A pesar de ese gesto, que fue tomado como una burla, y de haber extendido a media hora como una excepción la visita por el Día del Padre a los presos del Rodeo I, no hay órdenes del ministro García Zerpa que indiquen que habrá mayor humanización en las cárceles venezolanas
Sebastiana Barráez/ domingo 16 de junio 2024
@SebastianaB
Lo de las rosas enviadas por el candidato a la reelección, Nicolás Maduro, representa casi una burla, no solo por la situación de las cárceles, sino porque su Gobierno ha sido señalado por cientos de testimonios por violación de derechos humanos, tratos crueles y degradantes, expedientes fabricados en la DGCIM y el SEBIN, detenciones arbitrarias, torturas, violación al debido proceso, en fin, crímenes de lesa humanidad.
Por otra parte, la confesión de Ministro García Zerpa, lo que hace es confirmar que hubo una maniobra para que en tres días, con el inicio de la huelga de hambre en algunas cárceles, la entonces ministra, vicealmirante Celsa Sirley Bautista Ontiveros, fuera destituida, quitándole así un polo de poder al Ministro del Interior, almirante en jefe Remigio Ceballos Ichaso.
La huelga no fue convocada por Jonathan Alberto Palacios Castillo, como se le hizo creer a muchos detenidos; además, Eligio Rojas, de medios de propaganda del régimen aseguró que era para “crear focos de violencia en cárceles venezolanas, según informes de inteligencia”. Últimas Noticias miente al señalarle supuestos delitos a Palacios, cuando en realidad fue el Fiscal General Tarek William Saab Halabi quien ordena su detención por la Ley del Odio por una crítica que le hiciera Palacios.
Si bien es cierto que hay razones justificadas para que los presos en Venezuela se declararan en huelga, la verdadera intención era la destitución de Bautista Ontiveros para que el Ministerio Penitenciario pasara al control de Diosdado Cabello, a través del hasta ahora diputado García Zerpa.
El Ministerio Penitenciario significa: poder, dinero, armas y hombres, algunos delincuentes muy peligrosos o relacionados con organizaciones delictivas y pranes que manejan armas de guerra, ejércitos parapoliciales y paramilitares, además de los millonarios recursos económicos que se derivan de ello.
García reportaba directamente a Diosdado Cabello, como su jefe directo en la comisión de Política Interior con la Revolución de la Justicia y a Pedro Carreño que estaba anteriormente en Política Interior.
El ahora Ministro era el vicepresidente de la comisión de Política Interior e incluso tenía a cargo todo lo relacionado con justicia. En el INOF recuerdan que él fue el año pasado o antepasado a ese recinto carcelario teniendo a cargo el operativo que se hizo ahí en el marco de la revolución judicial.
De hablar mal a protegido
El ministro Julio García Zerpa es abogado y fue vicepresidente de la Comisión Permanente de Economía, Finanzas y Desarrollo Nacional del Parlamento.
Uno de los dirigentes del Partido Socialista de Venezuela (PSUV) en Táchira, en conversación con Infobae, lo describe como “un hombre muy astuto, de ese tipo de político que le encanta el lobby y usa las reuniones sociales para darse a conocer y hacer alianzas”.
Agrega que “cuando lo enviaron para acá, al Táchira, en las últimas elecciones regionales resultó un fracaso porque lo que hacía era actividad social y nada de lo político. No respondió como se esperaba, pero siempre gozó de la protección del gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez”.
Un diputado oficialista destaca, no sin sorpresa, que “Julio García antes hablaba muy mal de Diosdado, pero de repente lo vi en la Revolución Judicial y haciendo alianzas con el segundo a bordo”.
Hace dos meses publicó un mensaje en redes sociales con una foto junto a Cabello destacando que “los pasajes de la vida y de la política me han regalado momentos, amigos, experiencias y maestros. Es de un maestro que quiero hablarles hoy, uno que pregona con el ejemplo, de principios irreductibles y de lealtades a toda prueba, hombre intolerante ante las injusticias, de una moral muy elevada. Algunos dicen que representa “El Necio” del que cantó Silvio, afirmación que suscribo. Para un maestro de la vida, al cual he tenido la honra de acompañar en estos andares de la Revolución, mis mejores deseos. Para usted y su familia Capitán Diosdado Cabello”.
García Zerpa viene de la revolución judicial de la mano de Diosdado Cabello Rondón y de uno de sus incondicionales, el diputado Pedro Miguel Carreño Escobar, quien integra la Comisión de Administración y Servicios, también la Comisión Especial para Investigar Crímenes contra Migrantes Venezolanos en el Extranjero, así como los Grupos de Amistad Parlamentaria: Venezuela – Rusia; Venezuela – Nicaragua; y Venezuela – Unión Europea.
El recién estrenado Ministro Penitenciario es abogado y seguramente tendrá que hacer uso de toda su astucia ante la poderosa Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
La ministra saliente, Celsa Bautista ha sido denunciada ante los organismos internacionales, porque bajo su mandato se remodeló y se puso en funcionamiento la Cárcel Rodeo I; se implementaron medidas brutales contra presos, algunos de ellos políticos, contra sus familiares sometidos a actos vejatorios como someterlos durante horas a estar parados en las afueras de la cárcel, luego encapucharlos, negarles que puedan abrazar a sus seres queridos y solo permitiéndoles entre 15 a 20 minutos de visita y a través de un vidrio, solo comunicándose con un teléfono instalado en el locutorio.
Con el nombramiento del nuevo Ministro Penitenciario queda todo el poder judicial más cerradito y en confianza: el defensor Público, Daniel Ramírez, aparece muy cercano a García Zerpa. Así el Ministerio Penitenciario, la Fiscalía, la Defensa Pública y la Sala Penal del TSJ forman un solo entramado de poder.
La llamada revolución judicial pretendió hacer creer que la justicia daba respuestas con el fin de que cada persona liberada se sintiera agradecida con el gobierno. Lo que debe ser un derecho de la persona que ingresa como imputada al sistema judicial, a que se cumpla el debido proceso, se transformó en el “favor” de la revolución judicial “gracias al presidente Nicolás Maduro”.
Al final no ha sido más que un fraude porque la mayoría de los liberados es porque hay una evidente injusticia o ha cumplido los requisitos; una semana después lo que haga la comisión judicial, lo impugna el Ministerio Público. Cada escalón alcanzado es dinero: en sede policial tiene un precio, en fiscalía otro, en tribunal uno distinto, en la Cortes otro y en la Sala Penal otro.
Además de las florecitas enviadas por Maduro, de la apología que le hizo a Diosdado, de haber extendido a media hora como una excepción la visita por el Día del Padre a los presos del Rodeo I y permitirles que escriban una carta a los presos con hijos, aun no hay órdenes de García Zerpa que indiquen que habrá mayor humanización en las cárceles venezolanas.
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