Una banda contratada para un evento privado fue aislada en un hotel esperando indicaciones para el concierto mientras a sus familiares les aseguraron que estaban retenidos contra su voluntad
Sebastiana Barráez/ domingo 5 de febrero 2023
@SebastianaB
Desde la primera llamada de un número con código colombiano (+573184080419 y al 3182106431) llegó la incertidumbre, el miedo y las lágrimas de los familiares de un grupo de músicos venezolanos, en el que iban seis adultos y una niña del estado Barinas, que pasaron a territorio colombiano contratados para hacer “toque en un evento”. La falta de confianza en las autoridades de la frontera y la amenaza de que serían asesinados por irregulares, favorecieron que la familia del grupo de músicos se apresurara a rematar bienes, pedir prestado y usar sus ahorros para pagar lo que el delincuente Zorrín solicitó: 5 millones de pesos colombianos por cada persona.
Barinas, es uno de los estados del bravío llano venezolano, que desde
hace años fue azotado por la guerrilla venezolana Fuerzas Bolivarianas de
Liberación autonombradas después Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional
(FBL-FPLN), que fue arrasada, por lo menos en Santa Bárbara de Barinas, por el
empoderado grupo guerrillero colombiano Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Nueve adultos del grupo de músicos, entre ellos Diumary Mora, José
Gregorio Cordero, José Apolinar Peña, Javier Pernía, Albert Torres, José Molina,
José Rodríguez (El Indio), su esposa Manari Remolina y su hija de 12 años.
A José Rodríguez “El Indio” lo llamó, tres días antes, desde Colombia,
un individuo llamado Teodulfo para contratarlo y que hicieran un toque en una
finca privada en El Tame, Colombia. El grupo de músicos se organiza de
inmediato. Con casi 20 años trabajando, se consideran casi una familia.
“Teodulfo cuando llama dice que viene recomendado de Francisco Aquino,
quien también es folclorista, vive en Guasdualito y trabaja en una empresa. A
Aquino es a quien primero llaman, pero como él ya estaba comprometido les dijo
que conocía a un músico de confianza, el popular Indio; es él quien suministra
el número y Teodulfo llama a José Rodríguez con las referencias”.
El acuerdo económico debió ser atractivo porque así se acuerda el toque
con los músicos, incluyendo a los cuatro de Santa Bárbara de Barinas, municipio
Ezequiel Zamora del estrado Barinas, también con un cantante que a su vez
contacta a una cantante de Socopó, municipio Antonio José de Sucre, Barinas. En
conclusión, fueron cuatro cantantes, cuatro músicos, la esposa de El Indio y la
niña. Teodulfo da las coordenadas de dónde llegar en Arauca. “A la Plaza
Bolívar”.
Mientras los músicos se encontraban en el hotel en Tame, alias Zorrín, quien se identificó como comandante del ELN, mantenía comunicación con los familiares de las 10 personas, especialmente con la madre de Albert, pedía cinco millones de pesos por cada uno y amenazaba con matarlos.
Dejen todo por seguridad
Ya en el lugar el grupo de músicos recibe una nueva indicación: deben ir
hasta el Terminal, porque la persona que una persona allí les entregaría unos
medicamentos. El grupo de músicos venezolanos desayuna algo ligero; serían las
9:30 a 10:00 de la mañana. “Luego de 20 minutos de esperamos llegaron dos
mujeres; una de ellas gordita, bajita y de piel oscura, la otra, blanca. Giran
las instrucciones. El del teléfono (Teódulo) vuelve a llamar. Nos dice que
debemos dejar las pertenencias; teléfonos, relojes, anillos”, dice una de las
víctimas, quien explica que uno de ellos también dejó dos millones de pesos
(más de 430 dólares) y 100 U$D, que había llevado por si tenían algún
imprevisto con los vehículos que llevaban.
Casi a las 11 el grupo de músicos parte hacia Tame, donde debían esperar
las coordenadas precisas del lugar del toque. “Llagamos a Tame como a las 5 de
la tarde; los carros iban a 80 kilómetros más o menos porque la carretera está
en muy malas condiciones”.
“En Tame, dimos la vuelta en una redoma y nos estacionamos en una venta
de pollos asados. Teódulo vuelve a llamar y le dice a José Rodríguez que envíe
las fotos de los que íbamos en el grupo, agregando que él no podía enviar fotos
porque estaba manejando. El individuo solicitó que se le enviara el nombre un
familiar de cada uno”.
