En diálogo con Infobae, el teniente coronel Ilich Alberto Sánchez Farías reveló detalles del día que pudo cambiar la historia reciente del país, una rebelión contra el régimen de Nicolás Maduro que terminó sin éxito
Sebastiana Barráez/ 17 de septiembre 2020
@SebastianaSin
No vacila a la hora de hablar sobre las razones que lo
motivaron a participar en la Operación Libertad, la del 30 de abril 2019, al
contrario, lo hace con pleno convencimiento, de que su triunfo hubiese logrado
que hoy hubiese un país distinto. Es la primera vez que públicamente uno de los
oficiales que estuvo ese día en el distribuidor Altamira, en las inmediaciones
de la Base Aérea La Carlota, habla de esa acción, después de 17 meses. Es el
teniente coronel (GNB) Ilich Alberto Sánchez Farías.
En exclusiva para Infobae revela, quien entonces era Comandante del
Destacamento 432 de la Guardia Nacional Bolivariana, que previo al 30A, cerca
de la medianoche del 29 de abril, “hicimos el juramento o compromiso”. Ese día el
oficial de mayor rango que estuvo en el lugar fue teniente coronel, de los
cuales hubo seis. (https://www.infobae.com/america/venezuela/2019/06/14/quienes-son-los-17-oficiales-de-la-guardia-nacional-bolivariana-que-el-chavismo-persigue-por-el-levantamiento-del-30-de-abril/)
Manifiesta
disgusto ante el hecho de que “políticos, sobre todo del régimen, quieren
señalarnos de traidores a quienes nos colocamos del lado de la
institucionalidad”. Asegura que fue la descomposición, la partidización en la
Fuerza Armada lo que le hizo pensar para ese paso de la Operación Libertad. “Y
créeme, así como yo, esta el 80 u 85 % de los militares en Venezuela”.
Sin
ocultar el orgullo que siente dice que “el 30A a nosotros nos salvó el pueblo,
que nos rodeó hasta salir del distribuidor Altamira. El pueblo en un momento
determinado va a creer en su Fuerza Armada y va a salir adelante”. Él junto a
otros oficiales salen hacia embajadas, ahora están en el exterior.
Como
muchos militares insiste en la necesidad de una propuesta clara por parte de la
Oposición hacia la Fuerza Armada. “No estamos en contra de nadie, sino contra
el despotismo, la miseria, la pobreza. No es nada personal”.
En el momento más neurálgico el ahora general
Manzanares envió una unidad de la GNB a tratar de neutralizarlos. “Nosotros
estábamos allí para reconocer la Constitución. Nosotros no fuimos para allá a
enfrentarnos con los militares que están tan secuestrados como nosotros; a
ellos los trató de agredir el pueblo que estaba ahí, pero nosotros los
defendimos, porque esos militares son nuestros hermanos. No vamos a
enfrentarnos pueblos contra pueblo, porque ese guardia que llegaron ahí es
pueblo y están dependiendo de una caja CLAP, cuya mitad llevan a su familia y
con la otra mitad pagan el transporte”.
Lo
primero que debe hacer la institución castrense, según el Tcnel Sánchez, “retomar
el monopolio de las armas, que no lo tiene ahora”. Considera que los generales “esos que están arriba, perdieron la
sensibilidad, por el poder, por los privilegios. También ves a generales
pidiendo para sobrevivir, si su salario no pasa de 10 dólares”.
Y
un hecho determinante es la seguridad social. “Ahorita están muriendo militares
que los están atendiendo en hospitales públicos como si no tuvieran seguridad
social”
¿Qué
lo motivó a usted a echar por tierra su carrera, a arriesgar su libertad e
incluso su vida?
Me
movió una razón muy sublime y fue la oportunidad de la libertad pacífica de
Venezuela, pacífica entre comillas, cuando se acordó una alianza militar y
política para salir de la tristeza que está viviendo el pueblo venezolano.
Tendría uno que tener sangre fría para haber hecho un juramento como militar,
haberse preparado cinco años en una academia militar, ser especialista en
ciencias y artes militares y que no le toqué la fibra ante la situación que
está viviendo Venezuela. Los militares tenemos en nuestras manos la solución
pacífica. En ese momento no pensé en mañana, ni en mi carrera, ni en mi vida.
¿Qué
veía tan mal en el país para dar ese paso?
