Diógenes Tirado detalló la amarga experiencia que junto a otro miembro de la ONG de Fundaredes y dos reporteros, vivió desde que llegaron a La Victoria del Estado Apure. "Sentí miedo, porque no había garantía alguna de nuestros derechos#, afirmó.
Sebastiana Barráez/ domingo 4 de abril 2021
@SebastianaB
Tomado de Infobae
“Nos tuvieron incomunicados por 29 horas sin explicación alguna, nos
quitaron los teléfonos y los equipos de grabación de los periodistas, nos dejaron
en un cuarto de detenciones donde debimos dormir en el piso, fuimos
interrogados por distintos funcionarios, con amenazas de ser procesados por
traición a la patria. Nos dijeron que el general que estaba en el
batallón Sucre había decidido que fuéramos procesados en Caracas”, así es el
resumen que da Diógenes Tirado de la amarga experiencia que junto a
otro activista de Fundaredes y dos periodistas, vivió desde que llegaron a La
Victoria del estado Apure.
Varias cosas quedan claras en esta entrevista exclusiva para Infobae. Sí,
los dos periodistas de NTN24 Luis Gonzalo Pérez y Rafael Hernández , así como
Diógenes Tirado y Juan Carlos Salazar de Fundaredes, estuvieron detenidos. No
los golpearon, pero fueron amenazados y vejados por los funcionarios. El equipo
periodístico de Telesur no solo los vio en el comando de la Guardia, “nos
vieron durmiendo en el piso del cuarto de prisiones y ni siquiera fueron
solidarios con sus colegas”. Nunca estuvieron en ninguna instalación militar de
Guasdualito.
“En el llamado teatro de Operaciones no tenían información de nosotros,
porque mi esposa se apersonó ahí y le dijeron que ahí no sabían nada. El Fiscal
Superior Militar le dijo que no estaba ahí”.
Diógenes Tirado, quien vive desde hace 14 años en Guasdualito, capital
del municipio Páez del estado Apure, es abogado y confiesa que grabó el video
que los medios del Gobierno han publicado editado. “Sí, dije lo que los
funcionarios me impusieron decir, porque quería salir de esa pesadilla”.
El grupo de periodistas y activistas decide cruzar desde Arauquita
(Colombia) para La Victoria (Venezuela), lo que se hace a travesando el río en
las embarcaciones, sean curiaras o canoas. Tirado confiesa que él y su
compañero de Fundaredes, el profesor Juan Salazar, requerían ir hasta La
Victoria, la capital de la parroquia Urdaneta, “para documentar lo que estaba
sucediendo con respecto a la violación de los derechos humanos”.
Quienes conocen la zona pueden entender perfectamente por qué el grupo
de periodistas de NTN24 y activistas de Fundaredes deciden ir, desde
Guasdualito hasta La Victoria, pasando primero al territorio colombiano de
Arauca y por vía interna ir hacia Arauquita y, desde ahí, subir a una canoa,
atravesar el río e ingresar a La Victoria. Recordemos que días antes las FARC
le había caído a tiros a un vehículo de la empresa estatal de electricidad que
pretendía restablecer el servicio en La Victoria, después que fue interrumpido
durante el ataque contra el campamento de alias Farley.
“Nos fuimos por Arauca. Hicimos unas tomas de la población cruzando del
Arauquita a La Victoria, entrevistamos a unas personas ahí, les preguntamos
cómo se encontraban y si estaban siendo atendidas. Había una sola embarcación
que es la que estaba cruzando y había mucha gente. Nosotros pasamos
finalmente”.
-¿Señor Tirado, podría explicarnos qué fue lo que hicieron exactamente
una vez que desembarcan en La Victoria?
-Nos dirigimos hacia un funcionario, el sargento ayudante Reyes de la
Guardia Nacional, que está a orilla del río, y le pedimos que nos indicara
quién era el oficial a quien debíamos solicitar permiso para informarle lo que
íbamos a hacer allá y que nos prestaran seguridad. El guardia amablemente nos
condujo hasta el comando del Puesto de Mando; ahí nos indicaron que esperáramos
en la parte de afuera y así lo hicimos. Una hora, u hora y media, después llega
el alcalde municipal.
-¿José María Romero llamado Chema?
-Sí, él. El alcalde llegó con un equipo de prensa de Telesur, porque
estaba la periodista Madelein García, con su equipo de camarógrafo. También
llegó el diputado al que le dicen Lapo.
-Héctor Orlando Zambrano llamado comandante Lapo, diputado del Partido
Socialista Unido de Venezuela y miembro de la Corriente Bolívar y Zamora.
