Mario del Valle Moronta Rodríguez hizo un análisis sobre lo que está ocurriendo en el país gobernado por el chavismo: “Es fijar una base estratégica de carácter geopolítico”
Sebastiana
Barráez/ jueves 19 de noviembre 2020
@SebastianaB
Ningún dirigente político
venezolano se dio por aludido ante la alarmante advertencia del Obispo Mario
del Valle Moronta Rodríguez, sobre lo que está ocurriendo en el país con “la
excesiva presencia de iraníes en Venezuela”, de los cuales recuerda que
advirtió hace una década, cuando había unos 12 mil en el país.
Monseñor Moronta arrancó diciendo que ofrecía unas
reflexiones “con mucho temor y temblor” y quizá no es solo por la angustia “no
sólo mía sino de muchísimos”, como dijo, sino por el tema del que pocos se
atreven a hablar en el país, pero como el prelado dice “ya no hay tiempo que
perder”.
Cuando habló, por primera vez, de ese tema ante la
Asamblea Episcopal, “se me dijo que no había que tenerles miedo a ellos sino a
los cubanos, con sus servicios de inteligencia” y aunque lo planteó después “en
diversos foros y encuentros, casi nadie me hizo caso”.
Llama la atención a que hace unos días, el canciller
Jorge Arreaza presentaba “con bombos y platillos al Canciller de Irán. Lo
presentaba como el hermano querido de la República Islámica Iraní”. Moronta no
lo considera un hecho inocente. “Encierra todo un complejo conjunto de acciones
y de compromisos que no se limitan a un simple gesto de fraternidad, sino a un
hecho consumado”.
Aunque el tema ha sido obviado en los diversos
espacios, Moronta reflexiona en que “a los iraníes no les interesa tanto, como
a otras naciones los recursos venezolanos”, no restándole importancia a que sí
hay interés en ellos, pero a su juicio el interés supremo, y lo han venido
logrando, “es fijar una base estratégica de carácter geopolítico”.
Demuestra alarma al decir que “casi ningún pensador,
por no decir nadie, ha estudiado esta dura realidad. Venezuela se convierte
ahora de manera clara y “pacífica” en un “partner” (compañero) de Irán,
permitiéndole que ponga sus bases de operaciones en nuestro país”.
Agrega que “no es cuestión de recibir petróleo, o de
compartir el uranio, no seamos ingenuos. Su presencia tenía y tiene un objetivo
de tipo geopolítico: lograr un espacio de penetración en un lugar privilegiado
de América Latina. Y lo consiguieron sin mucho esfuerzo y sin que hubiera
reacciones en contra”.
El poder comunal
Se lamenta el prelado católico que ha hablado del tema
con “amigos, hermanos en el ministerio y otras personas”, en quienes parece
encontrar consenso “aunque no reacciones”.
El sacerdote, quien en una época fue cercano al líder
de la revolución, destaca que “Chávez siempre habló del 2021 como una fecha
mítica. Murió antes de esa fecha, pero quedó en el imaginario político de los
chavistas y sus sucesores esa fecha. Personalmente compartía con mis
interlocutores que le prestáramos atención a esa fecha, porque era el
indicativo extremo de quienes se habían propuesto implementar un sistema que
hemos calificado con todo tipo de adjetivos, pero que, lamentablemente, está en
vísperas de imponerse”.
El 2021 es la fecha en que la actual Asamblea Nacional
termina su mandato. “Será el comienzo del Estado comunal, con la desaparición
definitiva de todo lo que huela a Cuarta República y al pasado. Comienza la
nueva etapa, la consolidación de la revolución, sin necesidad de mucho esfuerzo”.
Parece convencido Monseñor que el nuevo proyecto “eliminará
todo lo que para nosotros es importante, desde la Asamblea Nacional hasta los municipios,
desde los concejos municipales hasta cualquier tipo de organización social que
aparezca en el ordenamiento jurídico venezolano. Sustituirán algunos nombres,
por ejemplo, el de “parroquia” cuyo origen es eclesiástico”.
Otro cambio importante es “implementar de manera
definitiva el Poder Popular, que se hará sentir desde el nuevo poder comunal.
Cuando los ministerios comenzaron a recibir la denominación de ‘poder popular
para’, tenía toda una intencionalidad oculta y estratégicamente se iba
preparando la mente de la gente para ello”.
Sugiere repasar lo que Chávez propuso en sus largos
discursos y programas de televisión y radio, porque “allí se fue diciendo hacia
dónde se iba”, por lo que considera que debe revisarse aun advierte que quizá “es
tarde para revertir lo que nos viene. Pero no es tarde si pensamos en la
necesidad de prepararnos mejor para enfrentar algo que ya tenemos a la vuelta
de la esquina”.