De
capitán, en el 2010, fui comandante de la Tercera Compañía en los Valles del
Tuy, como el jefe operativo de la GN, cargo en el que duré tres años: viví una
experiencia en una reunión en Yare, con el alcalde, el comandante del
Destacamento y tuvimos que esperar dos horas a que llegara un cubano de una
transnacional cubana, porque él era la autoridad. De ahí fui trasladado a la
Asamblea Nacional y podrá imaginarse lo que vi, sobre todo con estos
paramilitares, colectivos, que se quieren imponer a la autoridad; siempre fui
resistente a que me impusieran a un colectivo a darme instrucciones o a
manipular actuaciones militares. Esas cosas tocan la fibra, porque cómo le
explicas a un efectivo militar que debes subordinarte a un colectivo porque
está conectado políticamente.
¿Quién
le ordenaba eso a usted?
Toda
la línea de comando, a nivel político y militar, te daban a entender que no
podías tener diferencias con los colectivos y había que dejarlos que robaran a
los periodistas, se metieran a las manifestaciones de Oposición y lanzaran
excrementos. Y no tiene que ver con cosas políticas, sino que choca con la
formación.
¿Cómo
se sentía ante la opinión contra los militares cuando ocurrían sucesos con
colectivos?
Uno
sabe que el 80% de la población nos repudia. Lo peor es que estás atrapado
entre el deber ser y no salir perjudicado. La Fuerza Armada está secuestrada,
porque no es igual que un civil no cumpla la orden de su jefe, a que no la
cumpla un militar que incurre en un delito al hacerlo. Y ante el secuestro de
los poderes en Venezuela, son capaces de tergiversar e imputarte un delito
militar, sin derecho a la defensa. Y eso uno lo siente cuando nos señalan a los
militares de no accionar ante la libertad de Venezuela; hay un principio, el de
corresponsabilidad, y todos somos culpables de lo que estamos viviendo en Venezuela,
No es momento de excluir y señalar a la Fuerza Armada, porque ante eso se
repliega y busca protección, como lo hace el ser humano. Debe haber una
propuesta a la Fuerza Armada de qué pasaría con ella ante una transición.
¿Por
ese sentimiento que usted y otros oficiales han experimentado, es que se han
dado las deserciones masivas en la Fuerza Armada?
Indudablemente,
los miembros de la FANB sentimos y padecemos. A mí se me presentó la
circunstancia para dar el paso al frente, pero si no me hubiese ido de baja o seguiría
soportando la presión no sé hasta qué punto. Hay una política de terror en
Venezuela que mantiene en zozobra y en sosiego a los militares. Yo he vivido el
aparato de terror, un aparato de control civil y militar y un aparato de
control político. La sociedad lo vive. Y eso es fuerte, lo viven los
periodistas, usted lo sabe, lo que pasa es que has sido muy consecuente y no se
ha quebrado, pero hay periodistas que se han quebrado. Hay gente que, aunque
aparentan defender la democracia y la libertad de Venezuela, tienen un
comportamiento moldeado por una línea roja, no visible, que no atraviesan.
¿No
cree que políticos, del chavismo como de Oposición, no han dimensionado el
valor de los militares y los han utilizado según sus intereses?
Indudablemente
que la Fuerza Armada es la columna vertebral del sostenimiento del régimen de
Nicolás Maduro. Los políticos de las fuerzas democráticas no han entendido o no
quieren hacerlo, cómo deben abordar el tema, partiendo de superar ese
resentimiento que hay contra la Fuerza Armada. El golpe de Estado de Hugo
Chávez en 1992 lo impidió la Fuerza Armada. Y si, volviendo a la pregunta, la
Fuerza Armada no ha sido valorada; ha sido utilizada. Los operadores del
régimen, quienes tienen privilegios y poder, le venden a los oficiales medios y
tropa profesional que las fuerzas democráticas o la transición es el lobo
feroz. La Fuerza Armada, y eso deben entenderlo los sectores democráticos, no
ha cometido delitos, ha cumplido órdenes.
La
mayoría de las 20 principales supuestas operaciones o conspiraciones, tiene a
guardias nacionales. ¿Cómo es que el componente militar mayor criticado por la
sociedad civil en puestos fronterizos, puertos, aeropuertos, sea el que más
conspira?
La
GNB está siendo utilizada por el régimen por su naturaleza, es decir del
mantenimiento y control del orden interno: somos los que tenemos el despliegue
operativo y la capacidad y capacitación para el control del orden público, lo
que va relacionado con actividades de la administración pública como acabas de
nombrar. Si tienes un régimen que basa su ejercicio a través de controles y
decretos, la consecuencia es que haya corrupción. La GN sufre, más que el
Ejército, la Armada y la Aviación, ese repudio de la sociedad, el desprecio del
pueblo.