Los músicos que saben de la existencia de los diversos grupos
irregulares, en ambos lados de la frontera, pensaron que eran medidas normales de
seguridad. “Después de enviarles las fotos nos dicen que la actividad de toque
ya no sería el martes ni el miércoles en la finca llamada Los Cocos, a unos
kilómetros de Tame. El Indio, que no entregó todo el dinero, cuando nos
pidieron que nos guardarían todo con los teléfonos, había guardado 250 mil
pesos (54 U$D), lo que nos permitió comprar cinco pollos asados”.
Quedaron en buscarlos al día siguiente, a las 4:00 AM, en el hotel, que queda detrás de la venta de pollos. Le pidieron a José Rodríguez, el único a quien le permitieron conservar el teléfono para que Teódulo se comunicara, que debía apagarlo y que lo activara a las 8 de la noche. “Así fue, y cuando José prendió el teléfono, de inmediato lo llama Teódulo diciendo que no nos buscarán a las 4:00 AM sino a las 7:00 AM, aproximadamente”.
Apágueme el teléfono
Los músicos, quienes estaban distribuidos en cuatro habitaciones, se
incomodaron porque al hotel llegó una persona armada, que ellos no sabían quién
era, por lo que decidieron quedarse en las habitaciones. “Solo alcanzó para
tomamos un café al frente del hotel, porque ya no teníamos dinero. José prende
el teléfono y de inmediato Teódulo llama y le dice: ‘señor Rodríguez, le
agradezco que me apague ese teléfono. Nosotros estamos más cerca de lo que se
imaginan. Apágueme el teléfono y que nadie salga de ahí”.
Afortunadamente, a las 10 de la mañana, uno del grupo de músicos decidió
salir a llamar a su esposa. A 100 metros del hotel encontró a una muchacha que
le prestó el teléfono; su esposa le dijo ‘todo está listo’, dando por hecho que
los músicos estaban secuestrados en manos del ELN.
Albert Torres también se animó para salir a llamar a su mamá, quien sin
haber dormido nada desde que recibió la primera llamada de extorsión le dijo:
“sé que están ahí con las FARC”. Ante la extrañeza de Torres, una de las hermanas,
que estaba junto a la señora le informa lo de las llamadas del secuestro y la
solicitud del dinero. “Aquí hemos estado luchando por conseguir el dinero que
piden por ustedes”.
De inmediato, todo el grupo de músicos al conocer lo que estaba
sucediendo decide salir de inmediato del hotel. “No teníamos con qué pagar,
pero se le explicó a la señora del hotel lo que pasaba y se le quedó debiendo.
Salimos corriendo para los vehículos que llevamos, un Fiat y un Kia. Era cerca
del mediodía. Rodamos muchísimo; gracias a Dios que le habíamos echado
combustible a los vehículos antes de salir de Guasdualito (capital del
municipio Páez del estado Apure)”.
Las carreteras son muy desoladas. “En un lugar vimos ‘alquiler de wifi’
o algo así. Ahí tratamos de comunicarnos con nuestros familiares. Ahí nos
enteramos de que ya habían entregado el dinero a las 6 de la mañana; ellas
habían salido de Santa Bárbara de Barinas a la 01:00 de la madrugada para
llegar a Arauca a la hora que los citaron, a las 5:00 de la madrugada”.
Los músicos continuaron rumbo hacia la línea fronteriza. Pasaron dos
alcabalas del Ejército colombiano, donde no dijeron nada por temor. “Llegando a
Arauca, en un retén de la Policía, nos pararon y nos preguntaron varias cosas;
simularon que no sabían nada, pero ya ellos tenían información porque en las
redes se había filtrado algo”.
Un funcionario de la Policía les hizo preguntas sobre los carros, sobre
la procedencia y con una excusa ordenó subir los dos carros en una grúa de
plataforma y les brindó apoyo hasta el puente que divide a Colombia de
Venezuela, específicamente a Arauca de Apure. A los músicos los llevaron, casi
a las 7 de la noche, para el Comando Policial de Arauca. “Nos tuvieron casi
cuatro horas entrevistándonos. Ahí nos dijeron que el tipo ese que nos llamó es
un individuo que está preso en Colombia”, dijo para finalizar una de las
personas que integraban el grupo de músicos. Finalmente los llevaron hasta el
puente para que pasaran a territorio venezolano y desde ahí dirigirse hacia el
reencuentro con sus familiares.
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