El emblemático reconocimiento fue otorgado a Valentín Santana, que pasó de bandido criollo a liderar una violenta organización
Sebastiana Barráez/ martes 25 de julio 2023
@SebastianaB
Airada la reacción de varios sectores y organizaciones, ante el silencio del chavismo, porque la Dirección de Educación de una llamada Sociedad Bolivariana de Venezuela, a cargo de Sergio Ojeda, le entregara a Valentín Santana la Réplica de la Espada Sol de Perú de Simón Bolívar, en el marco de la celebración del natalicio del Libertador.
Santana es una versión criolla de Robin Hood, el bandido de la Inglaterra medieval, y que en un país con la fragilidad institucional que caracteriza a Venezuela, le ha permitido salir airoso de más de una decena de averiguaciones por asesinatos, amenazas, atentados contra dirigentes políticos y funcionarios policiales.
Desde antes de la
llegada de Hugo Chávez al poder, se había conformado una decena de grupos
sociales y armados, que funcionaban en la populosa barriada 23 de Enero en
Caracas, quienes se hacían llamar colectivos. La génesis de ellos fue el Grupo
Tupamaro, dirigido por José Pinto, pero entraron en conflicto con La Piedrita, luego
del asesinato, el 21 de junio de 2006, de
Diego Santana, hijo de Valentín Santana, y se enfrentaron a muerte hasta que
Tupamaros se desplazó hacia otros sitios.
“Amargado no
estoy, porque sino no estaría aquí sentado contigo, lo que sí estoy es lleno de
odio hacia mis enemigos”, dijo dos años después. Uno de los expedientes en su
contra es por el asesinato de dos de los presuntos autores de la muerte de su
hijo Diego y de Warner López, ambos jóvenes del colectivo.
La réplica de la
espada de Bolívar es muy importante para la historia venezolana y está bajo
custodia de la Sociedad Bolivariana de Venezuela y ahora recorrerá
el territorio de la Comuna Socialista Simón Bolívar para celebrar los 240 años
del Natalicio de nuestro Padre Libertador; aun así no quita el sabor amargo que
para muchos significa que sea Santana quien la recibe.
En sus redes sociales, el líder del colectivo armado La Piedrita, dice
que “con
todo el compromiso con mucho Honor Patrio recibimos está réplica, la más
antigua de la espada de nuestro libertador Simón Bolívar, hombre de las
dificultades. 240 años después de su nacimiento, en este ciclo Bicentenario,
enarbolamos las banderas de la libertad plena, verdadera, de nuestra
independencia absoluta y juramos lealtad inquebrantable al legado Bolivariano
al comandante Chávez a nuestro presidente Nicolás Maduro y a nuestro pueblo”.
Agrega que “a 37 años de lucha revolucionaria el colectivo La Piedrita está más firme que nunca y leales a nuestro Comandante Hugo Chávez y a la Revolución Bolivariana liderada por nuestro Presidente Nicolás Maduro. Solo la Unidad nos dará la Victoria”, publica Santana.
Chávez ordenó detenerlo
El 6 de febrero 2009, Valentín Santana, en una
entrevista publicada en el hoy desaparecido semanario Quinto Día, asumió la
responsabilidad de su grupo La Piedrita, en el lanzamiento de
bombas lacrimógenas y objetos contundentes contra las sedes del canal Globovisión,
el diario El Nuevo País, el Ateneo de Caracas, el partido Copei, la Nunciatura
Apostólica y las viviendas del entonces presidente del canal Radio Caracas
televisión (RCTV), Marcel Granier y de la reconocida periodista de radio y
televisión Marta Colomina.
“Si ofenden a la
revolución, donde los veamos les vamos a cortar la cabeza y ya lo hemos hecho”,
dijo Santana, para quien no considera que eso sea ilegal. “Esa es gente que
trata de quitarme mis sueños, los de mis hijos y los tuyos, los de mi comunidad.
Los ilegales son ellos”.
Aunque aseguró
que de no estar Chávez en el poder “me iría a la montaña, a formar la
guerrilla. Chávez tiene que gobernar este país por lo menos durante 30 años”,
sigue en la populosa barriada 23 de Enero, a unos pasos del Palacio de
Miraflores.
Al día siguiente, 7 de febrero, en un acto en un acto con los consejos comunales de Petare, y en una transmisión en
vivo, el presidente Hugo Chávez, tildó a Valentín Santana de criminal, a la vez
que autorizó su detención. “Dice algo muy grave, que si consiguen a una
persona, y le dan nombre y apellido, lo van a matar, y amenazan de muerte. Yo
llamé a la Fiscal General de la República y la insté a que tomen las acciones;
esa persona debe ser detenida, porque es un delito estar amenazando de muerte.
