lunes, 12 de abril de 2021

La historia de la guerrilla en Colombia y por qué las FARC necesitan de Venezuela para su supervivencia

 

En el libro "Conflictos y Guerras del Siglo XX", el general Enrique Agustín Prieto Silva repasa los principales eventos del sangriento conflicto colombiano y aporta datos que permiten entender lo que ocurre ahora en Apure


Sebastiana Barráez/ lunes 12 de abril 2021

@SebastianaB

 

Tomado de Infobae


Las FARC derivan sus finanzas en un 90 % del narcotráfico, porque los secuestros extorsivos se le han dificultado enormemente. Las “vacunas” también han disminuido, según explicó un general venezolano en un libro de reciente publicación.

EFE/JOHNNY PARRA/Archivo

“El narcotráfico era el que les permitía tener control sobre la población, que encontraba allí una fuente de financiación. Las FARC eran el patrón bondadoso, y esa gratitud generaba una relación de confianza y sometimiento. Eso también se les está acabando”, asegura el general de División de la Guardia Nacional de Venezuela, Enrique Agustín Prieto Silva, sobre lo que ocurre en Colombia, y que a su vez explica muy bien lo que ocurre ahora en Apure, durante el conflicto de la Fuerza Armada contra las disidencias de las FARC-Gentil Duarte.

En su libro “Conflictos y Guerras del Siglo XX”, publicado en enero 2020, el oficial venezolano da a conocer cómo surge la guerrilla en Colombia, el asesinato de Gaitán, la pacificación del M19, los cárteles del narcotráfico con Pablo Escobar al frente, las etapas de diálogo con los diversos grupos guerrilleros, el Plan Colombia, la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el ataque al campamento de Raúl Reyes y Venezuela en la frontera.

Prieto Silva es un General de División retirado de la Guardia Nacional, profesor universitario, estudioso del tema militar venezolano, y además abogado, licenciado en Ciencias y Artes Militares, con postgrados en Educación, Seguridad y Defensa. Cumplió 30 años de ejercicio militar activo, desde que egresó de la Escuela Básica de las Fuerzas Armadas y luego a la Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación o Guardia Nacional de Venezuela (EFOFAC) en 1958 hasta que sale de la Fuerza Armada en 1988.

Prieto en su escrito afirma que “la guerrilla en Colombia se ha hecho parte de su cultura”, considerando que “ha sido impensado creer que su eliminación, al menos en el sentir de los involucrados, pudiera ocurrir de la noche a la mañana, a menos que sea decisión del o los grupos guerrilleros deponer las armas”.

“No se puede desdeñar el hecho de que la guerrilla en Colombia, iniciado como movimiento subversivo, tiene al menos más de un siglo, aunque ha perdido su ideal y no se sabe hacia dónde quiere ir y qué quiere”.

El general Enrique Agustín Prieto Silva, autor del libro “Conflictos y Guerras del Siglo XX”

Pero más significativo aún es cuando menciona que “las políticas que ha empleado Colombia para acabar con ella, no han podido con el factor terreno que, a más de dificultar la anti subversión, fijan al campesino haciéndolo más pegado al suelo si se suman al movimiento, pero en la mayoría de los casos, lo hacen abandonar el campo, dejando espacio al desarrollo de la guerrilla, dando la impresión que esta acción formara parte de la política interna, por lo que su tratamiento y consideración es punto obligado en los programas de gobierno desde hace, al menos siete décadas”.

En la explicación que Prieto Silva da de lo que ocurre con la guerrilla en Colombia, podemos ver claramente la estrategia que también desarrollaron los grupos irregulares entre la desasistida población fronteriza.

“Es entonces evidente, que los factores incidentes del terreno escarpado, el abandono campesino y la falta o escasa red vial, mantienen viva la motivación, para el surgimiento y la subsistencia de los grupos subversivos, que desde hace algún tiempo se transformaron en fuerzas o grupos armados terroristas, dadas las técnicas que utilizan para mantenerse”.

Relación colombo-venezolana

El general Prieto recuerda el incidente diplomático con Venezuela, ocurrido en enero de 2005, “cuando el presidente Hugo Chávez, exigió disculpas al gobierno colombiano por la detención de un guerrillero de las FARC en Caracas; un mes más tarde, Uribe y Chávez pusieron fin a este conato de conflicto y restablecieron las relaciones comerciales estancadas durante semanas”.

