Sebastiana Barráez/ lunes 21 de junio 2021
@SebastianaB
Hoy, hace 29 días que al pintoresco pueblo de San José de Perijá en la frontera de Venezuela con Colombia, por el estado Zulia, no llega combustible. “A las dos estaciones de servicio La Frontera y San José, no llega ni gasoil ni gasolina. Y es exasperante esta situación. Solo se mueven motos y bicicletas. Ah y también los vehículos oficiales”, le dice a Infobae un productor que lamenta el abandono que lucen las fincas de la zona.
En la carretera Machiques-Colón se logra conseguir
combustible a lo largo de la carretera y en los poblados, pero no en las
gasolineras sino en ventas improvisadas. Rápidamente los conductores observan
pequeños carteles que ofertan el combustible en botellas de plástico: desde 3
mil 800 a 5 mil presos la gasolina colombiana.
Mientras más se aleja del puente que está sobre el río Catatumbo, a la altura de la carretera Machiques-Colón, más se eleva el precio de la gasolina. En San José de Perijá, municipio Machiques de Perijá, estado Zulia el litro hay que pagarlo a 3 dólares o 10 mil pesos colombianos; aunque es territorio venezolano nadie paga o cobra en bolívares.
Dependiendo de la zona varía el precio del litro de
combustible en la vía que lleva a El Cruce, en territorio del estado petrolero
del Zulia. A lo largo se observa a adultos, jóvenes e incluso niños en ventas
de combustible que ofrecen en recipientes de refrescos (gaseosas) de plástico.
Es casi una caravana de motorizados los que llegan a
esas ventas improvisadas para surtirse y llevar a los vehículos. Uno de be ir a
la parte de atrás de las viviendas, no visibles, para que le vendan la
gasolina. Es una estrategia ingenua porque cada quiosco es una referencia de
venta de combustible colombiano.
Para zonas como La Grita o La Fría, del estado
Táchira, la que llega es gasolina venezolana. “La venezolana, la puede
conseguir en La Fría, a unos 2.500 pesos el litro, mientras la colombiana ahí mismo
está no menos de 3 mil pesos el litro”.
La diferencia de precio es por la ruta de acceso. La
que llega a La Fría, desde Colombia, entra por Guarumito. A Perijá llega la que
entra por el río Catatumbo y por eso es más cara, unos 4 mil a 4.500 pesos ahí
mismo; más allá hasta San José ya le
cuesta 5 mil hasta 10 mil pesos el litro”.
En el caso del gasoil, un bidón de 220 litros de
gasoil lo cobran entre 110 a 160 dólares. El negocio del gasoil es exclusivo de
los militares, porque son ellos quienes asignan los cupos de distribución.
Solo motos y bicicletas
Es una aventura salir desde San Cristóbal capital del
estado Táchira para llegar al Zulia. La opción más segura es también la más
peligrosa, porque además del tanque del vehículo lleno, hay que llevar
recipientes de plástico con la gasolina que va a necesitar para llegar a
destino.
Más de tres meses tiene el Catatumbo, estado Zulia, sin que llegue combustible. Los pueblos que se encuentran en la vía están desesperados.
“Quizá porque la alcaldesa de Machiques, Betty Zuleta, está en
campaña, le está llegando combustible con más frecuencia”, es la consideración
que hace una mujer de pueblo.
Las parroquias, San José de Perijá, Las Piedras, San
Felipe, Calle Larga, Río Negro, todo depende de esa alcaldesa.
Las organizaciones de ganaderos han buscado apoyar, en
camiones, a las personas que van a ser vacunadas contra el Covid.19. Los
adultos mayores no tienen cómo trasladarse, porque no hay transporte público,
solo motos y bicicletas. Em algunas fincas las camionetas que se ven son de la
empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Los productores han optado por comprar la gasolina o
el gasoil a 10 mil pesos el litro para dárselas a los encargados de las fincas
y que puedan desplazarse en moto. Muchos de ellos van hasta Cachamana,
parroquia Río Negro, municipio Machiques del estado Zulia. Otros van al Cruce.
Allí compran gasolina colombiana y la traen a San José u otra población donde
residen. “La única manera para que los recipientes de combustible pasen en las
alcabalas es que se les pague a los militares”.
Cada historia luce más sombría que otra. “Ir al río
Tarra también sería una opción, pero ahí una pimpina o bidón de gasolina está
por 70 mil pesos, casi 3 mil pesos por litro.
Hace un mes solo llegó gasoil a San José de Perijá
para 10 productores. Lo que se suma a que la escasez de combustible agrava la
situación de los contagiados por el Covid, porque no hay cómo trasladar a los
pacientes si necesitan oxígeno, por ejemplo. La gente enferma se queda
encerradas en sus casas.
En la carretera Machiques-Maracaibo, los indígenas
Yukpa cierran frecuentemente la carretera y piden 10 dólares o gasolina a todos
los vehículos que pasan. Eso ha influido para que los transportistas de alimentos
no quieren viajar por esa vía.
La Asociación de comerciantes de Machiques se reunió y
decidió adquirir en Colombia cajas de medicamentos e insumos para el Covid-19
que están regalando a los contagiados.
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