El episodio, ocurrido en el pueblo de Siquisique, confirma que varios militares siguen manchándose de violaciones a los derechos humanos aún cuando ya dejaron el uniforme. IMÁGENES SENSIBLES.
Sebastiana Barráez/ miércoles 28 de julio 2021
@SebastianaB
Rivero Álvarez contó a habitantes del pueblo de Siquisique “Yo salía del trabajo, a eso de las 3 de la tarde del jueves 22 de julio 2021, cuando fui detenido y secuestrado, por el exsargento de la Guardia Nacional Yesin Antonio Linarez (16.860.255), quien me colocó esposas y me llevó a su casa, que también funciona como negocio de víveres”.
Ya en el lugar “me encerró en uno de los cuartos y me
golpeó ferozmente, me pateó, me tiró al piso y se montó sobre mi espalda”, es
el relato que Hermis José, el joven de 23 años, que vivió la aterradora
experiencia que casi lo lleva a la muerte en manos del militar retirado.
La víctima presentará la denuncia ante el Ministerio
Público y como prueba existe el video, grabado por la esposa de Linarez, donde
se ve por unos segundos la brutal tortura que sufrió Álvarez.
La venta de víveres de Linarez lleva por nombre la Luz de Dios y está ubicado en el
barrio Cruz Alta de Siquisique, capital del municipio Urdaneta del estado Lara.
Según lo narrado por la víctima, cuando Linarez lo tenía sometido, esposado,
“me golpeaba con las manos y la pistola”, por lo que le reventó parte de la
cabeza, causándole lesiones y hematomas. “Desde ese momento he tenido mareos,
dolores de cabeza, fiebre por los golpes recibidos”.
En el video se observa que Linarez usa contra el joven
“el método de la bolsa, aplicándome asfixia inducida, en un intento de
homicidio”, según dijo Rivero, quien debe hacerse, por recomendación médica,
una resonancia magnética, electrocardiograma y electroencefalograma, así como
exámenes de riñón.
El video, además de ser un testimonio brutal, refleja el uso que hace Linarez de técnicas de sometimiento y habría que preguntarse si también lo enseñaron a torturar. Se percibe que la mujer que graba el video trata de persuadirlo de soltar a Álvarez, pero el sargento insiste en un gesto de prepotencia como “lo tengo controlado”, hasta que cuando parece que va a asesinar a Álvarez, la mujer deja de grabar y se le va encima en lo que parece un intento por frenar la tortura.
Siquisique es como un pueblo sin ley. “Solo se ve por
aquí a las autoridades estadales cuando están en campaña, como hizo el
Gobernador el fin de semana. Aquí no hay dónde colocar la denuncia y ese
muchacho, Rivero Álvarez tiene que viajar unas horas hasta Barquisimeto,
capital del estado, para poder colocar la denuncia”.
Linarez, el victimario, es muy conocido en Siquisique
“entre otras cosas, por su nuevo estilo, que dista bastante de los ingresos que
como militar tuvo. Además de ese abasto, tiene varios vehículos”.
“El sargento Linarez es un enfermo de poder y dinero,
que encontró en el municipio Urdaneta la impunidad para actuar. Él manejó por
un tiempo las colas de la gasolina, que le permitió importantes ingresos con la
reventa del combustible y con eso montó una venta de comestibles”.
El problema que Linarez tiene con Álvarez es que “no
se sabe quién le robó un reproductor y por eso se molestó, arrancó la
investigación para saber quién fue el autor del robo e instaló una sala de
tortura en su casa”.
Hay vecinos de Siquisique que aseguran haberlo visto
con uniforme, aunque está retirado. “Él se quita y se pone el uniforme para
hacer algunas cosas, quizá así le permiten pasar las alcabalas cuando lleva
mercancía; también se presenta uniformado en las colas de la gasolina”.
El problema principal de Urdaneta es que ha ido
privando la anarquía. “Aquí cada quién cree que puede hacer lo que quiera,
desde el alcalde que usa los bienes del municipio a su antojo hasta Linarez que
se cree con el poder de secuestrar y torturar a ese muchacho”.
En Urdaneta hay dos destacamentos militares, uno en
Santa Inés, parroquia Moroturo, y el otro en la entrada de Siquisique.
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