Hablemos
del 30 de Abril 2019. ¿Cómo se llegó a ese ese día exactamente?
El
general (Manuel Ricardo) Cristopher Figuera fue quien me mandó a contactar para
crear una alianza que terminara con el sufrimiento de Venezuela. Eso me movió a
aceptar y pedí los detalles: me dijeron que saldrá una sentencia de Maikel
Moreno desconociendo a la Asamblea Constituyente y reconociendo a la Asamblea
Nacional, ante lo que saldría Vladimir Padrino López llamando a la calma y los
militares reconoceríamos esa sentencia, con lo que se llamaría a unas
elecciones libres en 30 días, a través de la AN que es una institución legal.
Pero antes del 30A Moreno hizo una serie de exigencias inaceptables porque
Venezuela saldría de Maduro para las manos de Moreno y eso trancó la
negociación. Aun así avanzamos al 30A.
¿Usted
vio u oyó a Maikel Moreno y a Padrino López comprometidos con el 30A?
Por
la naturaleza del terror en Venezuela, nosotros hicimos un sistema de
compartimentación. En los últimos 15 días estábamos operando libremente. Uno de
los comandantes cuando lo tocaron le pasó la novedad al coronel Hannover
Guerrero, quien sabía de la conspiración; otra persona llamó a Hannover en mi
presencia y en altavoz, le dijo que esa era una operación que se estaba
llevando a cabo y que se quedara tranquilo. Además, cuando Cristopher le llevó
la propuesta a Padrino, días antes, yo esperé en el paseo Los Próceres
esperando al término de la reunión para poder reunirnos con el enlace de
Cristopher. El sábado 27 de abril ya sabíamos que no habría sentencia del TSJ,
pero ya estábamos decididos.
¿Usted
habló con el GD Cristopher Figuera directamente?
Sí,
yo hablé con él. En enero Padrino López me envió, a través de su ayudante, para
el despacho de Cristopher, porque había cercanía entre ellos, para hablar de un
tema distinto, no del 30A, que salió posteriormente.
¿Cómo
es que oficiales preparados como ustedes pudieron creer en el general Cristopher
Figuera para dirigir una operación cuando él tenía muchos años sin comandar
nada, porque fue un privilegiado de Chávez en Casa Militar, en la DGCIM fue
subdirector cuando se implementó el triángulo de tortura vigente y luego va al SEBIN?
Era previsible que hiciera lo que hizo el 30A: abandonar a su tropa y salir esa
madrugada hacia Colombia.
Porque somos venezolanos y tenía que confiar en otro
venezolano que estuviera en situación de poder, que pudiera darle vuelta a la
situación de país. A Hitler lo trató de neutralizar su mano derecha. Los
grandes cambios en la humanidad se han dado por las personas que están cerca
del poder. Después que sale González López del SEBIN, al llegar el general Cristopher
hizo una serie de cambios en el trato a los detenidos, llevarlos a juicio,
realizar los traslados, que nos daba a entender que él había reflexionado y
que, al igual que nosotros, entendía lo que sucedía. Si me preguntas por
Hannover Guerrero, pues es un torturador, pero estaba en cuenta sobre el 30 de
abril. Hubo una serie de piezas que armaban el rompecabezas.
¿No será que le cuesta creer que un compañero de armas
los traicionó? Cristopher los abandonó. ¿No es cierto que gran parte de los
comandos del SEBIN se fueron del lugar porque ese general no apareció?
Es verdad la información que tienes. Los comandos del
Sebin quedaron sin comando y eso fue lo primero que generó el derrumbe de esa
situación. Quiero destacar que la tropa que llevé, todo mi destacamento, no fue
obligado y ninguno está preso. Los presos son aquellos que creyeron en las
mentiras del régimen. Los comandos del SEBIN, que eran unos 200 hombres,
estaban claros, porque ahí hablé con ellos, todos con su brazalete azul. pero
siempre me dijeron que no podían estar ahí solos sin su líder natural.
¿Cuál fue el momento que decidió el repliegue de
ustedes eso 30A?
