Previo a la protesta del pasado sábado en Venezuela, el régimen envió al menos a un funcionario a cada unidad del país para presionar, influir, amenazar o controlar al personal
Sebastiana Barráez/ 19 de Noviembre de 2019
@SebastianaB
Tomado de Infobae
El triunfo del
kirchenrismo en Argentina, de la explosión de protestas en Chile, el derrumbe
de la popularidad de Iván Duque en Colombia, la protesta indígena en Ecuador
que hizo retroceder al Gobierno de Lenin Moreno y el inicial, aunque dudoso
triunfo, de Evo Morales en Bolivia, le sacaban sonrisas a los dirigentes del
chavismo en Venezuela, que incluso le hicieron decir a Diosdado Cabello “es apenas la brisita bolivariana. Lo que
viene ahora es el huracán”.
Nicolás Maduro con militares (Tomada de Infobae)
Unos días después la situación había cambiado un poco. Lo más relevante fue la renuncia de Evo Morales de la presidencia de Bolivia y su asilo en México, después de la decisión de la Fuerza Armada boliviana de quitarle el respaldo. A la par Juan Guaidó, el líder de la Oposición venezolana que sigue siendo el único con capacidad de convocatoria para que la gente salga a las calles, llamó a una protesta el 16 de noviembre.
Al natural
nerviosismo que Nicolás Maduro Moros y los altos funcionarios del chavismo han
manifestado, esta vez se sumo la alarma. A todas las unidades militares del
país se envió a, por lo menos, un funcionario de la Dirección de Contrainteligencia
Militar (DGCIM) para presionar, influir, amenazar o controlar al personal.
Aunado a eso se
prohibió el ingreso de militares retirados, sin excepción a los comandos del
país, por orden de la superioridad castrense. Por ejemplo, con fecha 12 de
noviembre el segundo comandante y jefe del Estado Mayor del Comando de Zona de
la Guardia Nacional de Táchira, en la frontera con Colombia, ordenó a través
del radiograma Nr. 2953, que por instrucciones del general de brigada Juan
Ernesto Sulbarán Quintero “por orden directa y expresa de nuestro comandante
general, se prohíbe el ingreso de personal de oficiales de Reserva Activa a las
instalaciones militares”.
Ordena que
“deberán reportar de inmediato a sus comandantes naturales los datos de ese
personal que se presente a cualquier unidad hasta nivel puesto, indicando los
datos personales y las razones de su visita”,
Aclaro que “el
trato debe ser respetuoso y cortés, pero deben cumplirse a cabalidad referidas
instrucciones, extremando las medidas de seguridad y control de cualquier otro
personal que ingrese a las instalaciones militares, debiendo supervisar el
correcto llenado de los libros de control en las entradas de los comandos. De
igual manera, el oficial jefe del régimen especial de seguridad debe coordinar
con la DGCIM para el manejo oportuno de la información”.
La página web del
Ministerio de la Defensa estipula que según el Artículo 328 de la Constitución Nacional y el Artículo n°
29 de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional. Dichos componentes
(Ejército, GNB, Aviación y Armada) se complementan con la Milicia Nacional, la
cual es un cuerpo especial de reservistas organizado por el Estado Venezolano,
integrado por la Reserva Militar y la Milicia Territorial destinada a
complementar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en la Defensa de la
Nación.
Lo que queda claro
es que los militares retirados a quienes llaman reserva activa, y que han prestado
servicio en la institución castrense algunos durante 33 años, no tienen acceso
a los cuarteles, donde sí tienen entrada los milicianos y los colectivos que
son civiles armados para la defensa de la revolución bolivariana.
Oficiales en
alcabalas
El día 13 de
noviembre el ministro de la Defensa, G/J Vladimir Padrino López ordena, a
través del radiograma 4846, que a partir de esa fecha “y hasta nueva orden” las
alcabalas que dan acceso al Ministerio de la Defensa, al Comando Estratégico
Operacional y a la Comandancia del Ejército, deben tener tres turnos de ronda
superior.
Lo más relevante
es que ordena que para ello deben emplearse “oficiales superiores” en las
alcabalas de acceso al Fuerte Tiuna, donde están ubicados el Ministerio, el
Ceofanb y la Comandancia General el Ejército.
Un general del
Ejército dice que eso es una novedad, es decir, que en las alcabalas de entrada
al Fuerte ordenen que debe estar un coronel o capitán de Navío, un teniente
coronel o capitán de fragata y/o un mayor o capitán de corbeta.
“Así está el grado
de nerviosismo, que están llegando a esos niveles de seguridad. Normalmente la
guardia la monta un teniente, incluso un sargento de tropa, pero imagínate eso
de que sea un oficial superior. Parece que el Gobierno sabe algo que nosotros desconocemos”.
Es así como las
ocho alcabalas que dan acceso al Fuerte Tiuna que es el más importante del
país, donde además de instalaciones militares están las viviendas de algunos
jerarcas del Gobierno, entre ellos algunos ministros y dirigentes del Partido
Socialista Unido de Venezuela.
Padrino López
ordenó que cada dependencia asumiera la logística de las alcabalas según le
correspondan. Al Ministerio de la Defensa la principal entrada que es la
alcabala 1 por Los Próceres, la 2 por El Valle, la 3 Distribuidor Las Gaviotas
y la 6 por la urbanización Cumbres de Curumo.
Al Comando
Estratégico Operacional le corresponde las alcabalas 7 de la Corte Marcial y la
8 del Servicio de Alimentación del Ejército. A la Comandancia del Ejército le
correspondió la 4 que da acceso por Las Mayas y la 5 por la subida de Tazón.
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