Tradicionalmente, los militares juegan el rol de mantener el orden en los centros de votación y la custodia del material electoral. Esta vez no ocurrió ni fue necesario.
Sebastiana Barráez/ martes 24 de octubre 2023
@SebastianaB
Una fascinación, no sin cierta carga de incredulidad arropó, como un manto de sarcasmo, a los sectores políticos del país, que aun parecían en shock un día después del triunfo absoluto de María Corina Machado en las primarias de la Oposición. La estrategia del partido de Gobierno arrancó muchas semanas con Diosdado Cabello repitiendo que esos comicios no se realizarían mientras incitaba a la discordia entre los candidatos; apostaron a que las amenazas de botar empleados, suspender bonos y bolsas de alimentos, surtiría efecto. Nada detuvo la avalancha de electores; ni el fantasma de los grupos de choque, ni la prohibición de transmitir que Conatel impuso a radio y televisión, ni la suspensión del suministro de combustible en casi todo el país, ni la prohibición de usar las escuelas como centro de votación.
Pero
sucedió algo más, no hizo falta el Plan República, como dijeron, en
conversación con Infobae, militares en situación de retiro que se formaron en
los distintos componentes. Tradicionalmente
en las elecciones en Venezuela los militares juegan el rol de mantener el orden
en los centros de votación y la custodia del material electoral, con el llamado
Plan República.
Los militares pasaron de gozar del respeto y aprecio
de la sociedad civil como una institución de todos los venezolanos a ser
considerados el brazo armado del régimen venezolano, perdiendo con ello la
validez de actor independiente en la diatriba política.
En las elecciones primarias hubo participación de un
importante número de votantes que se concentraron en los centros de votación,
algunos incluso al aire libre, alineados en largas filas donde pacientemente
esperaban para ejercer su voto.
No hubo soldados armados ni nadie que controlara las
masas de electores y aun así no ocurrió un solo hecho de desorden público, los
dos incidentes los causaron los mal llamados “colectivos”, quienes llegaron con
sus motos y sus armas a sembrar miedo y a robarse las cajas de los votos. Ni
siquiera eso empañó el hermoso acto de civilidad que, contra toda adversidad,
se llevó a cabo el domingo 22 de octubre.
Los
militares saben que el evento electoral puede ser organizado por la sociedad
civil, por los partidos políticos, por los voluntarios. ¿Acaso no fue voluntariado
el que participó en las elecciones primarias del domingo pasado? ¿Qué hubo
retardos? Sí, porque el material electoral fue entregado el mismo día, porque la
mayoría de los centros estaban en estacionamientos, parques, en sitios abiertos
donde se colocaron toldos. A pesar de la tormenta que cayó en varias partes del
país la gente permaneció con estoicismo en las colas de votación, algunos
extendieron sus paraguas, otros se colocaron un plástico sobre la cabeza y los
hubo quienes permanecieron dejando que la lluvia cayera sobre sus cabezas.
La logística también fue con voluntarios. No fue nada fácil el transporte del material, porque la entrega del cotillón, el kit donde estaban los cuadernos de votación, las cajas, los bolígrafos se entregó el mismo domingo en los miles de centros de votación. Hubo las lógicas fallas, como en un centro en Barcelona, estado Anzoátegui, que a las 2:00 de la tarde los cuadernos electorales no habían llegado, como excepción.
Sin
Ley Seca
El capitán de navío Daniel Enrique Cárdenas Bullón
relata que recorrió cuatro centros de votación reafirmando la
expresión que ha corrido por las redes sociales: “si algo nos pudimos regalar
los venezolanos es la absoluta prescindencia de ese elemento intimidador para el
ciudadano como lo es la presencia de militares en los centros de votación”.
Recuerda
que “en la consulta aquella de El Firmazo, el 28 de abril 2016, reiterada este
22 de octubre, se pudo evidenciar, no precisamente en El Hatillo, pero sí en el
oeste de Caracas donde hubo zánganos que se prestaron para maltratar a los
votantes en las colas e intentar sabotear y socavar el derecho legítimo del
ciudadano a expresarse”.
“Aunque
la situación meteorológica no fue benévola con los votantes del oeste de
Caracas, a pesar de todo eso la gente se mantuvo incólume y con un orden y
civismo ciudadano que es lo que uno anhela para Venezuela; que ese civismo demostrado
sea el que presida nuestra cotidianidad republicana. Si algo demostró la
innecesaria presencia de elementos extraños al acto ciudadano del ejercicio
legítimo del voto, fue precisamente el del Plan República, que se justificó por
allá en los años 60 este 70 por la guerrilla urbana y porque el voto era
obligatorio. Fue un mal que se dejó mantener como que si fuera un derecho”.
“Nuestra
democracia llegó a tener la solidez para haber acabado con el Plan República.
Yo siempre fui contrario a ello por lo que me felicito como ciudadano
venezolano de haber estado en esa hermosa jornada cívica del domingo sin la
presencia de un militar en los alrededores”.
