El privilegio del pequeño grupo de altos jerarcas del 4F que han permanecido en el poder dista mucho de lo que vive el resto de los militares que se levantaron contra el gobierno constitucional en 1992
Sebastiana Barráez/ martes 6 de febrero 2024
@SebastianaB
Tomado de Infobae
Desde todos los estados del país, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) trasladó, en cientos de autobuses hasta la capital, Caracas, a personas, la mayoría de ellas pertenecientes a la estructura partidista y funcionarios públicos, incluyendo militares, para el acto de los 32 años del intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 (4F). Figuras claves de esa no estuvieron presentes; el exministro y general Miguel Rodríguez Torres está en el exilio, el exgobernador y capitán Ronald José Blanco La Cruz de muy bajo perfil, otros, han muerto en situaciones terribles.
El privilegio del pequeño grupo de altos jerarcas del 4F, que han permanecido en el poder, y que les ha permitido el goce de recursos, escoltas, propiedades, vehículos, vacaciones y lujos, de ellos y sus familias, dista mucho de lo que vive el resto de los militares que se levantaron contra el gobierno constitucional en 1992, algunos han muerto en la miseria y otros atraviesan por graves crisis de todo tipo. La muerte del coronel Francisco Javier Centeno es parte de ello. (http://www.sebastianasinsecretos.com/2023/10/fue-oficial-del-4f-ayudo-construir-la.html)
El
evento del 4F en el 2024 fue en Miraflores, y tuvo como figura central a
Nicolás Maduro Moros, que aunque no pertenece al grupo de los que dieron el
fallido Golpe, sí estuvo rodeado por los más cercanos al poder; el mayor
general Jesús Suárez Chourio abrió el acto. Diosdado Cabello hizo un evento
aparte, en el llamado Cuartel de la Montaña, sitio en el que fue velado y
enterrado Hugo Chávez.
No
estaban allí todos los que son, ni son todos los que estaban, de los militares
que ese 4F de 1992 utilizaron las armas de la República para intentar derrocar
al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, y que terminó siendo un golpe
fallido, que aún así causó un impacto brutal contra la institución castrense,
cuyas cifras iniciales, según el entonces Ministro de Defensa, Fernando Ochoa
Antich, fue de 14 militares muertos, 53 heridos, más de mil detenidos y gran
cantidad de daños a estructuras gubernamentales, incluyendo el Palacio de
Miraflores. Las cifras de muertos y heridos fueron más elevadas, incluyendo
civiles como bajas colaterales.
Nicolás
Maduro, en los actos del 32 aniversario, pide a los asistentes que cuando
regresen a sus casas “prendan una velita, pongan una foto de Chávez, rezan un
padrenuestro y le dan las gracias para llenarlo de la luz y las bendiciones del
pueblo”; es una manera de divinizar la imagen de quien instauró la revolución
bolivariana, lejos de lo que ha pretendido el movimiento de los febreristas de
venderlo como un héroe militar o patriota al nivel del Libertador Simón
Bolívar.
“Estamos
del lado correcto de la Historia”, dijo Maduro, con una frase que en Venezuela
hizo popular el entonces preso político de la oposición, Leopoldo Eduardo López
Mendoza. Y lo más relevante es que advirtió a la Oposición “el equipo gana y
vamos a ganar por las buenas o por las malas”, la misma frase que ha repetido,
en varias oportunidades, Diosdado Cabello Rondón y Jorge de Jesús Rodríguez
Gómez, presidente de la Asamblea Nacional,
En
el evento se instaló un grupo de música, que se activaba ante cada canción que Maduro
cantaba, algunas del cantautor venezolano Alí Primera, así como partes del "Himno
de la Federación", como se llama a un canto popular, que, durante la
Guerra Federal en Venezuela, entonaban quienes aupaban a las tropas que
luchaban contra la oligarquía conservadora.
Habló
de las inclemencias que aseguró se pasó desde el 2017 hasta el 2021. “Cuando
resistimos comiendo ñame, yuca, mango, sardina, ¿Y nos rendimos? Jamás nos
rendiremos frente al imperio y la oligarquía”.
Caracterizó
el chavismo como “el bolivarianismo del Siglo XXI, es el socialismo cristiano
para los siglos que están por venir. También somos Cristo viviente, sufriente,
lleno de esperanza en la buena nueva, somos el pueblo del hijo redentor, yo soy
hijo de nuestro señor Jesucristo y si estoy aquí es porque él me bendice y me
protege, y no han podido conmigo ni con ustedes porque Cristo está con
nosotros, Dios con nosotros. Marxista, bolivariano y cristiano, es decir
chavista del siglo XXI. Soy Nicolás Maduro, primer presidente chavista de la
patria”.
En la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), se prepararon para celebrar ese 4F, actividades de trote en determinados cuarteles del país. Y no faltaron los mensajes del Ministro de la Defensa y del Comandante Estratégico Operacional (Ceofanb), GJ Domingo Hernández Lárez, para quien el 4F “nos recuerda al mejor sistema de gobierno es aquel que proporciona la mayor suma de felicidad a la nación”.
Los
líderes
El
4F tuvo cinco comandantes, uno de ellos, José Miguel Ortiz Contreras, murió en
1995; Hugo Chávez terminó como único líder en la presidencia. De los otros
comandantes, solo sigue activo con la revolución, Francisco Javier Arias
Cárdenas, quien tiene el cargo de embajador de Venezuela en México, aunque con
muy poca visibilidad. En el caso de Yoel Acosta Chirinos ha tenido vaivenes con
el gobierno durante los 25 años que tiene la revolución bolivariana.
