La belleza y habilidad de María José Gualdrón Rivas la hicieron sobresalir entre muchas otras mujeres de la institución castrense
Sebastiana Barráez/ miércoles 12 de mayo 2021
@SebastianaB
Desde que estaba adolescente se supo en Guasdualito, capital del municipio Páez del estado Apure que María José Gualdrón Rivas, se había relacionado con las Fuerzas Bolivarianas de Liberación ahora Fuerzas Patrióticas de Liberación Nacional (FBL/FPLN). Años después, al cumplir la mayoría de edad, las FBL/FPLN, como ha hecho con otros jóvenes, le facilita ingresar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Su belleza
personal y su habilidad para relacionarse la hicieron sobresalir entre muchas
otras femeninas de la institución castrense. “Cuando en una oportunidad
desaparecieron del Ejército 20 mil municiones, María José fue el puente para
que el general Ovidio de Jesús Delgado Ramírez las recuperara”, revela a
Infobae una fuente, quien destaca que desde entonces la joven se gana la
confianza del ahora jefe de la Región de Defensa Integral (REDI) Los Andes, con
quien labra una relación de mucha confianza.
Con el
tiempo las FBL/FPLN logra que a María José la envíen a Cuba, en el marco de la
relación, entre la Corriente Bolívar y Zamora y la isla caribeña, para
formación ideológica. “Estuvo casi dos años con los cubanos”.
En La Habana
ella hace una relación personal con un miembro del secretariado de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). “En el pueblo se regó de inmediato
la noticia de que ella sería pieza clave con las FARC, que como se sabe, maneja
parte importante de la actividad económica e ilícita en la zona”.
A su regreso
de Cuba, María José no volvió a portar el uniforme, pero sí mantuvo relación
con el Ejército venezolano, como con las FARC. Es así como en Apure,
específicamente en la álgida zona de Guasdualito y La Victoria, ella se
convierte en el puente principal entre oficiales mafiosos de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (FANB) y la guerrilla de las FARC.
Los
militares involucrados en los negocios sucios con las FARC funcionaron
perfectamente hasta que pretendieron quitarle el control de los negocios a la
guerrilla; uno de esos incidentes ocurrió en septiembre del año pasado cuando
la FANB intenta asaltar el campamento de alias Ferley, dando como resultado el
asesinato de cuatro militares.
Llegó el 21
de marzo
Como parte
de la Operación Escudo Bolivariano 2021, la Fuerza Armada venezolana ataca,
el 21 de marzo 2021, el campamento de alias Ferley, jefe local de las
disidencias de las FARC al mando de alias Arturo, perteneciente a la fracción
de Gentil Duarte. Desde entonces han ocurrido ataques y enfrentamientos que le
han costado, a la Fuerza Armada Bolivariana, unos 20 militares muertos, varios
desaparecidos y ocho secuestrados por las FARC.
“Nos
enteramos de que María José Gualdrón estaba coordinando una actividad que se
iba a llevar a cabo entre la Fuerza Armada en la zona y con el Ejército a nivel
nacional. Es así como ella viaja al Táchira los primeros días de abril y desde
ahí se moviliza hacia Caracas, donde estuvo unos días”, narra un amigo de la
joven.
Ya a su
regreso, cuando se dirigía hacia Guasdualito, fue detenida, en la alcabala La
Pedrera, vía donde hay una Y que permite dirigirse por la troncal 5 hacia San
Cristóbal, del otro lado hacia Barinas y por la Troncal 19 hacia Apure. “Ella
iba hacia la troncal 19, rumbo a Guasdualito. La Dirección General de
Contrainteligencia Militar (Dgcim), la detiene y la traslada de inmediato hacia
Caracas”, describe el amigo de María José.
“Diez días
después un familiar la vio en el Teatro de Operaciones de Guasdualito, también
sede de la 92 Brigada de Caribes. Dice que María José estaba muy golpeada.
Desde allí la regresan a la DGCIM en Caracas. Ella está casada y tiene cuatro hijos,
pero para los Caribes del Ejército ella es pieza clave en el manejo económico
de los grupos irregulares”.
El problema entre las FARC y la FANB colocó a María José en el centro del conflicto, “porque ella mantenía relación muy fluida con el grupo de alias Arturo y Ferley que están en esa zona y ahora enfrentados con la Fuerza Armada”.
Apure es el
escenario
La Operación
contra las disidencias de las FARC ha dejado un mal sabor en la Fuerza Armada Nacional.
No solo es un problema manejado torpemente el de los soldados heridos, algunos
de los cuales han perdido parte de su cuerpo. Tampoco, y aunque sea doloroso para
la institución militar, lo son los casi 20 militares muertos.
Lo que
sangra copiosamente es que la Fuerza Armada, se asume derrotada y lo demuestra
el silencio, no solo de los comandantes, sino del Alto Mando Militar e incluso
del Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, que no informa al país. Tampoco dan
la cara a la mayoría de esas familias en luto.
La
estrategia militar fracasa como lo también ocurre con la estrategia
comunicacional. Para que un homenaje ante militares caídos ante la guerrilla no
sea tan ruidoso, en este momento, se están dedicando a preparar un homenaje
para militares muertos, que incluye a los que murieron en accidentes. Así de
absurda es la estrategia.
Por ahora
las imágenes de los guerrilleros permitiendo que los cadáveres fueran recogidos
de la sabana por civiles, entre vómitos, y manejo poco considerado, lanzados a
un camión, no será fácil de borrar de la mente de los venezolanos y menos aún
de los militares.
Los cuerpos, que permanecieron
varios días en las sabanas de Apure, a merced de las altas temperaturas de la
zona, de animales carroñeros y en la tierra fronteriza, llevan un mensaje
ensordecedor a la institución armada, un grito que señala con un dedo
despiadado a la cúpula militar. Y con ello queda la frase del comunicado del
ministro de la Defensa: “Lamentablemente también fallecieron algunos de
nuestros efectivos cuyos cuerpos están siendo identificados mediante la
necropsia correspondiente”.
Por ahora,
hay mucho que analizar y explicar: cinco civiles, cuatro de ellos de una sola
familia, a quienes habría asesinado las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES).
Cuántos y quiénes son los militares asesinados, heridos y desaparecidos. Los
ocho soldados secuestrados por las disidencias de las FARC a quienes esperan
negociar como trofeos de guerra. Y también está el caso de María José Gualdrón
Rivas, detenida en la DGICIM.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario