El Frente Institucional Militar denunció el abandono por parte de las autoridades, mientras los pacientes se ven forzados a pagar sus propios tratamientos
Sebastiana Barráez/ lunes 19 de abril 2021
@SebastianaB
Son perturbadores los anuncios por el fallecimiento de
hombres que han servido a la institución castrense en Venezuela. Lo más
bochornoso es la discriminación que padecen los que no tienen acceso al poder
en Venezuela. La indignación, la alarma y el temor la reflejan muchos militares
en los cuarteles, a través de chats de WhatsApp o Facebook, por mensajes
individuales, por cadenas.
Entre militares que han muerto por Covid están los
generales (Ej) Juan Manuel Bogado Velásquez, (GN) Julio Rafael Lara Guzmán,
(Av) Óscar Córdoba Guedez, (Av) Alberto Enrique Rivas Peña, (Av) Wilson Marín
Meza; En el hospital Domingo Luciano murió el GB Pacheco Melgarejo. El
Vicealmirante Hernán Gruber Odremán, los coroneles (Ej) José Luis Ramírez Aranda, (Ej) Gabriel Duque Vivas, el capitán de Navío Sánchez Correa.
Entraría en la lista el coronel (GNB) Hendrik Otoniel
Montañez, director del Círculo Militar en Lara. También el Cnel Richard
Solórzano Barreto, quien era comandante de la Policía Nacional en Carabobo.
“El Mayor (Ej) José Alberto Álvarez Guerrero falleció
a causa del Covid, en el Poliedro de Caracas, sus familiares fueron a buscar su
cuerpo y lo encontraron con la desagradable sorpresa que fue introducido en una
bolsa negra no identificada, junto a otros fallecidos tampoco identificados;
sus familiares no pudieron retirar sus restos”, el mensaje de un militar.
En otro mensaje se lee: “El Tcnel Cruz Manuel
Contreras Dionicie, Comandante del 332 Batallón Caribe “Tcnel Juan Ignacio
Rendón Blanco” presentó malestar general y fiebre, trasladándose al Hospital
General “Dr. Felipe Guevara Rojas”, en El Tigre, estado Anzoátegui”, presentó
síntomas asociados al Covid y murió poco después.
“Necesitamos ayuda
para XXX promoción XXX, quien está en situación delicada por el virus chino y
pueden ayudar depositando en el banco, cuenta XX o vía zelle Estados Unidos, al
email XXX. Es un tratamiento
domiciliario básico de 2000 dólares para que los pulmones vuelvan a su nivel
normal y se salga de la crisis”, ejemplo de algunos de los mensajes que rondan
en los chats de militares.
Un militar indica que cuando llegan al hospitalito o
al Hospital Militar y el diagnóstico al virus da positivo “de inmediato lo
envían al poliedro y después se olvidan de ellos. Ahí empieza el calvario para
los familiares, empezando por comprar las medicinas, el paciente debe comprar 6
ampollas de Redesivir y cada una está en el orden de 200 dólares, en total 1200
dólares. Algunos podrán comprarlas, pero la mayoría no pueden y quedan a la
mano de Dios”.
El doctor y coronel Ángel Sánchez Meneses, quien estaba atendiendo en una oficina del Iorfan dentro del Hospital Militar, llamada Centro de Atención al Afiliado (CAICA), por su contacto diario con pacientes militares retirados asintomáticos, contrajo COVID-19 y falleció el 14 de marzo 2021. Ahora está el Tcnel Jhon Montiel encargado de atender a los Afiliados del Iorfan que requieran atención en el hospital militar Dr. Carlos Arvelo, así como extensión de récipes de medicamentos, exámenes de laboratorio, etc.
El FIM reclama
“Los militares retirados y la población civil han
tenido que recurrir a colectas de dinero y material sanitario para tratar a los
pacientes de Covid 19, que en muchos casos los costos sobrepasan la
disponibilidad de los recursos existentes. La situación de los militares de la
reserva activa es de verdadera orfandad y abandono por parte de las autoridades
militares que están en el deber de velar por sus derechos de salud y bienestar,
logrados a través del tiempo y de la entrega de los mejores años de
sus vidas al servicio de la patria”.
Así lo denuncia el Frente Institucional Militar (FIM), ante
lo que ya es una tragedia con la cantidad de
solicitudes de ayuda, por parte de familiares, amigos y compañeros de
militares, afectados por Covid-19 en Venezuela, que se ha vuelto constante,
bien sea para medicamentos e incluso para que sean aceptados en hospitales
centinelas o centros de asistencia cuando las pruebas indican que está
contagiado del virus.
Subraya el FIM que “la sucesión de fallecimientos recientes de distinguidos compañeros de
armas, incluso de miembros de sus familias, tanto activos como retirados
asociados con el letal virus es realmente alarmante e incomprensible”, dice la
organización que agrupa a más de dos centenares de militares en reserva activa
de los diversos componentes de la Fuerza Armada.
Según explican, familiares de militares contagiados
con el Covid-19 “han reportado que no fueron admitidos en el sistema de
hospitales militares, pese a su gravedad, remitiéndolos a hospitales generales
y de campaña que no reunían las condiciones esenciales ni de cuidados
intensivos para su tratamiento y recuperación”.
Denunciaron que “en Venezuela está ocurriendo el sacrificio de personas, producto de la inexistencia de un sistema sanitario público robusto y eficiente, y el vacío de políticas oficiales, claras y confiables de atención a los cientos de enfermos contagiados por la pandemia del COVID-19”.
El discurso guerrerista
El FIM es una organización dirigida por el almirante
Huizi Clavier, junto a ex ministros de la Defensa, tales como General de
División (Ej) Fernando Ochoa Antich y el General de División (Ej) Rafael
Montero Revette, así como excomandantes generales de diversos componentes,
entre ellos el General de División (Av.) Maximiliano Hernández Vásquez, General
de División (Ej) Carlos Julio Peñaloza, Vicealmirante Jesús Enrique Briceño
García, entre otros.
Destacaron que “lo que está ocurriendo en nuestro país
nos llena a todos de profundo dolor e indignación; no es posible que frente a
esta tragedia que nos afecta no se haya producido una reacción del Ministro de
la Defensa ni de las altas autoridades de la Fuerza Armada Nacional. No hay una
sola referencia de ella, por el contrario, el régimen politiza la grave
situación sanitaria del país, oculta la verdadera realidad, altera cifras y se
enfrasca en una suerte de competencia por quien trae más vacunas y de dónde”.
Confesaron asistir con estupor “a las manifestaciones
guerreristas del Ministro de la Defensa y Alto Mando Militar y su
empecinamiento en imponer una épica y narrativa para mostrar la capacidad
bélica de la Fuerza Armada en momentos y circunstancias muy dolorosas para el
país y sin considerar que la prioridad hoy debe estar focalizada en atender la
situación de precariedad y urgencia sanitaria”.
Finalizaron haciendo un llamado “a la conciencia de
los que tienen el deber de reaccionar ante la catástrofe sanitaria, de nuestros
compañeros de armas activos para que, oyendo no la voz, sino el llanto de los
que han perdido a alguno de sus seres queridos y que claman por la vida, a
cumplir con sus deberes constitucionales ante la tragedia que desgarra nuestros
corazones”.
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