El ex alcalde de Caracas habló con Infobae sobre los dichos del expresidente argentino, quien consideró que las diferencias entre los líderes del arco contrario al chavismo favorecieron a Nicolás Maduro
Sebastiana Barráez/ lunes 8 de noviembre 2021
@SebastianaB
A propósito de lo expresado por el expresidente de Argentina, Mauricio Macri, en entrevista con Marcelo Longobardi, donde señaló que “la pelea entre Capriles, López y Ledezma permitió el avance de una situación a la que no le ve salida”, la respuesta de Antonio Ledezma, a través de Infobae, es: “Le reitero lo que personalmente le he dicho, trabajo por esa unidad (sin creerme ni su protagonista ni el poseedor de la verdad)”.
“Sé que sus referencias son de buena fe, y, primero que todo debo agradecerlas porque son reveladoras de una genuina solidaridad y preocupación por la causa venezolana, que Ud. sabe, es también una causa latinoamericana. Como lo he compartido con Ud. en los momentos en que he tenido el honor de conversar personalmente, soy un ferveroso creyente en la Unidad. Unidad en la diversidad ideológica, generacional, política, pero con claridad estratégica sobre la naturaleza del régimen que se enfrenta y con el objetivo único y prioritario de derrocar la tiranía”.
“La unidad que requerimos en Venezuela no es la muy común y simple de “una candidatura única”, porque no hay elecciones en el radar de una tiranía cerrada a esos procesos libres y decidida a mantenerse en el poder. Por lo tanto, se trata de una unidad estratégica, cuyo núcleo direccional ha de estar claro en el objetivo y la naturaleza del régimen, porque de allí deriva la naturaleza de los medios de lucha”.
En cuanto a las diferencias entre dirigentes de la Oposición, el exalcalde de Caracas le dice al expresidente argentino, “Permítame decirle presidente Macri, que las posiciones que públicamente y de manera coherente sostenemos, a la hora de fijar posición respecto a la estrategia asumida por la dirección opositora de Venezuela, en diferentes circunstancias, ha sido para advertirle a los miembros del G4, “que estaban infiltrados”, tal como quedó evidenciado con el asalto a los símbolos de partidos políticos de mi país”.
“Además del doble rasero de diputados que ‘enarbolaban banderas de lucha contra la corrupción’, y simultáneamente le expedían cartas de buena conducta a personajes que están involucrados en hechos irregulares de gran escala, como se le expidieron al testaferro de Maduro, Alex Saab. O el rol de espías que cumplían ‘directivos de partidos llamados de oposición’ que asistían a encuentros con el presidente interino Juan Guaidó, en los que se debatía la estrategia a seguir, y luego aparecieron recibiendo los símbolos de los partidos que fueron desbancados”.
“Mi diferencia estriba en advertir que van 14 diálogos que sólo han servido a los oscuros intereses del régimen, al mismo tiempo que admito públicamente en ¡que solos no podemos! Sencillamente porque lidiamos con una poderosa corporación criminal que tolera y promueve la presencia en territorio venezolano de fuerzas irregulares de la narcoguerrilla colombiana, así como de efectivos o agentes de Cuba, de Rusia, de China y de Irán, además de los cárteles de drogas y mega bandas delincuenciales que controlan zonas del territorio venezolano”.
“Hemos alertado que, en nuestro Continente, el Foro de San Pablo aplica la agenda aprobada en el Grupo de Puebla para establecer un eje al servicio del mal, para llegar a controlar los gobiernos de Venezuela, Colombia, Brasil, Chile, Bolivia, Nicaragua, Argentina, México y Perú. Hemos denunciado a los criminales de lesa humanidad que tienen que rendir cuentas ante la Corte Penal Internacional”.
Según la explicación que Ledezma le envía a Macri, las diferencias con los otros dirigentes opositores “surgen a la hora de reconocer un CNE designado por la Asamblea Nacional írrita, montada con el fraude que todos denunciamos en diciembre de 2020, lo cual implica desconocer la legitimidad de Juan Guaidó, ya que la Asamblea Nacional que él preside quedaría anulada. Nos diferenciamos por no avalar cambiar de tercio para que en vez de sostener la tesis de que Maduro es un usurpador, ahora sea un presidente reconocido en un eventual diálogo”.
“¿Qué cuál es la solución? Sacudirnos a los infiltrados porque hemos tenido muchas oportunidades que desgraciadamente han sido desperdiciadas. Sin una dirección política con ética, coherente y decidida a hacer cumplir una estrategia, no será posible salir de esa corporación criminal. La solución era prepararnos para ganar la mayoría calificada de la Asamblea Nacional, objetivo logrado en diciembre de 2015, pero que inmediatamente un grupo que ha secuestrado las tomas de decisiones erró en la estrategia y por eso Maduro continúa usurpando los poderes. ¿Qué no conviene seguir haciendo estas denuncias? No lo creo, más bien pienso que hasta que no se haga una seria autocrítica no vamos a dejar de tropezar con la misma piedra”.