-Sí, ese, Orlando Zambrano. Ellos conversan con nosotros, conversan con
los periodistas. A ellos les causó molestia uno de los periodistas que iba con
nosotros, Luis Gonzalo, porque ha hecho muchos trabajos. Ahí llamaron a un
funcionario de la Guardia Nacional, al primer teniente (GNB) Cárdenas, quien
nos indicó que debíamos entrar al Comando, nos sugieren que tomáramos asiento
y, luego de una breve espera, llegó un funcionario de unos 50 años, vestido de
negro y con pasamontañas, no tenía nombre ni insignias, y nos pide que les
demos los teléfonos. Nos sorprendimos por la petición, pero se los entregamos.
-¿Qué hizo con los celulares?
-Se los llevaron y a nosotros nos dejan ahí esperando hasta que llega
ese funcionario del FAES (Fuerzas de Acciones Especiales) o del CONAS, no sé
exactamente, pero el que estaba vestido de negro, con el rostro cubierto, y nos
interroga.
-¿Qué preguntas les hizo?
Muchas; que de dónde veníamos, que quiénes éramos, qué hacíamos, que por
qué una cosa y otra. Fue un interrogatorio fuerte. Al rato salen y nos entregan
los teléfonos, haciendo la acotación de que solo pudieron verificar uno.
Nosotros estábamos tranquilos, porque pensábamos que era normal que verificaran
quiénes estaban ingresando a La Victoria. Llamamos a varias personas para
notificar que estábamos en ese comando y decirles que pronto íbamos a continuar
con el trabajo de documentar lo que estaba ocurriendo en la zona. Pero de ahí
en adelante pasa algo extraño, porque reciben otra orden y el primer teniente
Cárdenas, comandante del puesto nos vuelve a quitar los teléfonos. Y poco rato
después se llevan los equipos de comunicación de los periodistas para el
Batallón Sucre, con la excusa que es para hacer unas experticias.
¿Y ustedes van con ellos?
-No, no, solo se llevan los equipos.
-¿Qué equipos llevaba el grupo de ustedes?
-Los periodistas llevaban equipos de grabación, cámaras de fotografías,
micrófonos.
-¿Luego qué sucede?
-Dos horas después regresa el teniente del Batallón Sucre y nos indica
que estamos detenidos, le da la orden a un sargento que nos ingrese al cuarto
de presos. En mi condición de abogado le indiqué a cuánto guardia nacional pasó
por ahí que nos permitieran hacer una llamada, pero no fue posible. El sargento
nos dijo que él no podía hacerlo y que habláramos con el teniente, pero el
teniente decía que tampoco él podía hacerlo y que habláramos con el Mayor,
quien dijo que él no estaba autorizado y que le dijéramos al coronel, pero el
coronel no nos quiso atender.
-¿Además de tenerlos detenidos, no permitirles la llamada para informar
su detención, no regresarles los teléfonos y los equipos qué más sucedió?
-Nos llevaron para tomarnos fotografías en la Guardia Nacional, de
espalda, con los equipos al frente, indicando que estábamos detenidos. Nos
volvieron a tomar fotografías. Lo que escuchábamos es que había la orden de
trasladarnos a Caracas.
-¿En algún momento los golpearon?
No, nunca nos golpearon. Lo que sí hubo fue la incomunicación, el
asedio, la presión al tratar de hacer ver que estábamos ligados a cualquier
grupo. Y todo lo que hacía más incómodo la presencia de nosotros ahí, fue
porque iba un medio de comunicación internacional.
-¿Pasaron la noche ahí en ese comando?
Si, durmiendo en el piso, en el puesto de la GNB en La Victoria. Tuvimos
dos custodios, uno que nos recibió y el otro que nos custodió hasta las 9 de la
mañana. Para ir al baño teníamos que pedir permiso, nadie nos daba información
y no nos permitían comunicarnos. Uno de nuestros custodios, al que llaman
Guardia de Presos en el comando es el sargento primero González. Al día
siguiente, jueves en la mañana, llega un coronel de la Guardia Nacional, moreno
alto muy alterado, quien dirigiéndose a nosotros nos habló de que si la patria,
que todos aquellos que no estén con ellos son enemigos y cosas así.
-¿Cómo se identificó él con ustedes?
