Los familiares trataron de recuperar los cuerpos de sus seres queridos, pero el gobierno venezolamo montó una estrategia para evitar que los reconocieran y luego enterrarlos en fosas comunes
Sebastiana
Barráez/ 18 de agosto 2020
@SebastianaSin
Un funcionario de la morgue de Bello Monte en Caracas, centro del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf), manifestó a Infobae estar muy indignado por la manera en que han sido tratados los familiares de los presuntos fallecidos o desaparecidos de la Operación Gedeón, ocurrida el 3 de mayo 2020. Al leer la entrevista con la señora Elizabeth Castillo de Castro, reveló la serie de violación de protocolos que se han cometido en el sonado caso.
“Lo primero
que debo decir es que Bermis Martínez no es médico
forense, ni sabe nada de medicina legal, es una maracucha (oriunda del estado
Zulia), comisaria del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y
Criminalísticas (Cicpc), porque Senamecf está llenó de comisarios en varias
áreas. La que sí es patólogo es Yannuacelis Cruz”, dice el funcionario que nos
pide no identificarlo para evitar represalias en su contra.
“La
Jefa de Evidencias es otra comisaria llamada Yaniska Trujillo. Si había dudas
sobre el cuerpo, debieron actuar los odontólogos y antropólogos, que son los calificados
para dar la identidad cuando no se reconoce un cuerpo. Además, eso lleva un
estudio que se llama necrodactilia, de manera que con esos cadáveres lo primero
que debió hacerse fue proceder con el sistema
dactilográfico, que se utiliza para obtener de manera correcta las impresiones
digitales de los cuerpos sin vida para su real identificación; eso solo debe
tomar unos minutos y ese scanner tiene relación directa con el CNE y el
Servicio de Identificación SAIME”.
Destaca
el funcionario que cuando el familiar de alguno de esos cadáveres muestra
señales de duda o no reconoce el cuerpo, no podría ser inhumado. “Lo que la
esposa del señor Jean Carlo Castro Gutiérrez dice en la entrevista, con
relación a lo expresado por la comisaria Bermis de ‘cuando ustedes quieran
asumen los costos y reclaman el cuerpo’, eso es absolutamente ilegal, además de
ser una respuesta bochornosa por parte de una funcionaria”.
El
día de la muerte
Una
de las muchas preguntas sin respuestas del caso Gedeón es sobre la muerte de
los participantes en ese evento. El ministro del Interior y Justicia, Néstor
Reverol, dijo el 3 de mayo, pocas horas después de lo ocurrido en Macuto, que
hubo ocho muertos, pero solo mencionó al capitán Robert
Levid Colina Ibarra alias Pantera; desde entonces empezó el calvario
para muchos que sospechaban o tenían la certeza de que su familiar estaba o
estuvo relacionado con los campamentos de lo que terminó en la Operación Gedeón.
Ahora bien,
si las muertes ocurrieron ese 3 de mayo, cuando dos embarcaciones se acercaban
a Macuto, los cadáveres debieron estar frescos al llegar a la morgue y era muy
fácil reconocerlos, más aún cuando en horas de la mañana se había dado a
conocer, a través de las redes, un video donde aparecían identificándose
quienes participaron en esa frustrada Operación.
Solo a un
pequeño grupo se le permite el acceso a las salas de la morgue, cuando se trata
de casos como éste de Gedeón o como cuando ocurrió la Masacre del Junquito con
el asesinato del piloto Oscar Pérez y sus compañeros. “Siempre esconden algo.
Si eso fuera transparente no surgirían todos estos problemas”,
“La
necrodactilia da identidad de inmediato y eso se hace apenas el cadáver ingresa.
Si los cuerpos están descompuestos, que no puede ser el caso de Gedeón porque
el ministro dice que fueron muertos en la Operación, solo se explica si adrede
dejaron que se descompusieran para que a simple vista los familiares no
pudieran identificar torturas o tratos crueles, entonces sólo por necropsia de Ley
se puede determinar qué sucedió”.
“Con
cadáveres frescos la identificación es inmediata. Quizás no quisieron decirles
a los familiares a tiempo para que no se notaran lesiones corporales, por lo
que parece toda una estrategia para que la familia no se entere, para dejar descomponer
el cuerpo y después inhumarlo en fosa común, con la excusa de que nadie los
reclamó”, dice a Infobae el funcionario del organismo forense.
Varios de
los casos de la Operación Gedeón demuestran las fallas en la asesoría legal de
los abogados, en este caso de la ONG en la que están Ana Leonor
Acosta y Alonso Medina, “porque se nota
que no tienen conocimiento de lo que procede ante casos así. Lo primero que
debieron hacer fue solicitar la identificación de los cuerpos, según la fijación
fotográfica que se hace cuando un cadáver entra a la morgue. Si pasan los días
y el cuerpo se descompone queda esa fijación de cómo llegó el cuerpo al que se le
da número específico”.
“Sin duda
hubo falla de los abogados, que debieron documentarse en materia forense y
estar claros de los procesos de identificación”.
“Es
inexplicable lo que a la señora de Castro le dijeron, según la entrevista que
usted le hace. Si un cuerpo tiene cicatrices, tatuajes o cualquier tipo de
marca, eso es fotografiado y reseñado apenas el cadáver llega a la morgue”.
“En caso
extremo, si un cuerpo está demasiado destrozado, los odontólogos y antropólogos
tienen varios recursos para identificarlo, pero muchas veces a los expertos no los
llaman o se niegan a involucrarse cuando se les pretende manipular. Es inaudita
la excusa que le dan al padre de Castro Gutiérrez al decirle que no se le puede
aplicar la prueba de ADN. Le mintieron. Es falso que solo sea fiel si se le
hace a la madre o los hermanos”.
Aun cuando
éste no debería ser el caso, porque se supone que esos cadáveres llegaron
frescos a la morgue, “vamos a analizar anatomía patológica, que es la referida
a los cadáveres. Si dejaron que el cadáver se pudra, entonces las marcas no serán
visibles porque la piel se descama, el cadáver se llena de gases que
intervienen en ese proceso y el rostro, así como los ojos, los testículos y
pene, se deforman. Si el forense no puede evidenciar las lesiones externas del
cadáver ni las cicatrices, golpes o heridas, solo se podrán determinar en la
autopsia, costillas rotas o cosas así”.
Aun con todo
eso, indica el profesional, “la necropsia da positiva si el cadáver se
corresponde, porque si tienen cédula y vota, está perfectamente registrado, más
aún cuando han sido funcionarios policiales o militares, como en el caso de la
Operación Gedeón”.
Le pregunto
al entrevistado si es muy difícil identificar a una persona con un platino en
uno de sus dedos, porque la comisaria Bermis le habría dicho a la señora
Elizabeth Castillo de Castro que le abrieron el dedo y no le encontraron nada.
“¡Dios! Pero qué locura. Eso no era necesario hacerlo porque en la morgue de
Bello Monte hay radiología forense, por lo que al pasar el cadáver fácilmente
debieron identificar el platino”.
Finalmente,
el funcionario dijo que “en la sede del Senamecf Bello Monte existe un equipo de
identificación forense, conformado por radiología forense, antropología y
odontología forense. Es un equipo preparado incluso para catástrofes a nivel
nacional. ¿Cómo no pudieron identificar a un funcionario cuyo nombre aparecía
en redes, cuyo cadáver estaba reciente porque fue trasladado desde Macuto a
Bello Monte que no son más de 30 kilómetros y que además tenía platino en un
dedo? Todo parece intencional para ocultar lo que realmente sucedió con esas
personas”.
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