Nadie puede estar aquí amenazando de muerte ni tomando la justicia por su
propia mano”.
“He dado instrucciones y el Estado actuará; y ellos (La Piedrita) deben asumir sus consecuencias, pero actuaremos con todo el peso de la Ley. Este es un criminal y yo tengo la firme sospecha que ellos son agentes contrarrevolucionarios. Qué raro que el señor este Valentín sale en el diario Quinto Día ayer precisamente en estos días previos al referéndum y nosotros sabemos a quién benefician esas declaraciones. Yo no puedo concebir que haya unos grupitos por allí que dicen ser revolucionarios, pero actúan en contra de la revolución”, dijo un enardecido Hugo Chávez.
Nadie obedeció
Para el momento en que Chávez ordenó detener a Valentín Santana, tenía una docena de investigaciones abiertas y varios Fiscales conocían de las causas. La impunidad se extendió con un manto de silencio y 14 años después, Santana no solo sigue en libertad, liderando La Piedrita, sino que bajo el régimen de Nicolás Maduro se ha fortalecido y en julio 2017 amenazó públicamente a funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) de incendiar a Caracas si lo llegaban a capturar.
Un año después, en
el marco de los Ejercicios de Acción Defensiva
Multidimensional Independencia 2018, Santana demostró el poder que tiene sobre
el territorio que controla en la parroquia 23 de Enero. En un video se le ve rodeado
de nueve hombres, cinco de ellos encapuchados y dos portando armas de guerra largas.
Santana grita “Chávez vive, la patria sigue” y sus hombres de La Piedrita lo vitorean.
En
una demoledora exhibición de la fragilidad institucional, altos funcionarios
del gobierno venezolano se le acercan, lo saludan, lo abrazan, tratan de
demostrarle simpatía, algunos a niveles de subordinación. Ahí está Valentín
Santana, rodeado de hombres que usan brazaletes tricolores, portando armas
largas, de las cuales nadie pide explicación alguna, ni siquiera los militares,
incluyendo al entonces Comandante de la Zona Operativa de Defensa Integral del
Distrito Capital (Zodi), General de División (GNB) Fabio Enrique Zavarse, quien
no dejó de hacerle reverencias al líder colectivo.
También
hay chistes, sonrisas y lisonjas, entre la entonces
alcaldesa de Caracas y exministra de Comunas Erika del Valle Farías Peña; el varias
veces ministro, Ernesto Emilio Villegas Poljak; el ahora secretario general del
Gobierno de Caracas, Alexander Nebreda, entre otros y varios funcionarios de la
Guardia de Pueblo.
Pero
no es solo la sumisión de funcionarios, lo que le da poder a Santana, también
es el apoyo de dirigentes del chavismo que poco respeto tienen por la
Constitución y las leyes, relacionados con grupos irregulares armados, entre
ellos Diosdado Cabello o el actual Gobernador del Táchira, Freddy Bernal, el
mismo que asegura que el equipo de la aspirante a candidata presidencial, María
Corina Machado, es la responsable de los grafitis donde el ELN (Ejército de
Liberación Nacional) la amenaza. Pretende ocultar la activa presencia de esa
organización guerrillera en territorio fronterizo, siendo él uno de los
dirigentes del chavismo más relacionados con los grupos armados no solo en la
frontera sino en el 23 de Enero, lugar al que acudió en marzo pasado para fotografiarse
con La Piedrita.
Valentín Santana
no pudo sostener lo que había dicho en aquella entrevista de febrero 2009, que
además de estar grabada fue realizada en la sede de La Piedrita en el 23 de
Enero, por lo que el colectivo publicó en un
comunicado, en la página web que posteriormente eliminaron, donde sostenían que
a su líder “públicamente se tildó de delincuente, allanando el camino para que
los enemigos del Proceso puedan asesinarlo. Nuestro líder acusa a la periodista
del Semanario Quinto Día por emitir esas declaraciones, donde supuestamente
Valentín Santana aseguró volarle la cabeza al fascista de Marcel Granier. Eso
es parte del expediente mediático para desaparecer a nuestro líder y
desmovilizar a la compañera Lina Ron por ser motivadores por el SI a la
enmienda constitucional”, rezaba el comunicado.
Finalmente, nadie cumplió la orden de Chávez, que quizá el propio mandatario nunca tuvo intención de ejecutar.
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