viernes, 3 de febrero de 2017

Exclusiva| Unos 60 “guerrilleros” atacan puesto de la Fuerza Armada venezolana



3/02/2017
 ElEstimulo.com






 Eran las 10 y 30 de la noche de este domingo. Demasiado silencio en tierra del misterioso Orinoco. Fue cuando cerca de 60 hombres se aparecieron, aprovechando la oscuridad de la noche, y tomaron por asalto el Puesto de Comando Fluvial (PCF), en el sector “El Suspiro”, revelaron fuentes castrenses confidenciales.

Según contaron los militares de ese puesto, los atacantes estaban fuertemente armados con fusiles AK-47, R-15, pistolas y granadas de mano. Sometieron a los cuatro efectivos militares, que estaban en el lugar, los amarraron y los amordazaron. Se identificaron como miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Además de destrozar el Puesto de Comando Fluvial, se llevaron los teléfonos celulares de los militares, tres fusiles AK-103, con sus tres cargadores y treinta cartuchos, de los seriales: 071630659, 071665676, 071630815.

La información se supo cuando los efectivos militares sargento de tercera José Daniel Oliveros, sargentos primero Elis Saúl Orfila Carreño, Jorge Alí Miranda Molina y la sargento primero Grismar Milanyela Torres Castillo, llegaron al Destacamento Fluvial 632, adscrito al Comando de Zona Nro 63 de la Guardia Nacional Bolivariana, en Puerto Ayacucho, estado Amazonas y notificaron la novedad.

Los irregulares no causaron muertes, sólo se limitaron a atacar el puesto y a decirles a los cuatro funcionarios militares que llevaran la información de que si querían que les devolvieran las armas, debían entregarles las dos embarcaciones con su respectiva carga que el Comando DF-632 les había incautado en el Puesto de Comando Fluvial “El Suspiro” de la GNB. Y agregaron que junto con las embarcaciones y la mercancía debían entregarles los detenidos.

El Comandante de la 1ra. Compañía  del DF-632, a la cual está adscrito el PCF “El Suspiro”, capitán Klidder Ramírez, llamó a uno de los números de teléfono que los irregulares se llevaron del asalto, y le respondieron dos individuos que dijeron llamarse “El Cuñado” y “El Bobina”.

Los osados individuos, sintiéndose muy seguros, le dijeron al oficial que les devolvieran las embarcaciones con la mercancía y que no olvidara que también debían incluir a los detenidos. Se atrevieron a amenazar que en caso contrario tomarían acciones más contundentes contra las unidades militares que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana tiene en el estado Amazonas, especialmente mencionaron que las del municipio Atabapo.

No son FARC

Aunque para este momento no hay información oficial ni el Ministerio de la Defensa, Alto Mando Militar u otro organismo han emitido algún comunicado o reporte sobre el hecho, las fuentes revelaron que en el gobierno estarían manejando la versión de que ese grupo no es la FARC sino paramilitares o bandoleros disidentes de otros grupos.

De inmediato se activó una investigación porque resultaría sospechoso que no hubiese habido ni un solo tiro en el lugar de los hechos.

Además, a causa de lo sucedido con el helicóptero desaparecido en Amazonas el 30 de diciembre pasado, la Fuerza Armada ha reforzado las medidas de contrabando y tiene casi bloqueado el paso de productos por el río, controlando las embarcaciones. Esas medidas tendrían a la guerrilla y otros grupos irregulares desesperados por la escasez de productos y suministros.

Lo inaudito es que un grupo tan grande y tan bien armado someta, en nuestro territorio, a un puesto militar. Más aún cuando Amazonas ha sido recientemente noticia por la desaparición en su territorio, el 30 de diciembre 2016, de un helicóptero militar con 9 oficiales y cuatro civiles a bordo.

Desde hace años las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia se asentaron en territorio de Amazonas. En una de mis visitas a ese estado denuncié que en zonas como Yavita, la guerrilla colombiana instaló campamento y que pueblos como Maroa eran controlados por los irregulares.

Esta reportera pudo comprobar entonces que los militares de San Fernando de Atrabapo, San Carlos de Río Negro y Maroa no tenían más opción que convivir con los guerrilleros de las FARC.

Uno de los ataques guerrilleros más emblemáticos en la historia de la Fuerza Armada, sin duda alguna, que fue el del Puesto Fluvial de la Infantería de Marina venezolana “AF Manuel Echeverría”, el 25 de febrero de 1995, que por su cercanía al caño Cararabo, se dio en llamar la Masacre de Cararabo. Allí murieron cruelmente torturados ocho infantes de marina venezolanos, cuando una compañía de casi un centenar de hombres del Frente “Domingo Laín” del Ejército de Liberación Nacional (ELN) los sorprendió y atacó.

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