-No se identificó. Él no era el comandante de ese puesto de la Guardia,
pero parecía que era el segundo de la Operación que se desarrollaba en La
Victoria, al menos parecía que cumplía esas funciones. Gritaba muy fuerte
diciéndonos que éramos traidores a la patria, que le daba asco hablar con
nosotros, pero que tenía que hacerlo porque sino iba a vomitar. En tono irónico
preguntó: ¿comieron? ¿tomaron café? Aunque es verdad que comimos pan, aunque
tenía moho, y nos dieron café. Ese coronel nos dijo que íbamos a ser liberados,
pero nos decía ‘ustedes son traidores a la patria, están muriendo compañeros
venezolanos y ustedes obedecen a una línea editorial que es del enemigo, de la
oposición. Nosotros estamos combatiendo y ustedes dicen lo que no es’. Lo peor
es que nunca hicimos nada porque no alcanzamos a documentar nada.
-¿Puede precisar qué pasó exactamente cuando llegó el equipo del canal
Telesur con el alcalde Chema y el diputado Zambrano?
-Bueno, los periodistas se conocen entre ellos, es decir los que iban
con nosotros conversaron con los de Telesur camarógrafos y periodistas, porque
incluso saludaron a Madelein García: ‘yo te conozco’, ‘yo sé quién eres’, ‘tú
trabajas para NTN24’, ‘tú fuiste quien cubrió la noticia de la Ayuda
Humanitaria’, dijeron dirigiéndose a Luis Gonzalo y ahí empezó a irse la cosa
por otra vía. Desde entonces se produce la situación incómoda: pasen al
comando, denme los teléfonos, vamos a tomarle la foto y las preguntas.
-¿Cómo fue que los liberaron?
-Cuando estábamos en el cuarto de arresto nos dijeron que nos iban a
trasladar hasta un sitio donde nos van a liberar. Al rato llegó el coronel que
fue quien nos extrae de la zona.
-¿Un coronel distinto al que tiene problemas de asco?
-Sí, otro coronel, este se llama Tomas Coronel. La instrucción que el
coronel de la Guardia le da al coronel del Ejército de apellido Coronel fue:
‘mire coronel, usted va a llevar a estar personas y las va a sacar del área de
combate y cuando desembarquen del vehículo ellos deben grabar un video diciendo
que no fueron maltratados y me va a enviar ese video a mí’. Luego el coronel de
la Guardia, dirigiéndose a nosotros nos dice: ‘no traten de establecer
conversación con los funcionarios del Ejército porque está prohibido’.
-¿Cuántas personas hubo en esa comisión que los saca de La Victoria?
-En el vehículo toyota largo, en el cual íbamos nosotros iba un Mayor,
el sargento conductor y el sargento escolta. En la parte delantera iban tres
vehículos y otros tres en la parte de atrás, calculo que en total eran unos 30
soldados. La orden era trasladarnos hasta Barinas, pero le dije al coronel que
uno de los periodistas es diabético, la ha pasado muy mal por dormir en el
piso, el calor le ha pegado fuerte y pude darle un ataque, por favor estudien
la posibilidad de dejarnos en Guasdualito. Él se negó. Una vez que llegamos a
Guasdualito, el coronel recibió una llamada y pasaron algunas cosas.
-¿Qué cosas?
-Bueno, me pidieron que demostrara que yo vivía en Guasdualito, donde he
vivido durante 12 años. Así nos liberaron en una plaza de Guasdualito, y previo
a ello nos grabaron en el video y chao.
-¿Es el video que han publicado varios medios de propaganda del
gobierno?
-Sí, pero a ese video le cortaron muchas cosas. Nosotros pedimos los
equipos de grabación de los periodistas que la GNB nos lo habían quitado sin
acta de retención.
-¿Cómo se grabó el video?
-Nos llevan hasta la plaza Francisco Antonio Padilla de Guasdualito y
nos dicen que probablemente nos dejen ahí. Después entendimos que todo fueron
operaciones psicológicas y por eso ejercen acciones para que hagamos algo que
nos va a beneficiar a nosotros y los va a beneficiar a ellos. Nosotros
entendimos que, si decíamos lo que ellos querían escuchar, pues nos iban a
dejar en Guasdualito y si no, pues nos iban a trasladar fuera del estado como
castigo. Nos indicaron que dijéramos que nos trataron bien, que no nos golpearon,
que nos dieron alimentos. La verdad es que no nos golpearon en el comando de la
Guardia, pero fuimos objeto de asedio psicológico, incomunicación y despojo de
los equipos de grabación y comunicación.
-¿Sintió miedo?
-Sí sentí miedo, porque no había garantía alguna de nuestros derechos.
Estábamos en manos de los militares, presos. Es falso que nos estaban cuidando.
¿Cuidando de quién? Si nosotros llegamos directamente al comando.
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