Además, debieron hacer trabajos de limpieza de la maleza a orillas de la carretera como represalia
Sebastiana Barráez/ 16 de agosto 2020
@SebastianaSin
En un acto nada típico en la Fuerza Armada venezolana,
un comandante militar hizo que dos subalternos que habían estado solicitando
dinero al dueño de una finca, no solo lo devolvieran, sino que además se
disculparan en nombre de la institución y prometieran que eso no ocurriría
nuevamente. El comandante hizo público el video con los logos y escudo de la
REDI Los Andes.
Pero no solo devolvieron el dinero y se disculparon,
sino que además se les ve en otras tomas del video que también los dos
militares del Ejército debieron hacer trabajos de limpieza de la maleza a
orillas de la carretera.
El jefe militar que castigó así a sus subalternos es
el teniente coronel Leonel Méndez Labrador, comandante del 211 Batallón de
Infantería Mecanizada “Coronel Antonio Ricaurte” y comandante de la Zona de
Combate 2.2 de Ureña, del fronterizo municipio Pedro María Ureña del estado
Táchira.
El oficial explicó, a través de un video, que estaba
en la aldea Palma Redonda cumpliendo instrucciones del jefe de la Región de
Defensa Integral (REDI) Los Andes, Mayor General (Ej) Ovidio de Jesús Delgado
Ramírez, para “llevar a cabo una disculpa pública con los señores de las fincas
de este sector, los cuales se vieron inmersos en un inconveniente con dos
profesionales”.
Dice el comandante Méndez que los dos profesionales,
refiriéndose a dos militares, “salieron de su base de protección fronteriza a
efectuar contacto con la población y presuntamente les solicitaron que les
dieran un dinero”.
Enfatizó que “se trata de un hecho aislado. No se
trata de la actitud ni de los lineamientos del Alto Mando de la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana, por lo tanto, nosotros los hombres de uniforme, los hijos
de Bolívar y de Chávez estamos para proteger el pueblo y no para agredir”.
Los soldados que intentaron extorsionar a los
finqueros, fueron llevados ante sus víctimas, a devolver el dinero y a pedir
disculpa a los agraviados. Se oye a uno de ellos decir “vengo a pedirle las más
sinceras disculpas al señor Dorangel por el efectivo que me entregó días atrás,
y de parte de mi compañero”, dijo mientras le hacían entrega de un sobre al
finquero. “Esto no va a volver a pasar y de parte de la Fuerza Armada
Bolivariana, las más sinceras disculpas”, finalizó diciendo.
El oficial decidió
Un oficial califica el hecho. “Si el militar fue
descubierto por su superior en flagrancia extorsionando al civil, lo que
corresponde es que su superior lo denuncie o lo ponga a orden de la justicia
militar. Aunque la cadena de mando debe ser notificada, el comandante de la
Unidad que descubre al subalterno en la comisión del delito tendría que hacer
un oficio y notificarlo a la justicia en su estado”.
Aunque el delito de extorsión no es militar, sino de
justicia ordinaria. “El comandante de Unidad puede optar por sancionarlo
disciplinariamente y aplicarle el Reglamento de Castigo Disciplinario Nr. 6 y
aplicarle una sanción, que incluso pudiera ser arresto simple por una falta que
se asemeje a actitud indecorosa”, destaca el oficial consultado por Infobae.
El artículo 21 de la Ley de Justicia Militar destaca
que “el o la militar debe tener siempre presente que es cuestión de dignidad y
ética profesional no incurrir en hechos que lo o la desprestigien ante la
institución militar y la sociedad, por tanto, considerará que es un asunto de
verdadero compromiso el evitan muy pacíficamente, la comisión de actos que
desdigan de su condición profesional y lo hagan merecedor de medidas
disciplinarias”.
En el Táchira, un estado fronterizo, con graves
problemas por presencia de grupos irregulares y la actuación de la Fuerza
Armada, no solo que ocurre un hecho que no tiene nada de ortodoxo como la de
los dos militares de Ureña, sino que también ocurrió hace unos días la
publicación de un video donde en la Escuela de Guardias Nacionales de ese
estado se aplica el exorcismo de una mujer “que estaría poseída”.
Lo que ocurre en la Fuerza Armada venezolana es
consecuencia de las acciones que desde hace años han ido deteriorando los
pilares de la institución. El artículo 37 de la Ley de Disciplina Militar se
refiere a las faltas graves, entre las que incluye “Practicar o promover actos
o ritos religiosos en la unidad, instalaciones o establecimientos militares,
sin la debida autorización por escrito”. En el punto 33 de ese artículo también
resalta como falta grave: “Solicitar o aceptar dinero, bienes o servicios en
contraprestación a actos del servicio” y en el 95 “apropiarse de cualquier
forma de dinero o bienes que no le pertenezcan”.
Si mencionamos el punto 47, con lo que ocurre en la
Dirección Geneeral de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Caracas, todos los
funcionarios de ese organismo deberían estar detenidos por faltas graves: “No
observar las normas de respeto a la dignidad y los derechos humanos
relacionados con detenidos bajo su custodia”.
Todo eso ocurre mientras las altas autoridades de la
Fuerza Armada no tienen como prioridad las funciones esenciales de la
institución, están más preocupados por discursos políticos e ideológicos, y no
por la defensa del territorio y la soberanía.
Los mensajes del Alto Mando Militar están referidos a
destacar lo que hizo o pudo hacer Hugo Chávez, promocionar las elecciones
parlamentarias y hace citas sobre Simón Bolívar o alguna fecha patria. La
historia que se está escribiendo hoy, está vacía de patriotismo alguno.
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