Manuel Salvador Parra Ramírez, quien tiene un juicio abierto como presunto autor intelectual del asesinato de Karla Stefanie Romero Quintero, logró el grado de teniente coronel. El Tribunal Supremo de Justicia frenó la causa
Sebastiana Barráez/
@SebastianaB
Pero además también asciende al grado
de teniente coronel (GNB) a Manuel Salvador Parra Ramírez, quien tiene un
juicio abierto como presunto autor intelectual del asesinato de Karla Stefanie
Romero Quintero, con quien tuvo amores hasta que ella decidió abandonarlo por
otro hombre.
Parra pertenece a
la II Promoción “Batalla Mata de La Miel”, de la
EFOFAC, año 2003, la misma de Alexánder Enrique Granko Arteaga (https://sebastianasinsecretos.blogspot.com/2020/07/la-respuesta-de-maduro-al-informe-de.html)
Quizá como dijo el ministro de la
Defensa, Vladimir Padrino López, lo más importante es la lealtad. “Hay un valor dentro del
mérito que se llama lealtad; la lealtad a la Patria, al pueblo, a los
superiores, los compañeros y los subalternos, al sistema democrático que nos
hemos dado, las autoridades y las instituciones”, dijo, pero lo que no mencionó
el general en Jefe es la lealtad a la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela a la Ley Orgánica de la Fuerza Armada, a las normas que rigen a la
institución castrense y que prohíben que un oficial ascienda, ni siquiera sea
considerado, cuando tiene expedientes abiertos.
El 9 de mayo del 2018 es asesinada a
tiros, por dos motorizados, en el sector Pirineos de San Cristóbal, estado
Táchira, la joven Karla Stefanie Romero Quintero, de 29 años, quien era
estudiante del cuarto año de Derecho en la Universidad Católica del Táchira.
Inicialmente se creyó que era un robo, pero con el tiempo empezó a surgir una
hipótesis escabrosa y terrible, un hombre celoso, que se creía poderoso y
protegido le quiso hacer pagar caro el rechazo de la chica.
Los sicarios que asesinaron a Karla
son Jaiver Enrique Velasco Colmenares (quien usa la identidad falsa Arturo José
Gómez Vásquez) y, quien conducía la moto, Enderson Daniel Hernández Vargas. Ellos
mencionaron como autor intelectual al mayor de la Guardia Nacional Manuel
Salvador Parra Ramírez, quien entonces estaba adscrito al Destacamento de
Frontera 353 de Guasdualito, estado Apure; por el sicariato habría pagado 11
millones de pesos (3 mil dólares americanos).
Parra Ramírez le habría pedido a un
subalterno suyo en Guafitas, estado Apure, guardia nacional Ledinsson Berkley
Becerra Castillo alias El Mono, que le consiguiera a alguien que ejecutara el
asesinato de la joven universitaria, con quien había tenido amores durante un
año. Becerra contrata a Wilfrid Andrés Tovar Landetta, quien se encarga de
ubicar a los dos sicarios.
El Ministerio Público estuvo
representado por Lissette Caraballo, fiscal nacional en materia de Femicidio.
La Juez Peggy María Pacheco de Araque. Ellas en realidad hicieron muy buen
trabajo hasta que el presidente del TSJ ordenó que le enviaran a él ese caso
donde el señalado como presunto autor intelectual es el ahora teniente coronel
Parra Ramírez, quien llegó a la audiencia de presentación, ante la Juez Adriana
Castro Torres, el 14 de agosto 2019, con tres abogados privados.
El 15 de octubre 2018, el Tribunal
Primero de Control, Audiencias y Medidas del Circuito Judicial en Materia de
Delitos Contra la Mujer de Táchira, ordena la captura del Guardia Nacional
Becerra Castillo (31) y de Tovar Ladetta.
