El arresto del sargento supervisor Rigoberto Rafael Espina Rincón es otra muestra de cómo crece la cantidad de militares involucrados en drogas en el país caribeño
Sebastiana Barráez/ viernes 11 de noviembre 2022
@SebastianaB
Crece la cantidad de militares involucrados en drogas en Venezuela. El 4 de noviembre fueron detenidas cuatro personas “integrantes de una organización delictiva dedicada al tráfico ilícito de drogas obteniendo información de interés criminalístico”, se lee en la minuta del Comando de Zona 111 del Zulia. Se agrega que hubo “incautación de dos embarcaciones, con barrido químico positivo para clorhidrato de cocaína”; lo que la minuta oculta es que el primero de los nombres responde a una sargento supervisor, que además era hombre de confianza de su comandante de destacamento. También se oculta qué les encontraron para detenerlos y qué los llevó a revelar el escondite de las dos lanchas.
El Sargento Supervisor (GNB) Rigoberto Rafael Espina Rincón, es un comando activo del Destacamento 112 de la GNB del estado Zulia, “Promoción 58” dice uno de sus compañeros, destacando que Espina al concluir sus años de actividad, cuando debía pasar a retiro, solicitó prórroga y posponer la baja de la institución. Miles de militares han desertado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) porque se les ha negado o retardado la baja; resulta suspicaz aquellos que piden quedarse en la institución castrense o los oficiales que se atornillan a cargos que están en la ruta del narcotráfico.
Relata que la última vez que habló con él antes de que
lo detuvieran “me dijo ‘curso, yo pedí un año más, porque estoy custodiando
unos amigos del comandante y me dan mi cosita ahí; uno anda uniformado con
ellos’. Algo había ahí porque yo digo que lo que se hizo se hizo, que va a
estar uno pidiendo un año más, pero como se dice, así es el hambre".
“Un primo de Rigoberto Espina, quien también es
militar, me dijo que la familia cree que lo inculparon, pero también me aseguró
que el jefe le regaló una camioneta y otras cosas, por lo que se preguntó si
eso era solo por escoltarlo, porque la verdad resulta raro”, dice su compañero
de componente.
“A estas alturas uno sabe qué es lo bueno y qué es lo
malo. No sé qué pasó ahí. No sé si Espina estaba metido en eso, pero entre el
grupo de compañeros se dice que en el teléfono le encontraron mensajes que lo
incriminan aún más. Era un sargento con 33 años, ¿por qué pidió un año más de
permanencia? Según la familia, Espina estaba hace tiempo con el comandante. Ya
sabe cómo están las cosas aquí y ahora sí andan con operativos, queriendo
mostrar a la CPI que están haciendo incautaciones”, dice otro de los guardias
nacionales.
Es irónico, pero el 31 de octubre de 2022 Rigoberto Espina retuitea el mensaje del MG Juvenal Fernández López, comandante general de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que empezaba ¡Golpe al narcotráfico! Y que narra que efectivos adscritos al Comando de Zona 22 de Mérida detuvieron a un hombre que trasladaba más de 77 kilos de marihuana y se mostraba una foto del individuo de espalda, con la droga sobre una mesa. Cuatro días después Espina estaba en una foto similar como protagonista principal.
La minuta de la GNB
La escueta información suministrada en la minuta de la
Guardia Nacional, CZGNB-11, CNA URIA 11, CONAS GAES 11del Zulia, se limita a
destacar el resultado de la detención de: “Rigoberto Espina, Iscar Salazar
Laffot (sic), Samuel López Batís y Ángel Ortiz Labori, integrantes de una
organización delictiva dedicada al tráfico ilícito de drogas obteniendo información de interés criminalístico”. De
los civiles se mencionan los dos apellidos, no así del militar, limitándose a
mencionar solo un nombre y un apellido.
