Para Líderes Libres Derechos Humanos & Conservación Ambiental "se necesita un plan urgente e integral en diversas áreas" del país
Sebastiana Barráez/ jueves 6 de octubre 2022
@SebastianaB
“El tema eléctrico impacta a todo el país, no solo porque en el interior hay poblaciones que permanecen hasta 18 horas sin luz, sino porque involucra a varios actores, incluyendo al Ejército de Liberación Nacional (ELN), pues los grupos guerrilleros no permiten trabajar a los ingenieros eléctricos ni a los especialistas en el área eléctrica. Incluso están dentro del Campamento de CVG Bauxilum y comunidades aledañas Sin luz no hay Venezuela, porque no hay nevera, no hay estaciones de combustible, no hay metro, no hay comercio, no hay empresas”, dice Ángel Jesús Prato Espinoza, presidente de Líderes Libres.
En conversación con
Infobae dice que Maduro y su Gabinete “han tenido que recurrir a cortes de luz
por la inestabilidad del servicio eléctrico, aumentando las fallas, lo que
lleva a que en algunas ciudades y pueblos se apliquen recortes de 18 horas al
día. El terror de otro apagón está latente en Venezuela: se siguen produciendo
fuertes bajones de electricidad en muchas zonas del país; a está también se le
suma la ineficiencia de un pésimo manejo de la planta de alúmina”.
Anuncia que los venezolanos tienen un reto, este jueves 6 de octubre, a
las 10 de la mañana, cuando la organización Líderes Libres Derechos Humanos
& Conservación Ambiental, esté al frente de una protesta en la sede de
Corpoelec, antigua Cadafe, en la Av. Sánz de El Márquez en Caracas. “El reto es
a no dejarse morir de hambre,
luchando contra los esbirros que obstaculizan el Plan Eléctrico Nacional”.
La energía eléctrica mueve
al mundo, asegura Prato, para quien “hoy en Venezuela la escasez casi total del
servicio está deteniendo el desarrollo del país; existe un retroceso en todos
los ámbitos de las tareas humanas de los venezolanos, además de las inversiones
nacionales y extranjeras”.
Enfatiza que “Venezuela
está en emergencia eléctrica, requiriendo de la velocidad de la luz para las
actividades de: generación, transmisión y distribución en equipos necesarios
para el país, sin que se roben los recursos económicos entre militares y
civiles corruptos del Gobierno”.
El apagón eléctrico más grande
de la Historia de Venezuela fue en el año 2019 comenzando el 7 de marzo a las
4:55pm, hora local de Caracas. “Ese apagón duró 15 días continuos en los 23
estados y su Distrito Capital, causando muertes en hospitales y clínicas además
de crear graves problemas en las industrias, el transporte, en los servicios de
agua y múltiples saqueos a nivel nacional, principalmente en el estado Zulia”.
No duda Prato en señalar que “la carencia de electricidad en Venezuela es por falta de gerencia de operaciones en los sistemas eléctricos de los generadores y los distribuidores unidos por un sistema troncal de transmisión. La planificación de estos sistemas permite la estabilidad de los voltajes”.
Hace énfasis en que haya “voluntad
de querer reparar la empresa Corpoelec con los cerebros eléctricos humanos para
que pueda volver a operar el sistema interconectado creando la Oficina de Planificación
(Opsis) a través de la nueva Cámara Nacional Venezolana de Industria Eléctrica
(Canaveine)”.
Entre las medidas necesarias señala que “Venezuela necesita invertir en los equipos de generación, transmisión y distribución. Es necesario nuevo equipamiento en la planificación a mediano y largo plazo, para la potencia y la energía a 30 años en obras de generación y transmisión importantes, como pueden ser las hidroeléctricas y termoeléctricas a vapor. La construcción e instalación de estos equipos es de 4 a 8 años, según el tipo central”.
“El colapso de la empresa
eléctrica estatal Corpoelec es por la falta de mantenimiento, el
desabastecimiento de combustible de las termoeléctricas, la corrupción en el
área eléctrica, los bajos salarios de los empleados y la inexperiencia en el
campo de trabajo eléctrico, así como también la fuga de cerebros, personal
humano calificado que se fue del país por la crisis migratoria venezolana
generada por Nicolás Maduro”.
El panorama se agrava
porque “al cierre del primer semestre del 2019, y de los años venideros 2020,
2021 y de lo que va del año 2022 nada se ha rehabilitado en CVG Alcasa y aún no
hay señales de una pronta reactivación de su producción, a pesar de que Nicolás
Maduro prometió el reimpulso del Complejo Industrial”.
No deja de mencionar la
inseguridad en la Amazonía venezolana “por la presencia de la guerrilla
colombiana ELN, también del Frente de Guerra Oriental de Colombia y de grupos
armados organizados (GAO) residuales. No olvidemos que la frontera entre Colombia
y Venezuela está a solo 100 km de la mina de bauxita de Los Pijiguaos por la
troncal 12, detectando la presencia de estas organizaciones terroristas en la parroquia
Los Pijiguaos, en el campamento de CVG Bauxilum y en las comunidades cercanas”.
Está convencido Prato que
esos grupos “son utilizados para mantener el miedo”, además de utilizarlos para
otras actividades, “como la explotación y comercialización del coltán de manera
irregular, en la zona de El Parguaza, municipio Cedeño del estado Bolívar. El
aislamiento natural de la mina, ubicada en el centro geográfico del país donde
nace el aluminio, se debe atender de forma especial, para brindar un ambiente
laboral amigable, seguro, y productivo”.
Cree que la prioridad es
“evitar la deserción de personal valioso y adiestrado, es decir la fuga de
cerebros. Todos estos determinantes sociales, que afectan al trabajador y su
ambiente laboral, fueron establecidos como premisas, al momento de diseñar el
proyecto minero Los Pijiguaos, a finales de los 80, y se ha perdido en la
última década, ocasionando también la pérdida de los servicios públicos, bancos
comerciales, puntos de ventas, comercios, agricultura y ganadería”.
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