El punto de quiebre fue la retirada de los comandos
del SEBIN. Por eso en las imágenes de la Operación aparece un pequeño grupo,
pero en esa Operación hubo a las 3 AM cerca de 600 hombres. Cuando los comandos
del SEBIN se van a las 5 de la madrugada, personal bajo mi comando empieza a
entrar en crisis y por eso quedamos un grupo reducido, los más resteados. Yo
como comandante no me podía ir, tenía que morir con las botas puestas o me
sacaban preso o muerto y fui de los últimos que se retiraron. Es una cuestión
de moral, de ética.
Hábleme del capitán Antonio Sequea, detenido ahora en
el SEBIN, por comandar la Operación Gedeón. ¿No dudaron de ese capitán?
El capitán Sequea estaba con Cristopher y era parte
importante de esa negociación. Se cumplieron todos los parámetros, los
requisitos de la compartimentación. Yo profesionalmente no lo conocía, pero
otros comandantes no confiaban en él; se trató de hacer unas alertas tempranas,
pero… Hicimos varios movimientos para dar un poquito de confianza e ir
descartando. Todo se cumplió menos lo de la sentencia de Maikel Moreno. El
capitán Sequea era una pieza importante y lamentablemente estaba allí. ¿Qué
pasó con él después? Creo que tú has hecho reportajes muy precisos y por ahí
viene la cosa.
Ese 30 de abril algunos de ustedes van a las
embajadas, otros son detenidos y otros salen del país. El capitán Sequea y sus
hermanos no, ellos van a la casa de alias Pépero en Caracas. ¿Eso no les causó
suspicacia?
Claro, pero ya había pasado el día D y la hora H. Eran
situaciones que escapaban de nuestras manos y control. El tiempo ha ido
colocando en su lugar las cosas. Si el capitán Sequea perdió las perspectivas,
eso no tiene nada que ver con el grueso de los que creemos en la libertad de
Venezuela. Hubo algunas conversaciones con él después del 30 de abril, pero
rompimos comunicación precisamente por esa serie de comportamientos
inconsistentes, que ahora no es prudente hacer público.
Varios funcionarios del Gobierno han señalado las
armas del 30A, específicamente las del destacamento que usted dirigía. Después
aparecen unos escoltas de Juan Guaidó negociando unas armas de esas y luego
aparecen otras en Macuto. ¿Qué pasó con esas armas?
Bueno, como buena periodista me llevaste a una
pregunta que no puedo evadir. El capitán Antonio Sequea se apoderó de esas
armas sin nuestro consentimiento, a través del sargento Ángel Perdomo, que hoy
está detenido; él negoció con un funcionario del SEBIN algunas de esas armas,
que ellos se las ofrecieron a los escoltas del presidente Juan Guaidó en una
especie de entrega controlada. No sé si Sequea lo hizo con conocimiento o con
colaboración, pero fue Sequea quien se apropió de las armas del 30 de abril. Después,
en la Operación Gedeón, las dos (ametralladoras) AFAG aparecieron en Macuto.
¿Finalmente, comandante Sánchez, qué le diría usted al
general Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa?
Que está a tiempo de devolverle la libertad al pueblo
de Venezuela, de darle la democracia y de recobrar la institucionalidad de la
Fuerza Armada. Cuando uno como subalterno pierde la credibilidad o la
admiración por su comandante, por el Alto Mando, o por él que ha representado
la máxima autoridad en la Fuerza Armada, es triste ese papel, porque él es un
hombre muy inteligente, muy capacitado. La Historia le ha dado la oportunidad
de decidir de qué lado de la Historia se puede colocar, si del correcto o
piensa pasar a ser un líder nefasto. Él ha comandado en todos sus grados
militares, es un hombre sobresaliente y sabe las acciones que debe hacer para
liberar a Venezuela. En sus manos está hacer una transición pacífica sin
derramamiento de sangre, que era lo que nosotros queríamos el 30A.
¿Usted cree que él se ha comportado como debe en la
defensa de la institución armada, por ejemplo, ante la tortura de militares por
otros militares?
Indudablemente que no. Sé, no porque me lo contaron,
la situación que están viviendo los militares en el sótano (DGCIM). Cualquier
funcionario que esté sujeto al señalamiento de otro cae en esa aberración de
trato cruel e inhumano que le están dando a los militares. Hay hombres y
mujeres muy valiosos que, por ser señalados, están guardados en esos sótanos.
Si hoy se diera la transición y no está en manos del general Padrino López, va
a quedar, sin temor a equivocarme como el líder militar más nefasto de la historia
republicana.
https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/09/17/hablo-un-comandante-de-la-operacion-libertad-no-salimos-a-enfrentarnos-con-militares-salimos-a-liberar-a-venezuela/
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