El general Raúl Virgilio Márquez Morillo temía “por la persecución y la cantidad de delatores”, aseguró un oficial a Infobae. Este miércoles murió al caer el caza bombardero que tripulaba junto al capitán Nesmar José Salazar Núñez
Sebastiana Barráez/jueves 17 octubre de 2019
@SebastianaB
La caída este miércoles 16 de octubre, del segundo avión Sukhoi de los 24 que Venezuela le adquirió a Rusia, causó la muerte del general Raúl Virgilio Márquez Morillo y del capitán Nesmar José Salazar Núñez. Consultamos a un general de la Aviación, testigo del proceso de adquisición de esos aviones. Lo primero que hace es lamentar lo ocurrido con el general. “Cuando volábamos juntos, hablábamos mucho sobre la falta de mantenimiento de los Sukhoi y los contratos mal llevados. De eso es responsable el MG José Gregorio Pérez Escalona, excomandante general de la Aviación y los otros que lo secundaron”.
En horas de la
tarde de ayer miércoles el Sukhoi salía de la Base Aérea Cap. Manuel Ríos, para
dirigirse a la Base Aérea en Barcelona estado Anzoátegui, cuando ocurrió el
lamentable accidente. “Era vuelo ferry porque los rusos están en Barcelona y
hacia allá se dirigía para mantenimiento. Luego del despegue con plan de vuelo
de traslado a Barcelona, viró bruscamente a la derecha que obligó a los
tripulantes a activar la eyección, a baja altura con el lamentable siniestro”,
describe un reporte militar.
El oficial que
entrevistamos indica que “las sillas son diseñadas para garantizar la eyección
a 0 pies 0 nudos, es decir parados. Lo que pareciese es que fallaron los
controles de vuelo, es el mismo tema de los tanques de poliuretano. Puede ser
que la pérdida de altura bruscamente generó gravedades negativas y afectó la
salida de la silla, porque el problema es la falta de mantenimiento”.
Agrega que “muchas
veces lo hablamos (con Márquez Morillo) sobre los materiales vencidos de los
cartuchos de eyección los cad pad y sobre esos vuelos delicados con los
aviones que tenían diagonales rojas, es decir parcialmente disponibles”.
Las
fallas
Explica que el
negocio de los rusos al venderle los 24 aviones a Venezuela fue de tres mil 600
millones de euros aproximadamente, con accesorios y equipos de apoyo en tierra.
Es decir que cada uno costó unos 150 millones de euros.
Destaca que “los
aviones Sukhoi 30, plataforma adquirida a Rusia y que entró en servicio para el
año 2006, tuvo percances desde el principio. Ensamblados para Venezuela por la
Empresa Sukhoi no cumplió los debidos controles de calidad y no contó con el
entrenamiento operacional dictado por pilotos militares rusos, sino por pilotos
de prueba”.
Revela que
“presentaron fallas anticipadas e inauditas de vencimiento de la goma espuma de
los tanques de combustible o poliuretano. No es de extrañar el vencimiento en
los cartuchos de eyección, retrasos en el mantenimiento calendario y fallas en
los sistemas de control de vuelo por horas de operación”.
Ese sofisticado sistema
estratégico requiere de los máximos controles de calidad, “que no fueron
asegurados por las autoridades de la Aviación Militar y el Comando Estratégico Operacional
de la Fuerza Armada (Ceofanb). Las inspecciones capitales son extremadamente
costosas por parte de los rusos, que incluso planteaban escenarios para el
2026, en sus propuestas de hacerle mantenimiento”.
Asegura que “la
verdad es que los rusos estaban más interesados en venderle a Venezuela aviones
nuevos que en reparar los Sukhoi. Y hacer los shows de empleo del Sistema para
seguir Trazas de aviones de exploración volando fuera del espacio aéreo
nacional. A eso se le agrega la incidencia de bajas, la falta de recursos y la
ausencia de comandante general serio que se negara a aceptar esa situación. Son
factores importantes que cobraron la vida de estos experimentados pilotos”.
Mal
uso del Sukhoi
Critica con énfasis
que se use “una aeronave estratégica como el Sukhoi para seguir Blancos de
Interés o BDI, que son ilícitos del narcotráfico. Es una patraña exhibicionista
ya que no son aeronaves diseñadas para este tipo de misiones. Además de las
mafias del combustible en Venezuela y los que controlan el apagado para
mantenimiento de los radares, la posible causa de origen para luchar desde
tierra con ese flagelo”.
“Este accidente,
como el ocurrido en 2015 en Apure, demuestra la incapacidad de la Fuerza Armada,
del Gobierno, de la Aviación en particular para asegurar la soberanía, la vida
de los pilotos y la inversión de cuantiosas sumas de dinero de los venezolanos”.
Los pilotos que
el 17 de septiembre 2015 en Apure, se mataron, no se eyectaron y habían sido conducidos
por el Comando
de Defensa Aeroespacial Integral (CODAI) arriesgándole
la vida; es decir, fueron llevados por los radares de interceptación de aviones
los JYL1 o JY11B. Usar un avión estratégico para buscar una tara o avioneta, es
asimétrico y contraproducente, agregándole que hacerlo de noche es por demás
arriesgado, peligroso e irresponsable”.
Explica el
oficial que “el avión que cae en Apure en el 2015 cuando estaba cazando a un
avión del narcotráfico, sobrevolaba la zona a donde fue llevado por el CODAI,
durante la madrugada. Aparentemente en una pista no preparada, clandestina,
encendieron un improvisado balizaje que al parecer desorientó al piloto que bajó
mucho y se estrelló”. En ese accidente fallecieron los capitanes Ronald Enrique
Ramírez Sánchez y Jackson Adrián García Betancourt,
Le preguntamos
para qué realmente deben ser usados los Sukhoi. “Son para incursores, para amenazas
externas como un F15 Eagle o un F16 o antibuques como ocurrió en Las Malvinas. Son
para operaciones llamadas contra fuerzas aéreas, contra aeronaves estratégicas,
aeronavales, interdicción, interceptación, bombardeo estratégico, entre otras
de defensa”.
Un
desastre
Confiesa que
asistió a muchas reuniones con los rusos y asegura que “son muy desleales en
las negociaciones con Venezuela. Son tramposos, chapuceros y todo es billete de
por medio. Ellos no transfieren nada de tecnología. Solo enseñan mantenimiento
de 1er escalón y si acaso de 2do escalón”.
Con el general
Virgilio Márquez Morillo “lo hablábamos a cada rato, pero él tenía temor de hablar
más abiertamente por la persecución y la cantidad de delatores, pero sabíamos la
cantidad de problemas logísticos de ese sistema. Para comenzar ese no era el
que debieron adquirir”.
Finaliza diciendo
que “el proyecto Sukhoi fue un desastre desde el inicio. Esos proyectos rusos
con la mano de Veximca (Venezolana de Exportaciones e
Importaciones, C.A.) siempre tenía a
lobbistas cubanos, con grandes comisiones. Los sistemas de armas rusas no tienen confiabilidad, garantías,
controles de calidad, porque son muy artesanales y muy desordenados hasta
cuando trabajan”.
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