El 15 de octubre 2018 la Juez Peggy
María Pacheco de Araque emite orden de captura contra el oficial por el delito
de Femicidio. Pero él no se presenta y no hubo autoridad que lo obligara pues
es un protegido del poder, ya que pertenece a la Guardia de Honor Presidencial;
él por fin va a la Audiencia de Presentación el 14 de agosto 2019.
Claro, ya había pasado cinco meses
desde que el 6 de marzo 2019 el presidente del Tribunal Supremo de Justicia
(TSJ) Maikel José Moreno Pérez ordena que el expediente sea sacado de Táchira y
enviado a Caracas donde permanece engavetado hasta que llega al tribunal de Primera
Instancia en Funciones de Control Nr. 06 del circuito Judicial Penal de la
Circunscripción Judicial del estado Miranda, con sede en Los Teques, a cargo de
la Juez Adriana Castro Torres.
No aceptó el NO
Manuel Salvador
Parra Ramírez es un hombre casado que enloqueció por una joven universitaria.
Un año de amores, hasta que la joven le dijo que no quería seguir; ella quería
formalizar su relación con Juan Miguel Casanova, que estaba soltero y sin
compromisos. Pero Parra era un hombre que derrochaba influencias, había estado
durante muchos años en Casa Militar, junto al poder, entre los hombres de
seguridad del entonces presidente Hugo Chávez. Para ese 2018 era comandante en
Guasdualito, estado Apure. Le había regalado un costoso teléfono e incluso le
dio parte del dinero para que comprara un vehículo.
No aceptó un no
por respuesta de la joven. Los registros telefónicos le indicaron al Cuerpo de
investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) que él la llamó
infinidad de veces, le enviaba mensajes y empezó a acosarla; usaba una de las
tres líneas telefónicas que tenía para ello, pero también se comunicó con
quienes intermediaron para el sicariato. Va a San Cristóbal y le pide a la
joven que se vean, quizá con el cuento de “por última vez”.
Es así como el 28
de abril 2018, acuerdan verse en un restaurante. Karla se presenta con un
sobrino y un primo. Ella le contó después a su familia que en una mesa contigua
había varios hombres a quienes el militar les pagó la cuenta con la excusa de
que eran sus escoltas, pero no estaban uniformados. Esos hombres la habrían
seguido desde entonces.
Uno de los sicarios
que está preso contó que el asesinato se había planificado para el 5 de mayo,
día en que el oficial tendría una coartada y por ello publicó una foto con su
esposa declarándose amor eterno. Pero Karla estaba en La Fría, a unas horas de
San Cristóbal, y los sicarios no pudieron matarla ahí, hasta que lo hacen cuatro días después cerca
de la residencia de la joven.
En un trabajo, por
demás plausible, del CICPC quedó claro que el móvil no fue el robo, no solo
porque solo se llevaron su teléfono dejando las prendas de oro que lucía y su
bolso con dinero, sino porque descubrieron cómo los teléfonos de los sicarios
estaban el 5 de mayo en La Fría y después el 9 en el lugar donde la mataron.
Después de eso Tovar Landetta se va hacia Guasdualito, precisamente donde Parra Ramírez era comandante.
Hay que resaltar
que el ahora teniente coronel Parra Ramírez tiene un hermano a quien pasaron de
tropa a oficial activo, muy cercano al comandante general de la GNB general
Zavarse Pabón. Está encargado de la harina Centinela que se surte en los alimentos
CLAP a nivel nacional por la Guardia Nacional Bolivariana. Y tiene otro hermano
que es sargento retirado con negocios en San Antonio del Táchira y Cúcuta
(Colombia).
La familia de la
joven asesinada, Karla Stefanie Romero Quintero, están exigiendo que la Fuerza Armada,
especialmente la Junta de Ascensos y el Ministro Padrino López les explique
cómo es que un oficial con expediente abierto por autoría intelectual de
sicariato, logró ascender de número 6, según resolución 036583 del 2 de julio
2020.
Ley de talión contra ese criminal!
ResponderBorrarleonser Es lamentable hasta donde llega el regimen y que nos gobierna
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