La Dgcim dijo que había muerto en una cubeta de agua, pero después cambió su versión y aseguraron que se ahorcó
Sebastiana Barráez/ viernes 8 de julio 2022
@SebastianaB
Dos días antes de morir, el detective del Cicpc, Juan Ángel Pantoja Carreño, le daba consejos a un amigo suyo a quien le dijo “papá Dios a uno le tiene un propósito guardado, pero de igual manera hay que cuidarse”. No sabía el joven que horas después sería detenido por los terroríficos funcionarios de la Dgcim, culpado de haber ayudado a salir del país a Reyes Hernández, torturado y muerto. La primera excusa que la Dgcim dio a los funcionarios del Cicpc es que murió en un tobo de agua, versión que después transforman en que se ahorcó.
La
obsesión del jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim)
en Apure, Juan Carlos García alias El Gavilán, por ponerle la mano a El Hato El
Chaparralito y a su dueño, acaba de tener como víctima a Juan Ángel Pantoja
Carreño (27 años), un detective del Cuerpo de Investigaciones Científicas,
Penales y Criminalísticas (Cicpc), quien murió en la sede de esa institución en
San Fernando de Apure, horas después de haber sido detenido. “Qué arrec… lo
mataron, lo estaban torturando y se les murió. Nos dijeron que había muerto en
un tobo de agua; como si fuéramos gafos y no viéramos el tirro, los amarres y
lo que usan para la tortura”, le dice a Infobae un amigo del funcionario
muerto.
El
martes llegó una comisión, al mando de alias Gavilán, al sitio de trabajo de
Pantoja Carreño, se lo lleva, lo señalan de tener información sobre el paradero
de Reyes Gabriel Hernández González, dueño del hato
El Chaparralito. La obsesión de alias Gavilán es dar con el dueño del
hato, de quien pretende traspase legalmente la estratégica propiedad, situada
en la frontera, con gran extensión de tierra y fundaciones, pista de aterrizaje
y numerosas cabezas de ganado que van desapareciendo paulatinamente una vez que
la DGCIM ocupó la propiedad.
El 6
de julio hubo mucha movilización militar en Apure con varias detenciones por
parte de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), Zona
Operativa de Defensa Integral (ZODI), Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y del
Comando Nacional Antisecuestro y Extorsión (CONAS), quienes se desplegaron en
los municipios Achaguas y Pedro Camejo. El clima parecía enrarecido.
El miércoles, en la tarde, la
Dgcim traslada a Pantoja al Cicpc para que sea reseñado; el joven preocupado
habló con algunos de sus compañeros por lo que estaba pasando en la Dgcim. “Me
han torturado y temo por mi vida”, habría dicho palabras más palabras menos,
según le dijo a Infobae un funcionario policial.
Cuando sus amigos y compañeros se
enteran de que Pantoja había muerto horas después, varios de los Cicpc, entre
ellos estaría el comisario Jhonny Salazar, se trasladan a la Dgcim en compañía del médico forense de la
institución, pero no les permitían el ingreso, por lo que estallaron de indignación,
hubo una situación tensa, que amenazó llegar a ser mayor hasta que el Director nacional
del Cicpc, comisario Douglas Arnoldo Rico González, llamó para que se retiraran
del lugar.
Una fuente reveló a Infobae que
“la excusa que dieron es que murió por inmersión en un recipiente de 200 litros
de agua que había en el lugar. Usan como tortura sumergirlos en agua o
colocarles bolsas con agua y Pantoja no lo soportó. Se les pasó la mano. Ahora
dijeron que no, que fue que se suicidó ahorcándose”.
Aunque
la Dgcim prohibió que funcionarios del Cicpc vieran el cuerpo, cuando varios de
ellos se presentaron a la sede de ese cuerpo represivo, los que lograron entrar
al sitio donde habían tenido a Pantoja Carreño “observaron cinta adhesiva de
embalaje, cartones, bolsas y otros instrumentos de tortura”.
En la morgue hubo un fuerte altercado entre funcionarios de las dos instituciones, donde los Cicpc llamaban asesinos a los de la Dgcim. “No es la primera vez, no es la primera vez” les gritaron.
Funcionarios,
amigos y familiares se apersonaron a la sede de los tribunales en San Fernando
de Apure exigiendo la investigación de lo sucedido, temiendo que el hecho quede
en la impunidad porque alias Gavilán ha venido actuando por encima de la Ley,
deteniendo sin cumplir el debido proceso, torturando y amenazando, con el
argumento de que “el presidente Nicolás Maduro me llama directamente”.
Es
alias Gavilán quien llama al comisario del CICPC Apure para notificarle la muerte del detenido. El
grupo de funcionarios criminalísticos se traslada de inmediato a la Dgcim e intentan
realizar el respectivo levantamiento del cuerpo e iniciar las averiguaciones
pertinentes, porque es competencia del Cicpc como Órgano Principal de
Investigación Penal de Venezuela. Los funcionarios de la DGCIM se negaron a que
ingresaran y se negaron a entregar el cuerpo de Pantoja, sin indicarles los
motivos ni causas de la muerte.
La fiscal Séptima de derechos fundamentales, Lorena Firera, habría solicitado la detención de los funcionarios que se encontraban de guardia a la hora en que Pantoja murió y que por cierto abandonaron el lugar de inmediato. Por su parte, la madre del joven detective Juan Ángel Pantoja Carreño (cédula 19.668.096), viajó desde España al saber la muerte de su hijo.
La solicitud de detención contra
Pantoja fue hecha, el 5 de julio, por el Fiscal Cuarto con competencia Nacional
en materia de Corrupción y emitida por el Tribunal Primero de Control del
Circuito Judicial Penal del estado Apure, señalándolo de haber colaborado con
Reyes Gabriel Hernández González “El Finquero”. Los delitos contra Pantoja
eran: corrupción propia agravada, agavillamiento y evasión favorecida.
Es importante destacar que a Hernández, dueño de El Chaparralito, le dio libertad el juez de ese mismo Tribunal Carlos Alberto Jaimes Gómez el 9 de diciembre 2021, después de percatarse que la DGCIM lo había engañado al solicitarle la detención de Hernández con el argumento que en El Chaparralito encontraron explosivos. El Juez descubre que Hernández tenía tres años preso en la DGCIM Caracas y sin acceso al hato, por lo que mal podría ser responsable de los explosivos que supuestamente encontraron en la finca a la que solo tenían acceso los militares y funcionarios de Dgcim. El juez Jaimes está preso desde hace meses. (Sebastiana Sin Secretos: Guerra por la finca Chaparralito en Venezuela: el dueño fue torturado y su abogado y un juez están presos)
Un compañero del Cicpc dijo
entre lágrimas “lo que más me duele es que, a lo mejor, el asesinato de ese
pana quede impune, por este gobierno de m…”.
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