“Hay que decir las cosas con franqueza: si no se modifica la conducción seguiremos perdiendo oportunidades. Fíjese presidente Macri en el inédito respaldo que hemos recibido de la comunidad internacional que se ha dirigido hacia la realización de diálogos falsos o negociaciones fallidas, como las que ocurrieron el pasado 30 de abril de 2019, año en el que también se celebró el llamado dialogo de Barbados auspiciado por Noruega”.
“Es evidente que tanto Hugo Chávez en su oportunidad, como ahora Maduro, buscan aprovechar esos eventos para ganar tiempo, al mismo tiempo que desacreditan a la dirigencia opositora y logran desactivar las protestas de calles, tal como ocurrió el 10 de abril de 2014, desmovilizando a la ciudadanía que se había lanzado a las calles acompañando al movimiento La Salida”, dice Antonio Ledezma.
“Lo mismo hizo el régimen de Maduro después del contundente triunfo de la oposición en diciembre de 2015: utilizaron sus tribunales para colocar en desacato a la recién elegida Asamblea Nacional, se las arreglaron para que la dirigencia opositora se desgastara organizando un referéndum revocatorio que truncaron, propiciaron una sesión de dialogo en mayo de 2016 en República Dominicana, intento que recaló en el diálogo propiciado por el Vaticano en octubre y noviembre de ese mismo año que dejó estas improntas: se suspendió la marcha prevista hasta el Palacio de Miraflores, se dejó sin efecto el juicio político a Nicolás Maduro planteado en la Asamblea Nacional y se firmó un documento en el que la representación de la oposición admitió que “la crisis económica era consecuencia de un boicot a los planes implementados por la revolución y que en Venezuela no hay presos políticos sino políticos presos”. ¡Insólito!”.
“Hoy vemos, con preocupación, que la lucha se reduce a procurar un calendario electoral que se centra en elecciones regionales. Nuestra opinión es que esa no es la vía más conveniente para liberar a Venezuela. Maduro busca lavarse la cara de tirano, desmontar la matriz de que en Venezuela opera una narcotiranía, paralizar el proceso que cursa en su contra en la Corte Penal Internacional y dejar sin efecto el interinato de Guaidó, al mismo tiempo que se valida como presidente reconocido hasta por la mismísima oposición”.
Dice con énfasis Ledezma, “Es mentira que no ha existido unidad. Hemos tenido unidad y de sobra. Lamentablemente Maduro la infiltró, la atomizó y la dividió. Es mentira que los venezolanos se limitan ‘a esperar que lleguen los Marines a Venezuela’. ¡Falso! La intervención internacional contempla mecanismos legales y vigentes como el R2P y el TIAR que ofrecen muchas opciones, además del cerco antinarcótico, el proceso abierto en La Corte Penal Internacional y la extradición que se está adelantando de personas comprometidas con las tropelías del régimen madurista. Definitivamente la solución es contar con una conducción política que sea capaz de hacer valer todas esas posibilidades”.
Insiste Ledezma en decirle que “la analogía que de buena fe hace Ud. presidente Macri, con la situación actual de Argentina, al acusar de los éxitos de Maduro a los desaciertos de tres venezolanos, quienes en mi caso es preciso deslindar que estamos con visiones y respuestas distintas ante la tiranía, tiene varios puntos que merecen ser aclarados”.
“Por una parte, la crisis Argentina nace del justicialismo, del que Perón y Evita son su dirigencia más genuina y la carencia de un discurso político ético que enfrentara lo que en extenso, hoy se etiqueta como populismo. Esa raíz histórica no se puede abstraer para la justa comprensión del caso de Argentina. Único en el mundo bajo ese modelo”.
“En nuestro caso, la llegada de Chávez al poder está sobre los hombres por sus desaciertos de nuestro sistema democrático repetido a coro y que nosotros no hemos determinado en su valor exacto. Ignorar nuestros errores políticos sin duda es nuestra mayor falla y, sea mi caso, he intentado a partir de su reconocimiento abrir caminos, según manda Machado. Pero si tal yerro es grave, es imposible desconocer que el poder del chavismo, más que su ideología raquítica, ha estado en el descomunal poder económico de ese régimen que expandió sus falacias en toda América Latina. No podemos presidente Macri sustraernos de ese hecho”.
“Nos corresponde hoy una redimensión de la política sobre un consenso muy bien sustentado para superar la tragedia que hace sombras al porvenir de América toda. Y ahí cabemos todos los Demócratas. Desde luego Ud. presidente Macri, tiene especial espacio. Se despide de Ud., afectuoso, como siempre; Antonio Ledezma desde el exilio. Madrid, 8 de noviembre de 2021”.
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