Omer Enrique Hevia Araujo, quien conoció y estuvo bajo el mando del abuelo del presidente interino, instó en una carta a que “acabe de una vez por todas con los inescrupulosos delincuentes y cómplices" que gobiernan el país caribeño
Sebastiana Barráez/ 28 de septiembre 2020
@SebastianaSin
El Capitán de Navío retirado
Omer Enrique Hevia Araujo le dice, en una misiva, a Juan Gerardo Guaidó
Márquez, luego de recordarle los méritos de su abuelo materno quien fue capitán
de navío, que “solicite por el bien y salvación de Venezuela y la libertad
de nuestro pueblo, la intervención de una fuerza multinacional humanitaria de
paz, contemplado en nuestra Constitución”.
Desde que el 23 de febrero
2019 cientos de militares activos decidieron seguir a Guaidó como presidente
interino y reconocerlo como Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, su
actuación en materia militar ha tenido muchos errores y pocos aciertos, lo que
se refleja no solo en la gran cantidad de esos militares, sumados con cientos
de los retirados, que no encontraron un plan establecido ni una estrategia castrense
planificada.
El entorno de Guaidó no creyó
en los militares como aliados, ni siquiera los entendieron, no supieron
interpretar la siempre compleja relación entre civiles y militares. La única
figura militar que tuvo un débil respaldo del gobierno interino fue el general de
división (Av) Francisco Esteban Yánez Rodríguez, quien siendo Director de
Planificación Estratégica del Alto Mando de la Aviación Militar de Venezuela
reconoció a Guaidó como presidente interino.
Pero Yánez no tiene el liderazgo ni la ascendencia en
la institución armada, cuyo componente más fuerte es el Ejército. Fue
desastroso el manejo del tema de los militares que pasaron a Cúcuta el 23 de
febrero, aunado a lo ocurrido el 30 de abril 2019 con el plan del general de
División Manuel Ricardo Cristopher Figuera que solo sirvió para sacar a
Leopoldo López de su casa por cárcel para la embajada de España, pero
principalmente para que el ex jefe del SEBIN lograra su refugio en los Estados
Unidos.
Guaidó no tiene Alto Mando
Militar, ni un Estado Mayor, ni siquiera una figura militar con liderazgo que
lo represente, lo que ha complicado las rencillas domésticas y ambiciones
personales de varios generales en el exterior.
Resulta propicia, entonces, la
comunicación que el hace el CN Hevia Araujo, quien inicia su misiva “anteponiendo
gratos recuerdos de mi juventud en la Armada venezolana, específicamente en la Infantería
de Marina, en donde me honré en conocer y estar bajo el mando de su querido
abuelo materno, el Capitán de Navío Juan Bautista Márquez Moreno, ejemplar
Oficial de recio carácter y recto proceder”.
Destaca que el abuelo materno
de Guaidó “tuvo la oportunidad de actuar en dos levantamientos militares (El Porteñazo
y El Carupanazo), al igual que los movimientos guerrilleros importados,
inspirados en consignas e ideales comunistas de tendencias castristas y
leninistas, por medio de los que se atentó contra nuestra Constitución Nacional”.
La Historia de Venezuela
resalta que esos dos eventos, El Carupanazo que sucedió el 4
de mayo de 1962, en Carúpano, estado Sucre, cuando infantes de marina y
guardias nacionales del Destacamento 77, se revelaron contra el gobierno del
presidente Rómulo Betancourt. El otro hecho fue El Porteñazo, ocurrido, el 2 de
junio de 1962, cuando se sublevó la base naval Agustín Armario de Puerto
Cabello.
Sobre los dos acontecimientos le recuerda a Guaidó que
esos dos hechos fueron “contrarrestados,
fulminados y desaparecidos, militar y políticamente, por más
de cincuenta años, hasta que violenta, traicionera e ilegalmente
irrumpieron en el panorama nacional, los golpistas del 4 de febrero de 1992,
encabezados por el cobarde y traidor Tcnel Hugo Rafael Chávez Frías”.
Justifica el oficial, en su
comunicación, que “esta breve reseña de nuestra más oscura historia
republicana, la traigo intencionalmente a colación, para que se sienta
orgulloso de ser su nieto y para iniciar el objetivo real de esta misiva”.
