Sebastiana Barráez / Martes 7 de Mayo de 2019
@SebastianaSin
Tomado
de Infobae
Me
piden que no publique sus nombres. Ellos son dos de los oficiales que
participaron en la acción de respaldo militar del 30 de Abril a lo que Juan
Guaidó llamó “Operación Libertad”. Sostienen que en la mesa de negociaciones
que llevó a ese día, estaba Maikel Moreno (TSJ), el general en Jefe Vladimir
Padrino López, el Mayor General Iván Hernández Dala (Dgcim y Casa Militar) y el
general de División Manuel Cristopher Figuera (Sebin).
Aseguran
que en vista de que la negociación salió de lo que estaba establecido, se paran
de la mesa de negociación Maikel Moreno y Padrino López. “Y es ahí donde el
grupo, a quien nos tocaba iniciar el movimiento, decidimos adelantarnos e irnos
hasta el sitio (autopista a la altura de la Base Aérea La Carlota), porque iban
a tomar acciones contra la persona que estaba dirigiendo la negociación que era
el general Cristopher”.
“Éramos
parte –dicen- de toda la negociación que había, de los eventos que se
prepararon en los días previos. Nuestra misión era manifestarnos e iniciar la
fase final de la Operación Libertad que iba a generar el pronunciamiento de
Maikel Moreno (presidente del Tribunal Supremo de Justicia) y del apoyo militar
del Ministro de la Defensa (Vladimir Padrino López), que como no se suscitó,
llevó a que todas las unidades militares que estaban dispuestas para ese día,
algunas no se presentaran y los comandos del Sebin (Servicio Bolivariano de
Inteligencia) que llegaron al sitio con nosotros, al ver que no hubo
pronunciamiento alguno, se retiraron del lugar”.
Cuando
los preciso sobre qué pruebas hay que eso que están diciendo sea cierto,
responden que “tenemos una documentación fotográfica donde los comandos del
Sebin estaban con sus brazaletes azules, antes de retirarse”, al no llegar sus
jefes al lugar.
Explican
que dentro de los acuerdos que se hicieron para llevar a cabo la Operación
Libertad hubo la obligación de liberar a los presos políticos que estaban en la
sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim). “Esa
responsabilidad la tenía el jefe de Investigaciones, Coronel Hannover Guerrero.
Y en el caso del SEBIN la tenía el comisario Ángel Flores, quien se comprometió
a liberar a los presos del Helicoide, además de darle cumplimiento al decreto
de indulto presidencial a favor de Leopoldo López, firmada por el presidente
Guaidó; también quedó firmado el indulto al comandante Igber Marín Chaparro, al
mayor Suárez Ramos, al diputado Juan Requesens y a muchos más”
Insisto
en preguntarles qué demuestra que Hernández Dala, Padrino López, Maikel Moreno,
Hannover y Flores, estuviesen realmente comprometidas con la Operación. Responden
que las pruebas están en manos del general Cristopher y que él las enseñará en
el momento apropiado. “Fíjese algo, dentro de los agentes que manejaba Hannover
hubo funcionarios que cuando fueron contactados por nuestro grupo, le pasaron
la novedad y Hannover no hizo nada. Es decir, él nos demostró que sabía de este
movimiento. Algunos de los oficiales tienen los mensajes de texto que los
sacaremos a la luz pública en su momento”.
Hablan
de varios funcionarios involucrados que aún no son públicos y destacan que estaba
comprometido con ellos el jefe de la Policía Nacional, el general Carlos Pérez
Ampueda, quien fue destituido el mismo día y que igual sucedió con el comandante
Bastardo de la Fuerzas de Acciones Especiales (FAES).
Les argumento en qué momento Padrino López, que es un oficial bastante curtido militarmente hablando, pudiera someterse a un proceso de conversación que lleve adelante el general Cristopher. “Nadie quiere perder su status quo. Usted, que es conocedora de la materia militar, sabe que en el Alto Mando se juegan muchos intereses, mientras que nosotros nos vamos más por la vía del patriotismo y del cambio profundo en Venezuela por una mejor calidad de vida”.
El general
Cristopher
Recuerdan
que difícilmente un general da un Golpe, quienes lo hacen son los comandantes. Les
insisto por qué el general Cristopher nunca llega a Altamira. “Quizá porque él
sabía que no iba a cumplirse lo tratado en la mesa de negociación y que al no
pronunciarse Padrino ni Maikel Moreno, a él lo iban a detener. La Operación era
para el primero de mayo y el general Cristopher da la orden que la adelantemos
para el 30 de Abril, pero luego no se presentó”.
