En Zulia, en el límite con Colombia, se evidencia el fracaso de la Fuerza Armada
Sebastiana
Barráez/ domingo 7 de marzo 2021
@Sebastianab
Tomado
de Infobae
El Zulia es un estado peculiar. Es fronterizo, tiene petróleo, el lago de Maracaibo, amplias extensiones de tierra productivas, importantes sembradíos y ganado. Es una combinación de maravilloso y agreste. Lamentablemente también es refugio de guerrilla, paramilitares y narcotraficantes que han alterado la vida de los habitantes a lo largo y ancho de la franja fronteriza con Colombia. En un territorio como ese es donde se evidencia el fracaso de la Fuerza Armada en lo que al cumplimiento de la Constitución de la República Bolivariana se refiere.
Cuando
Álvaro Cabrera transportaba, la mañana del 16 de febrero 2021, en un camión
grúa el tractor marca Jhon Ferre, modelo 310 E, color amarillo, año 2007, con
toda la documentación en regla, fue detenido en el Punto de Control Puente
Venezuela, sede de la 2a. Compañía del Comando de Zona de la Guardia Nacional
No. 11, Destacamento 116. Su comandante, el Capitán Machado, está ubicado en la
parroquia Udón Pérez, municipio Catatumbo.
“Cuando esa máquina llega al mencionado Punto de Control, el militar de guardia detuvo la gandola y le informó al conductor y a Cabrera que no podía continuar con el tractor porque está prohibido llevar maquinarias para la frontera”, pero eso no consta en ninguna orden, ley o reglamento.
“Solo
es un abuso, un atropello, una extralimitación. Casi a final de la tarde le entregaron
el tractor después de cancelar veinte millones pesos, de lo que por supuesto no
le dan factura o comprobante alguno. Se supone que el dinero que ese señor les
dio al capitán Machado y al Sargento Briceño, no va a las arcas de la
República”.
No vuelvo más
Un
habitante de la frontera, que pide guardar su nombre, denuncia ante Infobae lo
que sucedió cuando envía a su esposa de pasajero para Puerto Santander (Colombia)
desde Santa Barbara de Zulia (Venezuela). “Mi esposa llegó asustada contando lo
sucedido con los militares, quienes usan sus chapas contra quienes transitan
por la zona”.
“Los
militares los detuvieron de Venezuela hacia Colombia, en todas las alcabalas;
la de aquí, que está saliendo a cuatro kilómetros, luego la Redoma El Cónico y
posteriormente Puente Zulia o Puente Venezuela: en esas tres se bajaba el
chófer y pagaba la cuota”.
“Después
de la de Puente Zulia, vía hacia Orope cuando entras al Táchira, inmediatamente
hay una alcabala de la Guardia Nacional y los hacen bajar, obligándolos a
dejarse revisar la cartera y contar cuánto dinero llevan en efectivo, dólares y
pesos. Luego, en la de Orope hacia Boca de Grita se baja el chófer y paga la
multa. Saliendo de Orope la Policía te multa también”.
“Luego
viene la del Ejército cuya nueva modalidad es que de ida, hacia Colombia, piden
alimentos, bajo esta petición: ‘nosotros no los vamos a molestar, pero por
favor al regreso nos traen algo de comida, ya sea arroz, chorizos, y otras cosas’.
Después viene, antes de llegar a Boca de Grita, una alcabala de la Policía donde
también es el conductor del colectivo quien paga la extorsión el chófer".
“Casi
inmediatamente viene otra de la GN donde a mi esposa la hicieron desnudar para
ver que llevaba; me comentó que lo hacen con todas las mujeres. Luego, por el
Puente, le cobraron 30 mil pesos de ida y 30 mil de regreso. Si no quieres
pasar por ahí, entonces debes irte por la trocha, pagando a la entrada a los GN
diez mil pesos más los cinco mil de la canoa de ida; de regreso es casi lo
misma cosa, pero cada alcabala cobra cinco mil, más el kilo de arroz que son para
los del Ejército, porque no tienen comida en el comando”.