En
una entrevista, realizada por el periodista Pacífico Sánchez, para el diario El
Impulso, publicada el 4 de febrero del año pasado, Acosta Chirinos reconoció
que “a mí una de las cosas que me impulsó a participar en la insurgencia fue
precisamente llevar a cabo la lucha contra la corrupción del gobierno de la
cuarta república. Y ese peligro lo veíamos en el nuevo gobierno Urdaneta y yo”,
dijo en alusión al otro comandante del 4F Jesús Urdaneta Hernández.
“Urdaneta,
quien era jefe de la Disip, le hacía seguimiento al dinero que se manejaba
en la administración pública y le informaba a Chávez del dinero que era llevado
a los llamados paraísos fiscales con pruebas, pero Chávez no lo quería creer.
Pedía más pruebas y más pruebas, y más pruebas y más pruebas le entregaba
Urdaneta, pero él no tomaba ninguna decisión hasta que Urdaneta terminó
renunciando a la Disip (actual SEBIN) y la cosa se puso más agria. Y
no se tomó en cuenta la corrupción”.
Jesús
Ernesto Urdaneta Hernández llegó a reconocer, en una entrevista que le hiciera
el historiador Agustín Blanco Muñoz, que “Chávez le ordenó al ministro Ignacio Arcaya que le
diera 300 mil dólares a la guerrilla colombiana".
También
consideró, en otra entrevista, que el 4F fue un gran error “porque devino en
todo esto. Hoy día, con la experiencia que uno va acumulando. Tomé un atajo que
no se debe tomar. Como joven que era, en aquel momento, yo sentí que si seguía
dentro de la Fuerza Armada sin hacer nada, me hacía cómplice y por eso fue que
actué. Y de esa misma forma me sentí en el primer gobierno de Chávez, porque si
me quedaba ahí me hacía cómplice y por eso renuncio y lo enfrento”.
Fue
tajante en decir que no repetiría el 4F “en ninguna circunstancia y menos aun
viendo el destino que le han impuesto a nuestro país este gobierno”, agregando
que el pueblo pensó que “era una gente seria que venía a recuperar el país, y
lamentablemente no fue así”.
Remata Urdaneta diciendo que “los militares no están para alzarse. Los militares están para que se respete la institucionalidad, que cumplan con su misión que es la defensa y seguridad del país”.
El
intento de Golpe
Ese
4F Hugo Chávez se erigió como el líder de la asonada militar, cuando apareció
frente a las cámaras, con su uniforme, y pidiéndole al resto de militares
alzados, que se rindieran. Ninguno de los participantes en ese intento de Golpe
de Estado jamás pidió perdón a las víctimas, nunca asumieron los hechos como
ataque a las instituciones y, en lugar de asumir con humildad el grave hecho de
intentar un Golpe de Estado, han pretendido justificarlo como un acto heroico.
Solo
unos fueron a la cárcel por poco tiempo ante un delito tan grave, algunos
recluidos en el Cuartel San Carlos de Caracas y luego enviados a la Cárcel de
Yare, estado Miranda, donde se les facilitaron entrevistas con periodistas,
abogados y admiradores. Ninguno de ellos fue torturado, menos aún les quitaron
los bienes, tampoco sus familias fueron torturadas o encarceladas, por el
contrario, se les permitía visitas en condiciones privilegiadas para las
celebraciones.
Diosdado
Cabello llegó a confesar públicamente que, estando preso en el Lino de
Clemente, en una de esas visitas, en octubre 1992, su esposa Marlene va a
celebrar en la cárcel el cumpleaños de uno de sus hijos. “Marlene llega cargada
con su piñata y el niño llevaba una sillita. Marlene metió, en esa piñata,
cinco granadas. No metió whisky, sino cinco granadas, porque venía el 27 de
noviembre”, dijo en alusión al nuevo y fallido intento de golpe del 27N.
Agregó que “en esa silla que mi hijo llevaba, las paticas de esa sillita de plástico se sacaban; en esas paticas nosotros acumulamos, todos los fines de semana o cuando había visita, explosivos, porque nosotros nos íbamos a defender adentro, porque nosotros teníamos que escaparnos”, confesó Cabello en un programa del canal oficialista VTV.
Ni
una disculpa
A
consecuencia del Golpe Militar fallido del 4F, el Tribunal Militar de Caracas
juzgó a 133 oficiales, señalando a 24 de ellos como los principales
responsables. En la Fuerza Armada les abrieron un proceso de investigación a
casi mil militares. La gran mayoría de las causas judiciales fueron cerradas. El
entonces presidente Rafael Caldera indultó a los del 4F que solo estuvieron dos
años en prisión y fueron dados de baja de la institución armada.
Ni
siquiera por estar demostrado que ejecutaron un intento de Golpe de Estado, que
usaron armas de la República y quebrantaron las bases legales de la Fuerza
Armada, a ninguno de ellos se les sometió a actos deshonrosos, como el anunciado
por el Ministro de la Defensa, GJ Vladimir Padrino López, el 23 de enero 2024
al manifestar que fueron expulsados y degradados 18 profesionales militares,
sin el mínimo proceso judicial, pero que según él cometieron actos “que van en
contra de los principios republicanos y democráticos; no dudaremos en aplicar
la ley a los traidores porque el engaño y la deslealtad implican el
quebrantamiento de las leyes del honor militar”.
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