Hugo Chávez y Álvaro Uribe en un encuentro de ambos mandatarios en Bogotá

Mientras tanto en Colombia, un año después, en el cierre de campaña, en mayo 2006, Álvaro Uribe expresó: “No me tiembla la voz para decirle a las FARC que son terroristas porque asesinan la democracia”. Aun cuando las FARC habían exhortado a los colombianos a no votar por Uribe, éste logró el triunfo con el 62% de los votos, contra el 22% de Carlos Gaviria, candidato del Polo Democrático Alternativo y el 11,8% del liberal Serpa.

“En octubre de ese año 2006, tras un atentado atribuido a las FARC, Uribe hizo pública su decisión de poner fin a todo tipo de acercamiento y de adoptar únicamente el camino militar y policial para procurar el rescate de las personas que dicha organización mantenía secuestradas”.

Ataque al campamento de Reyes

“En la batalla emprendida por el presidente Uribe contra las FARC es de mención relevante el ataque hecho en la noche del 1º de marzo de 2008, cuando la aviación colombiana, en una impecable operación contrainsurgencia atacó al campamento ubicado en Ecuador, apenas a 1800 metros de la frontera colombiana con el rio Putumayo, que albergaba el principal mando del número 2 de la FARC (a) Raúl Reyes, dando muerte a éste y a otras 25 personas, unos miembros de la guerrilla y otros, visitantes y pasantes que hacían estudios y ampliaban sus conocimientos sobre el movimiento del grupo guerrillero”, relata el general Prieto Silva.

“La noche del 29 de febrero, como narran los protagonistas, el Ministro de la Defensa conjugaba las acciones de la Junta de Operaciones Especiales, que coordina las actividades secretas de la policía y el Ejército. El general Freddy Padilla, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, y el director de la Policía Nacional, Óscar Naranjo, en contacto directo con el presidente Álvaro Uribe, quien se encontraba en Medellín, dieron luz verde a la Operación Fénix”.

“A media noche cinco aviones Super Tucano despegaron de su base de Villavicencio, al sur de Bogotá. El ataque fue preciso con bombas de gran precisión. Cayeron muertos veintiséis personas entre guerrilleros e invitados. Solo sobrevivió una mujer. De inmediato entran en acción cuatro helicópteros Black Hawk con tropa de élite especial y policías judiciales colombianos, que se abren paso hasta el campamento con visores nocturnos y una cámara de video con la que firman el registro”.

“Entre los escombros encuentran el cadáver del objetivo principal, quien vestía pantalón tipo pijamas y una camiseta con el retrato de Tirofijo. Igualmente, en la oscuridad, con la cámara descubre unos maletines metálicos debajo de una mesa que dentro contenían tres ordenadores portátiles Toshiba Satellite, dos discos duros externos y tres memorias USB. Este hallazgo fue el mejor botín logrado, ya que en ellos guardaba Raúl Reyes todos los secretos de su organización”.

Vista aérea del lugar del bombardeo del 1 de marzo de 2008, realizado por fuerzas colombianas en el que murió el segundo de las FARC, Raúl Reyes, en Angostura, provincia de Sucumbios en zona fronteriza con Colombia. EFE/José Jácome/Archivo

“Conscientemente sabían las autoridades que su acción generaría una crisis diplomática por la flagrante violación de la soberanía ecuatoriana. No obstante, era de considerar la aceptación prudente del presidente Correa de Ecuador por lo ocurrido, pero su actitud fue encendida por el virulento discurso de Chávez quien actuó como el master jurista y comandante certero”.

“Hubo la crisis, que al final, con la participación de la OEA y el Grupo de Rio se resolvió parcialmente, aun cuando se mantuvieron la ruptura de las relaciones diplomáticas. Al fin de cuentas, la Operación Fénix es considerado el golpe más devastador recibido por las FARC en sus cuatro décadas de existencia, no sólo por la muerte de su número dos sino porque puso en manos del gobierno y el mundo, una verdadera mina de información sobre su funcionamiento interno, sus códigos secretos, sus estructuras internacionales y sus negocios de armas y drogas”.

“A los cinco días del ataque, fue asesinado otro miembro de la cúpula, Iván Ríos, por su propia escolta a cambio de una recompensa del gobierno. El 26 de marzo muere Pedro Antonio Marín, más conocido como “Manuel Marulanda” o “Tirofijo”. La guerrilla intentó ocultarlo, pero al cabo de dos meses el gobierno descubrió la noticia y las FARC afirman que su líder falleció “de un infarto cardíaco, en brazos de su compañera y rodeado de su guardia personal”, pero el ministro de defensa insistió en que Marulanda sucumbió a causa de las heridas causadas por un bombardeo del Ejército”, se lee en “Conflictos y Guerras del Siglo XX”.