En el caso de Iscar José Salazar Laffont, de 37 años, tiene
residencia en Sector La Salina II, Casa S/N, frente a una bodega, El Morro de Puerto
Santo, Municipio Arismendi, estado Sucre. En dicho municipio también reside Samuel
José López Batis, mientras que Ángel Luis Ortiz Labori aparece con residencia
en Porlamar, estado Nueva Esparta.
Agrega que la captura se debe a “labores de inteligencia,
perfilamiento e inspección de personas y vehículos” que hicieron efectivos
adscritos a la Unidad Regional de Inteligencia Antidrogas del Zulia (URIA-11) y al Destacamento
de Seguridad Urbana (DESUR) Zulia del Comando de Zona Nr. 11, que se encontraba
de servicio en el CZGNB-11 Zulia, de
servicio en el Punto de Atención al Ciudadano (P.A.C.) de Puerto Caballo.
Al día siguiente, 5 de noviembre, localizan las dos
lanchas, argumentando que fue porque continuaron “con las labores de pesquisa a
través de trabajo de campo, mediante patrullaje de escudriñamiento y
procesamiento de información obtenida, efectivos militares en comisión conjunta
adscrito al D-112 del CZGNB-11 Zulia, GAES-11 Zulia y URIA-11 Zulia”.
Las dos embarcaciones son tipo lancha de fibra, “una
de ellas con dos motores fuera de borda de 75 hp marca Yamaha”. Las encontraron
ocultas en un mangle, del sector Porchoure, municipio Guajira, estado Zulia
coordenadas 11°41'42.6"N 71°35'09.8"W., se lee en otra de las
minutas. Las dos embarcaciones “fueron trasladadas y resguardada en el sector
de Cojoro, municipio Guajira, estado Zulia”.
El 6 de noviembre, dos días después de la detención del sargento supervisor Espina y los tres hombres que lo acompañaban, una comisión de efectivos militares, adscritos a la URIA-11 Zulia, y Experto Químico adscritos al LC-11 Zulia, así como Alexander Sánchez, Fiscal 24 en materia contra las drogas, se dirigieron hasta donde estaban las dos embarcaciones para realizar el barrido químico de las mismas, “arrojando resultados positivos para clorhidrato de cocaína”.
Reincidente
El 29
de Julio de 2013 el juez del Tribunal Primero de Ejecución de Carúpano, Luis
Marcella Hernández, ordena la libertad inmediata de Iscar José Salazar Laffont,
Asunto Principal RP11-P-2004-000165. Hernández actúa en razón de que en el 2012
el Juez Luis Beltrán Campos le concedió la Fórmula Alternativa de Cumplimiento
de Pena de Destacamento de Trabajo, por 5 años y nueve meses, por lo que al ser
detenido por la policía de Sucre, se violaba la decisión de Beltrán Campos.
La
causa judicial se originó cuando el 13 de diciembre 2006 el Tribunal le pidió
al Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) que
lo detuviera, ya que, el 23 de octubre 2006, la Corte de Apelaciones del estado
Sucre, anuló la sentencia absolutoria que le habían dado el 29 de noviembre
2005, por la presunta comisión del delito de Ocultamiento de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas: así ordenaron un nuevo juicio, que se reanudó
el 16 de junio 2011. Entonces Salazar Laffont asumió los hechos, lo condenaron
a ocho años de prisión.
Iscar Salazar Laffont tenía 19 años de edad, cuando el
19 de mayo 2004, una comisión del destacamento 78 de la Guardia Nacional,
inspecciona un inmueble a solicitud del Tribunal Quinto de Control: en el lugar
solo estaba Iscar José. La GNB encontró, según dice el reporte judicial, cinco
chalecos antibalas, cartuchos de fuego, un pasamontañas y enterradas “al final
del inmueble, cerca de una mata de tamarindo encuentran varias panelas de
marihuana y en una especie de tanque, en un túnel, consiguen 77 panelas (75,
890 kilogramos), que al realizar la experticia resulta ser cocaína y que dos
panelas eran de jabón”.
Esa
fue la primera vez que cayó por drogas, ahora está detenido nuevamente por la
misma razón.
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