora. En
razón de ello se hizo una denuncia por violación de derechos humanos ante la
Fiscalía General de la República.
¿Le permitieron presentar
defensor privado?
A él le permitieron que
presentara a la defensora privada María Fernanda Torres, quien reclamó que
apareciera negada la presentación de las torturas. La juez dijo que lo
enviarían a la Dgcim, y Alberto entró en pánico. Dos horas después, la juez
salió, hizo un par de llamadas y al regreso cambió el sitio de reclusión para
Ramo Verde.
¿Qué cuenta el doctor de
cuando él estuvo en la Dgcim?
Cuenta que lo pusieron en
un cuarto aislado, oscuro, que le preguntaban muchas cosas cada cierto tiempo.
Ese grupo salía y entraba otro que no lo interrogaba habló, que él no podía
distinguirlos porque usaban pasamontañas, pero que lo torturaban, lo golpeaban,
se ponían guantes, lo ponían con las esposas atrás, se le tiraban encima, le
agarraban las manos hacia adelante y se las pisaban a la vez que le decían que
le iban a dañar las manos ‘para que nunca más vuelvas a operar’. Golpes y
golpes, le metían la cabeza en una bolsa.
¿Qué le preguntaban?
Sobre la capitana. Alberto
me comentó que ‘llegó un momento en que dije ya no puedo más, cerré
los ojos y me entregué, pero algo raro pasó porque dejaron de torturarme en ese
momento”. El miércoles, cuando Alberto llamó del Dgcim para que le lleváramos
algunas cosas porque iba para el tribunal, uno de los funcionarios que nos
atendió nos dijo: ‘él no está implicado en esto, se ve que esa señora lo
involucró’. Nos entregaron su cartera con sus tarjetas, el carro, las llaves de
su apartamento. Nos dijeron que ni el celular ni la computadora porque son
objetos de investigación.
¿Cómo ha sido el trato en
Ramo Verde?
Como hay nuevo director ha
sido bueno el trato. Al anterior lo cambiaron porque se presentaron varios
casos, antes de que llegara Alberto, porque hubo enfrentamientos entre ese
director y la Dgcim cuando llegaban a hacer requisas, por lo cual lo
detuvieron. Estuvo detenido el que era director, el hermano, el papá y un
gentío. A Ramo Verde no llevan generales, solo de coroneles hacia abajo.
¿Qué me puede decir sobre
la capitana Emmy Da Costa?
La capitana se comunicó el
martes 22 de mayo, con Victoria (hija mayor del doctor Marulanda) diciéndole
que ella no se había podido comunicar antes porque estaba huyendo. Le dije a
Victoria que no contestara y bloqueara ese teléfono. El 25 ella se comunicó por
video llamada con Marisela, una hermana de Alberto, que vive fuera del país,
para decirle que ella quería hacerse cargo de la manutención de los hijos de
Alberto, que a ver cómo apoyaba a la familia, que ella sentía que tenía una
deuda moral con Alberto. Mi tía le dijo de inmediato: ‘nosotros no necesitamos
que usted nos apoye, no queremos nada, es más no queremos ningún tipo de
relación con usted, no sabemos quién es ni nos interesa, lo único que sabemos
es que usted tenía una relación incipiente con mi hermano y si usted sabía que
la estaban buscando ¿por qué no llamó a Alberto para advertirle, sino que por
el contrario lo cita a su apartamento? No queremos nada de usted’. Lo que sí
puedo decir es que ese día que llamó esa señora no tenía ningún golpe en la
cara, ningún signo de tortura o maltrato. Esa señora se había ido del país
desde el principio.
¿Qué dice tu tío sobre eso
que le pasó?
Alberto está consternado.
Él dice ‘¿Cómo va a ser posible que me pase esto por una relación incipiente,
no estoy en cuenta de lo que está pasando y estoy pagando los platos rotos de
una rebelión en la cual yo no estoy involucrado?’.
Muchas personas nos han
dicho que las torturas y prisión de Alberto es para obligarla a ella a que se
entregue, pero quien va a creer que ella se va a entregar por un señor con el
que apenas tiene tres meses saliendo?
¿Qué esperan del caso?
Alberto está en los 45 días
de detención preventiva. Luego sabremos qué es lo que pasa. Los abogados no han
tenido acceso al expediente aunque han ido varias veces a solicitarlo. Hago un
llamado a la sindéresis. Si la capitana estaba involucrada en algo, por la
relación con Alberto, lo huberan citado, entrevistado y respetado sus derechos.
Pero él fue torturado física y psicológicamente. No te voy a decir que sus
torturas son irrecuperables, claro que él se va a recuperar de los daños
físicos, pero los psicológicos le quedaran siempre.
¿Qué tipo de daños tiene?
Perdió la audición del oído
derecho, que él sospecha es una lesión en el tímpano, para lo cual necesitaría
un tratamiento para ir recuperando al audición. Se lo han negado a pesar de que
en la audiencia se solicitó. Por otra parte, le apretaron tanto las esposas que
él como médico de mano lo explica mejor, pero necesita una terapia de
rehabilitación, le llevamos instrumentos para que haga parte de la terapia,
pero necesita acudir a un médico.
¿Qué tienen previstos
ustedes hacer?
Como él tiene también ciudadanía colombiana, acudimos a la cancillería colombiana, para denunciar el caso. Recibieron la documentación. Hemos estado en contacto con el expresiente Pastrana, pero como en Colombia están en este momento en el periodo de transición de Gobierno, no corre el caso con la celeridad que requerimos. Mi mamá (hermana de Alberto), está en Bogotá y vendrá a verlo, porque hay restricciones en Ramo Verde de que solo lo pueden visitar familiares directos. Reconocemos que en Ramo Verde les han dado los medicamentos y medicinas que le hemos llevado. Él está en una celda junto con otros seis señalados por el mismo caso.
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