Es uno de los presos políticos más emblemáticos de su país. Identificado con la izquierda, denuncia haber sido secuestrado por "este Estado capitalista venezolano
Sebastiana Barráez/ lunes 28 de junio 2021
@SebastianaB
“Este gobierno anti-obrero y encubridor me ha tomado a mí, Rodney Álvarez, como chivo expiatorio, para tapar y encubrir a su sicario, a su delincuente”, dice el quizá dirigente obrero preso político más emblemático en Venezuela, por múltiples razones, entre ellas porque se había identificado con la revolución bolivariana.
Lo otro que caracteriza su caso es que Álvarez siempre
se ha declarado hombre de izquierda, lo que parece contradictorio con el
régimen de la revolución bolivariana, que lo mantiene preso, y donde Nicolás
Maduro se autoproclama dirigente obrero. Organizaciones clasistas de
trabajadores del mundo respaldan a Rodney, mientras han ido descubriendo a un
gobierno que usa la administración de justicia para encarcelar a sus
adversarios o a quienes, aun siendo chavistas, han criticado alguna de las políticas.
El
dirigente preso tiene tres hijos, que quedaron en indefensión económica después
que fue detenido y Ferrominera del Orinoco lo despidió. Su esposa debió irse a
trabajar y que los niños quedaran al cuidado de su abuela Yanitza Rodríguez,
madre de Rodney, quien vive en Tocomita, un poblado rural a quince minutos de
Ciudad Piar, estado Bolívar.
Durante más de 10 años estuvo preso y sin juicio,
mientras en el tribunal le insistían en que su caso es político y que si se
declaraba culpable le darían medidas para que quedara en libertad con régimen
de presentación o algo similar. Se negó a admitir un asesinato que no cometió y
se plantó: justicia o nada.
o
Rodney Álvarez es un dirigente que defendió a los
trabajadores de Ferrominera contra el poder del entonces gobernador Francisco
José Rangel Gómez, un general del Ejército amigo de Hugo Chávez, quien tuvo
poder absoluto en el estado Bolívar controlando la otrora poderosa Corporación
Venezolana de Guayana (CVG) con todas las empresas del hierro, carbón,
aluminio, etc. Al salir del cargo, el alto oficial dejó a Rodney tras las rejas
y se marchó a vivir a México, donde reside desde entonces.
En la revolución bolivariana hay grupos que funcionan
con pequeños caciques a la cabeza controlando parcelas de poder. Una vez que
Rodney estaba preso significó un sindicalista de peligro fuera del juego. Y así
ha permanecido, solo variando en que por fin el juicio se realizó y el juez
Pablo José Vicentelli Puertas, a solicitud del fiscal Regino Antonio Cova Rojas,
lo sentenció a 15 años, sin que hubiese
considerado los testigos ni las pruebas.
Gobierno
antiobrero
Ante su condena, hizo una carta a “compañeros,
hermanos y amigos”, que inicia con “Dios bendiga a Venezuela”, para de inmediato catalogar al régimen
venezolano como “un gobierno encubridor, corrupto, hambreador, anti obrero y
vil”.
“Yo, Rodney Álvarez, he sido encarcelado, acusado y condenado sin
ninguna prueba solo por ser un trabajador, un asalariado, un esclavo moderno
del Estado capitalista venezolano. que nos abalea, reprime, nos golpea y solo
recibimos migajas. El reo que el Estado capitalista venezolano persigue es a
toda la clase obrera y trabajadora de Venezuela”.
“Yo, Rodney Álvarez, trabajador, obrero de la empresa Ferrominera
Orinoco, he sido secuestrado por este Estado capitalista anti-obrero venezolano.
Ya con 10 años de secuestro y privado de mi libertad ilegítimamente en base a
supuestas pruebas que no existen, que jamás han existido, y que las mismas
actas policiales confirman que jamás han existido, el Estado capitalista ha
determinado dictar una sentencia de 15 años sobre mi persona, sin tener ningún
tipo de pruebas acusatorias”.
“Todas las pruebas del homicidio, por el cual he sido condenado ilegítimamente, recaían y recaen en el único culpable, el sicario y matón Héctor Maicán, delincuente oficialista al que han querido encubrir, al que han querido taparle la sinvergüenzura”.
Exige “no me tengan en la cárcel sin ningún tipo de pruebas. Nos tratan
como a bestias, como a animales, y no es sorprendente porque así somos tratados
todos los trabajadores venezolanos. Debemos todos sacudirnos el yugo que nos
oprime, que nos aprieta. Todos nosotros, debemos levantarnos. ¿Por qué? Porque
nuestro oportuno socorro somos nosotros mismos”.
Al juez y fiscal
En la carta pública dirigida a sus compañeros de clase y amigos, Álvarez
se dirige con firmeza a quienes lo enjuiciaron: “Déjenme decirles ciudadano
Fiscal Regino Cova y ciudadano Juez Pablo José Vicentelli Puertas, ustedes me
separaron de mi familia, me quitaron diez años de mi vida y me han mantenido en
cautiverio, en la cárcel de El Rodeo, viviendo las peores vicisitudes,
torturándonos y tratándonos como un vil delincuente y asesino, y no contento
con eso me han sentenciado de manera ilegitima e injusta a 15 años de prisión”.
“Al ciudadano fiscal Regino Cova le pregunto ¿Con cuales cargos usted me
acusa y me mantiene privado de libertad, ilegítimamente secuestrado sin ningún
tipo de pruebas, sabiendo usted, desde siempre, por todas las actas policiales,
quien es el verdadero culpable de la muerte del compañero Remy Rojas?”.
Recordó que “un efectivo de la Guardia Nacional, promovido por la Fiscalía
Pública, identifica al ciudadano Héctor Maicán como el individuo a quien le
incautó una pistola”, ante ello le pregunta al fiscal “¿Por qué usted me
incrimina sin tener ningún tipo de pruebas y me mantiene alejado de mi familia?”
“Ciudadano fiscal y ciudadano juez, Rodney Álvarez, como ustedes muy
bien saben, es inocente, y no voy a descansar hasta recuperar mi libertad y que
se haga verdadera justicia. Me podrán mantener secuestrado, y privado de mi
libertad ilegítimamente, pero mi pensamiento siempre estará firme hacia la
emancipación de la clase obrera”.
“Le he pedido al ciudadano Juez Pablo José Vicentelli Puertas que debe
apegarse al derecho, que haga justicia ya que este juicio es una injusticia, un
juicio viciado desde su inicio, ya que no había pruebas que me culparan, que me
incriminaran, de haber cometido tal delito o tal homicidio por la causa de la
cual se me acusa”.
Finalmente, expresa dirigiéndose a sus “compañeros y hermanos de la
clase trabajadora, nosotros debemos hacer el esfuerzo y salir a las calles
porque nadie se va a levantar por nosotros, nadie va a luchar por nosotros. Nos
toca a nosotros mismos luchar en las calles para defender nuestro derecho a
trabajar con dignidad y libertad. Una sola lucha, una sola clase”.
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