El 3 de mayo asesinaron al grupo de hombres y aún hoy, a cinco meses de aquella acción, el gobierno de Nicolás Maduro no ha dado oficialmente los nombres de todos los muertos
Sebastiana Barráez/ 11 de octubre 2020
@SebastianaSin
“Están infiltrados, estaban infiltrados hace tiempo” aseguró Diosdado Cabello cuando habló, el 28 de marzo 2020, en su programa de televisión, sobre lo que después fue la Operación Gedeón. Ahí se lució dando explicación detallada de lo que sabía y de lo que inventó. Lo que nadie explica es cómo habiendo evidencia de lo infiltrada que estaba esa Operación, asesinaron el 3 de mayo a un grupo de jóvenes y aun hoy, 11 de octubre, cinco meses de aquella acción el gobierno de Nicolás Maduro no ha dado oficialmente los nombres de todos los muertos.
Casi dos meses antes, el 17 de marzo, detienen al
primer teniente (GNB) Rubén Darío Fernández Figuera, alias Buho, uno de los
hombres de los campamentos, cuando pasa de territorio colombiano al estado
Zulia. Después, el 26 de marzo, el general Cliver Alcalá, quien era el
comandante de la Fuerza de Tarea, fue trasladado a EEUU por la DEA.
El capitán (GNB) Antonio Sequea Torres asumió el control de los campamentos y llevó a medio centenar de militares a una emboscada el 3 de mayo 2020. Obligó a todos los militares a raparse la cabeza, unos días antes de embarcarse, quizá porque así sería más fácil que los identificaran los funcionarios del FAES que los estaban esperando. Sólo se salvaron de la máquina de afeitar el propio Sequea, su cuñado Fernando Andrés Noya, Josnar Baduel Oyoque, los estadounidenses Luke Denman y Airan Berry, y algunos de sus hombres de mayor confianza.
El exdiputado Wilmer José Azuaje Cordero,
quien inicialmente perteneció a la revolución bolivariana, hasta que fue
expulsado del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), actualmente
pertenece al partido Primero Justicia (PJ). Ha estado preso y es un ácido
denunciante. Su más reciente acción tiene que ver con la presentación de gran
cantidad de fotografías forenses y material criminalístico exclusivo sobre lo ocurrido
en la Operación Gedeón.
Hay que destacar que Azuaje, como director del Observatorio Venezolano para la Protección de
los Derechos Humanos, presentó evidencias de las cuales se deducen
varias cosas. La primera es que las autoridades siempre
supieron quiénes eran los hombres asesinados, pero no solo no se lo dijeron al
país, tampoco se lo notificaron a los familiares de esas personas, mientras los
cuerpos iban descomponiéndose y haciendo más difícil su identificación. La
madre del capitán Colina tuvo que reclamar públicamente, ocho días después, que
se le permitiera reconocer el cuerpo de su hijo. (https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/05/11/la-madre-del-capitan-muerto-en-la-operacion-gedeon-en-venezuela-reclama-el-derecho-a-reconocer-el-cuerpo-de-nuestro-hijo/)
Los hombres de las primeras lanchas, que dirigió el
capitán Colina, y que fueron asesinados, no vestían trajes ni zapatos de
combate, portaban documentación de identidad, incluso algunos pasaportes,
cédulas, tarjetas de débito y fotos familiares.
Asegura Azuaje que esos hombres “fueron masacrados”, a
la vez que explicó, para sustentar su afirmación, que “los impactos de bala son de
próximo contacto, disparos fijos, se evidencia que a esas personas, estando
vivas, las arrastraron, les pegaron en los glúteos, hay cuerpos que incluso
tienen más de 20 o 30 impactos de bala, y ellos dijeron al mundo que fue un
enfrentamiento desde 40 o 50 metros de separación”.
A su juicio fueron
ejecutados. “Los cadáveres presentaron signos de tortura y fueron arrastrados.
Recibieron disparos en el pecho para causar la muerte inmediata”, dijo Azuaje
quien aseguró que llevará el caso ante la Corte Penal
Internacional (CPI), a quien le reclamará respuesta.