En
cuanto a en qué momento el Jefe del SEBIN se involucró en la Operación,
destacan que fue cuando él descubre que hay otros funcionarios en la
negociación. “Cristopher y otros personeros del alto gobierno se reunieron con
Leopoldo López y con el presidente Guaidó. También algunos comandantes”.
Aseguran
que el día antes, es decir el 29 de abril, Cristopher les dio línea de qué
hacer al día siguiente. “Hicimos un pacto de caballeros, hicimos un trato por
Venezuela sin ningún tipo de interés personal, ni de aspiraciones personales o
cargos”.
Destacan
la crisis del país ante la falta de medicinas, de alimentos “porque para
comandar a las tropas hay que buscar una caja de comida, para que paguen el
pasaje, porque sus familiares están mal, la tropa llora cuando son
entrevistados. La inclemencia que vive el pueblo de a pie, es lo mismo que se
vive en los comandos”.
Hay subalternos que no tienen botas militares y el sueldo que ganan no alcanza para cubrir esa necesidad, entonces es como una doble moral exigirle a la tropa sin tener cómo cumplir. En estos momentos la tropa está trabajando por una caja de comida”. Aseguran que el 30A la tropa salió alegre, motivada y moralizada por la Operación Libertad.
“Ninguno
de esos muchachos fueron engañados. Lo que sucedió es que como vieron que la
Operación no se terminó dando como estaba planificada, se asustaron y cuando
empezaron a ser llamados de los comandos fueron manipulados. Les ofrecieron
que si declaraban en contra de sus superiores, no los iban a meter presos, pero
aun cuando lo hicieron igual los detuvieron, los torturaron y los maltrataron,
porque cayeron en su juego”.
Informan que en la Dgcim están varios detenidos y están siendo torturados para tratar de buscar a los comandantes involucrados. “Nuestro acto no fue aislado. No se asaltó ninguna unidad militar. Lo único que hicimos fue cumplir la solicitud del comandante en Jefe de la Fuerza Armada, como reconocemos a Juan Guaidó”
El caso Cavim
Fueron
enfáticos en asegurar que el Mayor de la Aviación, Andry Federico Carrizalez, quien junto a
cinco subalternos pretendió tomar el parque de armas de CAVIM, no estaba
comprometido directamente sino que fue una acción espontánea de su parte.
“Nosotros
sabíamos que cuando nos pronunciáramos en La Carlota, iba a prender una llama e
imaginamos que el Mayor, ante el fragor del combate, tomo la decisión de hacer
algo por el pueblo”, dicen los dos oficiales de la Operación 30A.
Destacan
la política del terror y que por ello “muy pocos tratan de luchar contra ese
miedo. Imaginamos que ante la acción nuestra, ese Mayor decidió actuar y fue
vilmente atacado por otros efectivos militares en el sitio”.
Están
convencidos que lejos de desmoralizarse y disminuirse “en la Fuerza Armada
surgió una esperanza, se abrió una brecha y de verdad se inició el principio
del fin de la usurpación”.
Destacan
que lo ocurrido el 30 de abril no significa más que la continuidad de la
Operación Libertad. “El Movimiento está en pleno desarrollo. Sirvió para ser un
eslabón con todas las unidades que están en proceso de perder el miedo”.
Explican
que los presos no pudieron ser liberados porque “el jefe de Investigaciones del
Sebin no cumplió y el de la Dgcim, tampoco. La política del terror influyó y la
gente no quiso avanzar”.
Confiesan
que mientras estaban en las inmediaciones de La Carlota el 30A, recibieron
llamadas de funcionarios del Gobierno y gente que los conocían preguntándoles
por qué hacían eso y que dónde habían dejado el legado de Hugo Chávez. “Les
respondimos que por menos de lo que está ocurriendo hoy en día, Chávez dio un
Golpe de Estado”.
Sobre
cuántos militares estaban comprometidos, sacan la cuenta de un destacamento con
200 hombres, además de unas unidades militares que no se plegaron, además unos
120 comandos del Sebin, así como unas unidades que no llegaron porque estaban
en espera del desarrollo de los acontecimientos, además de las unidades
policiales. “Este movimiento generó una brecha. El militar venezolano tiene que
alzar la voz y perderle el miedo a los corruptos, para avanzar y recuperar el
país”.
Les pregunto qué los impulso a ellos a dar ese paso del 30A, a riesgo de perder su carrera, la amenaza contra ellos y sus familias, de correr el riesgo de perder la libertad e incluso la vida. Responden que “había una negociación de alto nivel que garantizaba un alto porcentaje de que la operación iba a ser exitosa y se garantizaba una negociación en paz”.
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