La Operación Yari

Es relevante lo que narra Prieto Silva sobre la ofensiva que el Ejército colombiano hizo contra las FARC, llamada Operación Yari, que no era la única adelantada por las Fuerzas Militares en el país.

“En su momento de furor guerrillero, según el Comandante del Ejército desde el 1º de enero de ese año 1977 hasta septiembre, se habían adelantado 1430 operaciones contra grupos narcoterroristas de las FARC y el ELN, donde fueron dados de baja 597 delincuentes; capturados 1787 antisociales; incautadas 1622 armas; rescatados 110 colombianos y extranjeros que se encontraban secuestrados por narco guerrilleros. Las tropas se habían enfrentado en 542 oportunidades con delincuentes de las FARC, ELN y EPL”.

La narcoguerrilla siguió utilizando su estrategia clásica de la pulga: picar y saltar, según el general Prieto (EFE/Christian Escobar Mora/Archivo)

Para el general Prieto “la Operación Yarí tuvo como objetivo fundamental atacar al Secretariado de las FARC, neutralizar sus planes políticos, armados, financieros y consolidar esta área considerada por las FARC como zona de retaguardia estratégica”.

Recuerda que “cuando la narcoguerrilla construye un campamento, a la par diseña el plan de evacuación. En San Juanito (Meta), los campamentos estaban ubicados en cuevas a 15 metros bajo tierra, minadas en su alrededor. Por su aún limitada capacidad militar y operativa, la narcoguerrilla seguirá utilizando su estrategia clásica de la pulga: picar y saltar”.

El uso de mujeres y niñas

Es indispensable mencionar lo que subraya sobre “la crueldad en el trato y papel de la mujer en la guerrilla”, de las que muchas “no superan los quince años de edad. No se han enamorado. Algunas son huérfanas. Víctimas de la violencia doméstica. Otras, simplemente se refugian en las armas y la fuerza que ofrecen las guerrillas de Colombia para defender sus ideales políticos, o servir como instrumentos sexuales para satisfacer la ansiedad que producen la selva, el tiempo, ellas son las voces femeninas de la guerra”.

“De las seis mil mujeres que integran el Ejército de Liberación Nacional (ELN), 54% son niñas cuyas edades oscilan entre los 12 y los 17 años. También había mujeres en las desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Muchas de estas niñas y mujeres son utilizadas para fines sexuales de los comandantes, jefes de cuadrillas o guerrilleros rasos. Algunas se enamoran, desean ser madres y no logran soportar el embate de perder un hijo, por lo que deciden desertar”.

Foto de archivo. Una mujer baja las escaleras de su casa mientras un rebelde del Ejército de Liberación Nacional (ELN) descansa en las selvas del departamento del Chocó, Colombia, 31 de agosto, 2017. REUTERS/Federico Rios

Menciona que “el periodista francés Bertrand de la Grange y su esposa, la periodista española Maite Rico, quienes se han trazado como pauta de su profesión investigar, revelar y desenmascarar hechos noticiosos para demoler mentiras y mitos, habían hecho público una profunda y providencial investigación sobre las FARC y sus contactos con los gobiernos de Venezuela y Ecuador, a raíz de los correos descubiertos en el computador de Raúl Reyes. Publicaciones hechas en el diario español El País y en la revista francesa Paris Match”.

“Revelan evidencias sobre mensajes que muestran cómo el presidente Chávez y la senadora Piedad Córdoba dilataron el martirio de Íngrid Betancourt en vez de apresurar su liberación. Según los periodistas, Iván Márquez, en mensaje dirigido a Manuel Marulanda, dice textualmente: ‘Chávez propone lo siguiente: a) que hagamos una liberación unilateral de las mujeres (no de Íngrid) que creo que son dos, la del Huila y Clara con su hijo’. Al respecto refiere la indicación de Piedad Córdoba a las FARC: ‘Sobre todo no liberen a Íngrid. Nada tengo que ver con la propuesta de Sarkozy para obtener la liberación de Íngrid Betancourt’”.

El general Silva describe “como una estrategia de encubrimiento, cuando tres días después Chávez se apresura a proponerle a (a) Alfonso Cano, en su programa dominical Aló, Presidente, la liberación de todos los secuestrados sin pedir nada a cambio. A criterio de los periodistas, fue la única manera de confundir las cartas y no quedar mal parado frente a la familia de Íngrid Betancourt, a Cristina Kirchner y a cuantos en el mundo abogaban por el fin de este secuestro y veían en Chávez a un mediador confiable”.

La historia de la guerrilla en Colombia y por qué las FARC necesitan de Venezuela para su supervivencia - Infobae



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