“Esta investigación viene desde hace seis meses”,
aseguró Cabello aquel 28 de marzo 2020, en Con el Mazo, cuando presentó al
mayor Juvenal Sequea como cabeza de uno de los grupos de lo que llevó a la
Operación Gedéon. Quiso así darle relevancia a quien fue hombre de su
confianza, porque ese Mayor de la Guardia Nacional estuvo encargado de
controlar, años atrás, una finca del presidente de la Asamblea
Constituyente. (https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/08/02/paso-a-paso-como-se-gesto-la-operacion-gedeon-que-termino-con-la-emboscada-de-militares-venezolanos/)
El que realmente participó como jefe de la Operación
Gedeón fue otro Sequea, el capitán Antonio Sequea Torres, hermano de los
mayores Juvenal y Juven. Quien fuera custodio de la finca de Diosdado hoy está
preso en Colombia, después de que autoridades de ese país lo detuvieran bajo
sospechas de acciones que cometieron en territorio colombiano, supuestamente
sirviendo al régimen venezolano.
Todos aquellos que conocieron a los hermanos Sequea
Torres, incluso desde la Dirección General de Contrainteligencia Militar
(Dgcim), el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (FANB) marcan profundas diferencias entre ellos; el más
astuto, con mucha atracción por el dinero, carente de escrúpulos y con alto grado
de mitomanía, resaltando su liderazgo con la lisonjería, es el capitán, Antonio.
El Mayor (GNB) Juven es más serio, pero sin ningún
tipo de liderazgo. Juvenal demostró siempre estar a la sombra de Antonio, con
facilidad para convencer con historias, aunque no tuviesen ninguna base.
Ninguno resaltó por ser buen oficial, ni siquiera por la preparación o el
estudio que caracteriza a los oficiales destacados.
Varios hechos demuestran que hubo intención de ocultar
el nombre de los muertos, no solo ante el país, sino ante los familiares. Horas
después del hecho aparece en televisión, a las 7:40 AM, el Ministro del
Interior y Justicia, general Néstor Luis Reverol, diciendo que “en la madrugada
de hoy 3 de mayo 2020, pretendieron realizar una invasión, por vía marítima, un
grupo de mercenarios terroristas, procedentes del Colombia, con el fin de
cometer actos terroristas en el país, asesinatos a líderes del gobierno
revolucionario, incrementar el espiral de violencia, generar caos y confusión
en la población”.
Aseguró que “gracias a la acción efectiva y oportuna
de nuestra Fuerza Armada y de la Fuerza de Acciones Especiales (FAES) fueron
abatidos unos y detenidos otros, así como la incautación de fusiles de asalto”,
advirtiendo que más adelante darían detalles “porque la operación continúa”.
El Ministro de la Defensa, salió ante el país, a las
2:10 de la tarde, después que ya lo había hecho Reverol y Diosdado, las redes
estaban llenas de información, incluso ya había circulado la fotografía de
alias Pantera muerto.
A las 10:30 AM, en las pantallas de VTV, aparece
Diosdado Cabello, en el Palacio Federal Legislativo, rodeado de integrantes de la
Constituyente, para hablar de la Operación Gedeón. Ahí anunció que, así como
tenían información de unas armas que iban a ingresar a Venezuela, “nos llegó
una información de que iba a haber un ataque por vía marítima”.
Aseguró que la acción “fue repelida por nuestra gente
en los organismos de seguridad en las playas de Macuto”, con saldo de ocho
personas muertas e incautación de lote muy importante de armas y de vehículos.
“Casualmente una de las personas fallecidas en el encuentro armado es un mercenario
terrorista apodado Pantera”.
“Otra de las personas identificadas es de apellido Peralez
Sequea, presumiblemente familia de tres de los mercenarios de este grupo”,
informó Diosdado, a la vez que aseguró que uno de los dos detenidos “es un
narcotraficante, agente de la DEA, dicho por él mismo, y está demostrado por
operaciones que hizo”, dijo refiriéndose a alias Pepero a quien no identificó con nombre
y apellido.
Ahora bien, de esa declaración de Cabello hay varios
hechos qué resaltar.
Por ahora, hay varios de los detenidos en esa
Operación que fueron presionados para que se declararan culpables. No les han
permitido tener abogados privados. Les impusieron defensores públicos, que no
tienen interés alguno en defenderlos y por el contrario están más interesados
en instruirlos en que no denuncien la violación de sus derechos humanos y les
piden que se declaren culpables, con la excusa que así saldrán muy pronto. Esa
es una estrategia de los tribunales, jueces, fiscales y defensores públicos que
empezó a ser impuesta desde el Golpe Azul en el 2015.
https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/10/11/las-pruebas-que-dejan-al-descubierto-lo-que-el-servicio-bolivariano-de-inteligencia-y-diosdado-cabello-pretenden-ocultar-con-la-operacion-gedeon/
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