“Bien es sabido por Ud, y los
demás factores de la oposición, la clase y ralea de los integrantes de este
infernal gobierno, que ya casi acaba de destruir a nuestro país, los que
no tienen propósito alguno de actuar con integridad, con decencia, con lealtad
y con apego a nuestra Carta Magna”.
“No actuaron, ni actúan, ni
actuarán en conjunción con los más elevados valores, normas, principios y
criterios que conduzcan al bienestar integral de los ciudadanos de este país,
sino todo lo contrario, seguirán utilizando las más viles estrategias de
dominación, sometimiento y esclavitud de un pueblo inocente e históricamente
valiente y luchador, pero vilmente engañado y dominado, por la aplicación
de diabólicas estrategias que empleó el precursor de la destrucción de la
Patria”.
Está convencido de que ese pueblo “hoy se arrepiente en su gran mayoría, pero las condiciones de descomposición, el secuestro de los poderes públicos y el poder que lograron acumular los delincuentes de alta peligrosidad que integran el gobierno, hacen casi imposible el derrumbar pacífica y constitucionalmente, la muralla que rodea este peligroso régimen”.
“Considero personalmente, como pacifista de naturaleza, el intento ya repetido y demostrado, que a través de elecciones, diálogos, diplomacia u otro medio, logremos terminar con esta dictadura, que ha dilapidado los dineros de la nación, que han destruido nuestra moneda y economía, que penetraron y defenestraron las fuerzas armadas, convertidas hoy, en la base que sustenta este oprobioso gobierno, que ha acabado con nuestro potencial petrolero, industrial y con toda la producción textil, agrícola y pecuaria, alimentos, hierro, aluminio y farmacéutica, que han dividido peligrosamente, en chavistas y no chavistas a nuestro pueblo, con un alto riesgo de potenciar una catastrófica guerra civil”.
Le solicita que “oiga el
clamor de un pueblo que sufre, interprete el sentimiento y las
aspiraciones de ver libre a nuestra Patria, que hoy padece duramente los
mortales efectos de esta mundial pandemia, puesta sobre todo de manifiesto por
la brutal escasez de medicinas, insignificantes ingresos para la adquisición de
los mismos, de los alimentos y de todas las consecuencias generadas por el
descomunal colapso de los servicios públicos y del sistema de salud, reducido a
su mínima expresión y que no garantiza la vida de nuestros congéneres”.
Por todo lo expuesto le hace
“un llamado a su razón y buen juicio, para que en virtud de lo que considero
una lucha de David contra Goliat, solicite por el bien y salvación de
Venezuela y la libertad de nuestro pueblo, la intervención de una fuerza
multinacional humanitaria de paz, contemplada en nuestra Constitución”.
A juicio del capitán de navío
Hevia Araujo será posible que se “acabe de una vez por todas con los
inescrupulosos delincuentes y cómplices que nos gobiernan, sean
expropiados de sus ilícitas y cuantiosas fortunas y sean debidamente juzgados y
severamente castigados e inhabilitados políticamente de por vida, por los
crímenes de lesa humanidad que vilmente han cometido contra nuestro sufrido
pueblo”.
“Ya basta de esperar a que
cada día se continúe con el proceso de aniquilación de un país, que llegó a alcanzar
a ser una de las más sólidas economías del mundo, el tercer país con las
mayores reservas petroleras, gasíferas, auríferas y en donde sus
ciudadanos devengaban uno de los más elevados ingresos mensuales del mundo. No
deje que terminen de destruirlo”.
“Estoy seguro, como Oficial
de la Infantería de Marina y como subalterno muy amigo, que su distinguido y
querido abuelo, aplaudirá y admirará desde el cielo, su valor, su elevado
criterio y su patriótica gestión como Presidente de la Asamblea Nacional y
Presidente Interino de la República de Venezuela. Ha sido bendecido por Dios,
para actuar en nombre de los venezolanos y cumplir con esta gloriosa
misión”, finaliza diciendo el capitán de navío Omer Enrique Hevia Araujo.
https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/09/28/un-ex-capitan-de-navio-pidio-a-juan-guaido-la-intervencion-de-una-fuerza-humanitaria-de-paz-en-venezuela-no-deje-que-terminen-de-destruir-al-pais/
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