El viaje a China
Moronta destaca particularmente uno de los últimos
viajes de Chávez a China. “Hubo uno de ellos que pasó casi desapercibido. Él no
visitó las principales ciudades, ni sostuvo reuniones bilaterales, fue a una
población, en el mero centro de la China, a visitar una Universidad, cuya única
misión es preparar todo lo relativo a la formación, constitución, dirección de
las comunas, del poder popular y comunal. Allí no pasó horas sino dos o tres
días”.
“Él mismo, Chávez, en un reportaje periodístico indicó
que había hecho un convenio con esa universidad para la implementación del
poder popular y comunal en Venezuela”, dice Moronta quien deja colar una
crítica amarga al manifestar que “de esto no hablan los sabios politólogos
venezolanos. Todo esto lo obviaron porque no les interesaba, porque no le
dieron mayor importancia o porque no entendieron las intenciones del régimen”.
Asegura el Obispo que “desde los laboratorios
instalados para el proceso de ideologización, la propuesta que se ha venido
desarrollando es la lanzada hace algunos años por el marxista italiano Antonio Gramsci, el
inspirador de todo lo que está pasando. En los años 80, estudiantes en algunas
universidades públicas, influenciadas y hasta dominadas por la izquierda,
estudiaban apasionadamente a Gramsci. Chávez en muchas ocasiones lo mencionó, habló
de él, de sus ideas”.
“En el pensamiento gramsciano la categoría de
nacional-popular juega un papel central, sobre todo cuando habla de la
hegemonía, y de construir a como dé lugar ese poder popular. Esto se hace por
medio de las organizaciones de la base, la comuna. Por eso se habla del poder
comunal. Esto implica eliminar todo lo que no huela a “popular”. Y, entre los
pasos, a dar es ir minando las capacidades de las instituciones, entre ellas el
Estado, lo que ha estado claro en el caso venezolano”.
Con agudeza dice que “nos quejamos de que no hay
gasolina, los servicios públicos no sirven, no hay gas, de que en puestos
claves parece colocarse gente incapaz, pero en el fondo es parte de la política
ideologizada para destruir el Estado e imponer en su debido momento, la mítica
fecha del 2021, la única manera de cambiar la sociedad. Se destruye la
industria petrolera, se destruye el aparato productivo… para que renazca la ‘nueva
Venezuela que se convertirá en potencia’, pero siempre desde el Poder Popular”.
“¿Y nos extraña cuando el Ministro para el poder
popular para la Defensa dijo que ya se sabía quién ganaría las elecciones
del 6D y que la oposición no volvería nunca a Miraflores? Es un discurso
pronunciado desde hace varios años. En la construcción del poder popular se
vislumbran los cimientos de un proyecto propio de las clases subalternas que
disputa hegemonía a los sectores dominantes. Y eso es lo que está planteado a
partir del año 2021”.
Moronta ve “válida e interesante” la consulta como
alternativa. “Pero hay demasiada ingenuidad. La llaman vinculante. ¿Para quién?
Un régimen que no le interesa nada. Si aparentemente no ha reaccionado ante la
crisis humanitaria del pueblo en general, ante los informes sobre los Derechos
Humanos, no es porque los desconozca, es que no les interesa, porque buscan
destruir todo lo que huela a viejo a cuarta república”-
“Estamos ahora ante un abismo y no podemos dar un paso
adelante, pues nos precipitamos al precipicio. Tampoco podemos seguir ocultando
la cabeza en cualquier hoyo para tener la sensación de que no pasa nada. Menos
debemos huir de la realidad. Hay que tomar conciencia del desastre en el que
estamos metidos, de lo que nos viene, del tiempo que se ha perdido, de lo que
pudo ser; se impuso el pensamiento de asesores y expertos, pero no se atendió
la voz de un pueblo que requería de un auténtico liderazgo (no caudillismo) que
brindara la verdadera esperanza y no fantasías”.
“Es tiempo de responder inmediatamente con conciencia
de dos cosas: somos nosotros quienes vamos a dar la respuesta, con ayuda de
otros, pero somos nosotros y esto implicará asumir que el camino no será ni
corto ni fácil”, finaliza diciendo monseñor Mario Moronta.
Entre tanto silencio, en Venezuela proliferan las
mezquitas, hoteles árabes, empresas iraníes y muchos “nuevos venezolanos” que
ni siquiera hablan el español.
https://www.infobae.com/america/venezuela/2020/11/19/las-advertencias-del-obispo-que-el-mundo-politico-ignora-iran-coloca-sus-bases-de-operaciones-en-venezuela-sin-resistencia-alguna/
Esta en toda razón, Venezuela invadida silenciosamente, con ayuda fe las FAN, regalando nuestro país, que triste esto, manada de delincuentes.
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