“A
mi esposa no le quedaron más ganas de ir, al mal trato y vejaciones de todo
tipo por parte de los militares y grupos irregulares que controlan el río”.
Solo extorsión
Santiago
Ojeda es hijo de familia zuliana. “Mi abuelo fue de los primeros que se dedicó
a la tierra con equipo mecanizado, porque su papá, mi bisabuelo, amaba El
Catatumbo y él creció oyendo las historias de grandeza y misterio del lugar. De
una generación a otra parecía normal que todos nos dedicaríamos a la tierra y
al ganado. Hace unos años los más jóvenes tuvimos que emprender otro camino.
Los hombres colombianos, armados y con botas de caucho, se apropiaron de
nuestra tierra”, narra a Infobae.
Cuenta
cómo han sido desplazados de la zona, cómo perdieron “los animales”, como llama
al ganado, las cercas fueron derrumbadas, parte de las casas quemadas o
destruidas. “Yo decidí dedicarme a otra cosa. Me niego a estar bajo la tutela
de los guerrillos o los paracos. Además, eso no es garantía de que respeten lo
que tanto cuesta producir”.
Ante la pregunta de si no han insistido con el Ejército o la Guardia Nacional para que los apoyen o protejan, responde sin vacilar, “no, no, eso es inútil, al contrario, es más peligroso caer en manos de los militares nuestros que en la de paracos y guerrilla”.
Ante
la insistencia porque explique a qué se debe su pesimismo, prefiere dar un
ejemplo “que describe lo que se vive en el lugar” y que sucedió al atardecer
del 22 de enero del año en curso, con una comisión del CONAS (Comando Nacional
Antiextorsión y Secuestro) de Santa Bárbara del Zulia, municipio Colón. “En El
Guayabo, municipio Catatumbo del Zulia, la comisión dirigida por el Teniente
(GNB) de apellido Machuca allanaron un abasto, tipo Botica, que está detrás del
Estadio Deportivo. Todos en el pueblo van a comprar ahí pastillas para el dolor
cabeza, jarabes, vaporub, que no necesitan récipe médico, pues no son drogas,
antibióticos ni nada de eso”.
“No
sé ni cómo se llama quien atiende la Botica; se supone que no tiene licencia
para vender medicamento como las farmacias, pero presta un gran servicio, vende
muy económico y el dueño y su familia se ayudan económicamente de eso para
sobrevivir. Pues ese día llegó la comisión del CONAS, sin orden judicial ni
nada, allanaron el local”.
“Yo
no estaba en el pueblo, pero los vecinos se dieron cuenta que los militares le
decían al señor de la botica que para no llevárselo detenido debía pagar 15
millones de pesos (más de 4 mil dólares). ¿Usted se imagina que esa familia,
que sobrevive con la venta de los productos de la botica, tenga tal cantidad de
dinero? Se llevaron detenido al dueño y también la mercancía”.
Es
una estrategia recurrente. Llevan a la persona a la sede militar, donde le
hablan de los años de cárcel, de si no ha oído lo que sucede ahí, las torturas,
los muertos y que perderá todo. El miedo se apodera de la víctima. “En el
pueblo corrió la noticia de la detención del dueño del local, el desespero por
conseguir los 15 millones de pesos colombianos;
solo alcanzaron a reunir 8 mil (más de dos mil dólares), que ablandó el
corazón de los militares, que hasta escoltaron el vehículo donde la esposa lo
buscó en Santa Bárbara, hasta su casa. Eso lo vio todo el pueblo en El
Guayabo”.
“¿Se
da cuenta que los habitantes de la frontera están en estado de abandono? Son
peores los funcionarios que deben protegernos que los llamados delincuentes de
la guerrilla y paramilitares”.
https://www.infobae.com/america/venezuela/2021/03/07/historias-que-revelan-la-aterradora-realidad-de-la-frontera-venezolana-con-tres-actores-paramilitares-guerrilla-y-fuerza-armada/
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