Para concluir dice que “no es nada pueril resaltar, pero no se decretó ley seca y yo no vi a nadie con media botella de cerveza en la mano, con los ojos encandilados o los cachetes rosados por consumir alcohol. Ese es el ejercicio cívico ciudadano que nos debe llenar de mucha emoción, de lo que somos capaces de ser y eso es lo que es lo que emociona y lo que debemos insuflar en la gente”.
Ejemplo
de civilidad
Para el exministro de la Defensa, GD Rafael Ángel Montero
Revette “creo que el domingo se demostró que no es necesario el Plan República
en ninguna elección. La sociedad civil organizó, transportó material,
contabilizo el resultado y no hubo necesidad de dicho Plan y tampoco se
perdieron urnas ni actas, aunque el régimen ordenó sabotear el proceso”.
“La Policía Nacional Bolivariana (PNB) y las
municipales pueden dar la seguridad y el orden que se puede requerir. Además,
se abaratan los costos de las elecciones, aunado a que la sociedad estará más
tranquila sin la participación de los militares”, destacó quien también fue
Comandante General del Ejército venezolano.
Por su parte, el General de División de la
Aviación Pablo Pérez Pérez enfatiza que la legalidad del Plan
República reside en el Art 328 de la Constitución. “Fue aplicado bajo un
criterio de control del orden público, para la distribución, control y
resguardo del material electoral. Esa misión en una verdadera Democracia podría
tener justificación, más se ha convertido en un elemento perturbador del objeto
para el cual fue creado y se convirtió en brazo armado del régimen venezolano”.
“Definitivamente, siendo objetivo, su destino (el del
Plan República) es desaparecer, pues solo genera un costo al país y coacciona
la civilidad ciudadana”.
Acentúa que ha participado dos veces en ese tipo de
elección ciudadana, por lo que es del criterio “que no hace falta la presencia
militar en eventos de ese tipo. Hay otras formas de realizarlo exitosamente sin
el Plan República, recomendación para la democracia que está por venir”, finaliza
diciendo el General Pérez.
El Coronel de la Guardia Nacional Carlos Luis Grau Gil
dijo que “la participación de la Fuerza Armada en el Plan República ha perdido
la confianza del pueblo venezolano; los altos mandos han actuado descaradamente
como brazo armado a la orden del gobierno”.
“La FANB tiene como función apoyar a los distintos niveles y ramas del Poder Público en la ejecución de tareas vinculadas a los ámbitos social, político, cultural y económico, en el marco de los planes correspondientes. Considero que la sociedad civil está en condiciones de encargarse de las elecciones”, aseveró.
Es intimidatorio
El General (Av.) Eduardo Arturo Caldera Gómez considera
que “en un futuro, como en casi todos los países del mundo, las elecciones
deben ser realizadas por un ente electoral que tienda a lo independiente, como lo
dice la Constitución. El Plan República comenzó en la nueva era democrática
después de 1958, cuando la gente tenía miedo de ir a las elecciones y solicitaron
el apoyo de la Fuerza Armada para el transporte y distribución del material electoral,
así como la vigilancia perimétrica de los centros electorales”.
“Se
nombró un oficial de enlace del Ministerio de la Defensa con el Consejo
Nacional Electoral (CNE), pero después de 40 años de elecciones, las personas
han madurado y estas elecciones del domingo lo demostraron. Solo debería estar
la policía como ocurre en los países que tienen más vigencia democrática que,
aunque nosotros la tuvimos, también la perdimos. No debe haber Plan República, pero
es posible utilizar los aviones de la Fuerza Armada para traslado del material”.
Considera
que la presencia del militar en los centros de votación es incluso intimidatoria.
“Podemos organizarnos, lo digo con propiedad porque he participado motivando el
voto y lo que ocurrió el domingo fue un acto cívico; muchos jóvenes se han ido
del país y por ello vimos tantas personas de la tercera edad, en silla de
ruedas, con bastones, y no hubo ningún incidente más bien mucho respeto. Estuve
desde las 5 de la mañana. Fue un evento organizado por la sociedad civil, con
voluntad y corazón, sin recursos”.
Confiesa
que le conmueve el celoso respeto que hubo ante las dificultades. “No hubo
incidentes, más allá del ocurrido en El Limón donde unos motorizados hicieron
disparos y se llevaron las cajas de votación, se les cayeron en la huida y solo
se perdió una. Y creo que en el centro de Caracas también hubo algún incidente”.
En
conclusión, dice, el Plan República requiere un super gasto en presupuesto para
movilizar gente de todo el país. “Y ahora ni siquiera es Plan República sino
milicianos, que ya se sabe cuál es su favoritismo político. El militar, parece
mentira, pero en lugar de infundir respeto, infunde miedo y a veces se toma
atribuciones que no le corresponden”.
Para
finalizar, Caldera dice que lo ocurrido en las elecciones primarias “fue una
jornada exitosa e inédita que se hizo con la voluntad y con el corazón. No hubo
ni un borracho. No hizo falta Ley Seca”.
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