Dan órdenes, sean activos o retirados de cualquier componente de las Fuerzas Armadas. Pretenden imponerse por encima de protocolos de seguridad, de recomendaciones médicas, de la asignación de personal. Todo con la excusa de la revolución.
Sebastiana Barráez/ domingo 25 de julio 2021
@SebastianaB
Es
la herencia que dejó Hugo Chávez desde que nombró, como Ministro de Salud, al Mayor General Jesús
María Mantilla Oliveros (2007-2009), al general (Ej)
Carlos Alberto Rotondaro Cova (2009-2010), le siguió el coronel (Av) Luis Reyes
Reyes (febrero a mayo 2010), después la coronela (Av) Eugenia Sader Castellanos
(2010-2013), quien dejó una vergonzosa estela de corrupción, aunado a que
también los militares controlaron durante años el Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales (IVSS).
Los
militares dan órdenes, sean activos o retirados, sean de la Guardia Nacional o
de la Guardia del Pueblo o cualquier componente, pretendiendo imponerse por
encima de protocolos de seguridad, de recomendaciones médicas, de la asignación
de personal. Todo con la excusa de la revolución. Esa acción es más perversa
aún si quien lo hace pregona estar amparado por altos funcionarios militares,
del Ministerio de Salud y del Seguro Social.
Un
hecho significativo sucede con Joelvic José Delgado Colina, Sargento Primero retirado
de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), y quien así se presenta para
presionar o amenazar. Es el encargado de la vigilancia del Hospital Tipo III
“Dr. Rafael Calles Sierra”, perteneciente al Instituto venezolano de los
Seguros Sociales, ubicado en Punto Fijo, estado Falcón.
El cargo de Delgado Colina está adscrito
a la Dirección General de Prevención y Control de Pérdidas (PCP) del Seguro
Social, y publica ser Jefe de la ZISS Falcón (Zona Integral de Seguridad de la
Salud) en el IVSS, desde donde se dedica a perseguir a mujeres médicos
de ese Hospital, sin que ninguna autoridad del Hospital o del Seguro dé la cara
por ellas, víctimas de un individuo misógeno cuando de mujeres profesionales se
trata.
Con la excusa de ser chavista y revolucionario, el funcionario de vigilancia, quien vive en Punta Cardón, Punto Fijo, municipio Carirubana, y tiene adscrito un Centro de juegos y Apuestas, violenta las normas de la institución hospitalaria, los protocolos de seguridad, lo que ha llegado a convertirse en un grave riesgo de muerte para pacientes, personal del Hospital y población en general, porque Joelvic Delgado dispone el ingreso discrecional de familiares y amigos, así como ordena que sean hospitalizados pacientes en zonas de COVID, que no cuenta con las camas requeridas debido al alto número de contagiados que hay en la península de Paraguaná.
El militar tiene amistad con médicos que no pertenecen al Hospital, a quienes pretende facilitarle el ingreso de pacientes sin referencia médica, pero también se ha encargado de relacionarse con familiares de pacientes a quienes predispone contra el personal médico del Hospital Calles Sierra.
Delgado
Colina da órdenes a las doctoras del Hospital Calles Sierra para que ingresen
pacientes, para que dispongan tratamientos, para que permitan el ingreso de
personas ajenas o que no están permitidas en esas áreas, algunas sin las
mínimas medidas de protección. Las profesionales que se han negado a seguir las
órdenes del vigilante son denunciadas por él directamente o por interpuesta
persona, señalándolas de actos de corrupción.
Lo
más grave de la persecución del funcionario es que ha usado a familiares de los
pacientes del Calles Sierra para que publiquen fotos, nombres y datos
personales de las doctoras, ya que él, por el cargo que ocupa, tiene acceso a
información privilegiada del personal del Seguro Social, además que el régimen
venezolano maneja listas, data de millones de personas sean o no funcionarios
públicos.
Por
otra parte, Joelvic Delgado, quien alega ser amigo personal de la presidente
del IVSS, abogada Magaly Gutiérrez Viña, y ser compañero de un oficial adscrito
al Seguro Social a nivel nacional, se ha encargado de difundir información
sobre las doctoras del Hospital, incluso en
cosas relacionadas con la vida personal de las damas.
Si
bien es cierto, que hay problemas por falta de insumos, por el elevado número
de pacientes con Covid, por escasez de personal, porque siempre hay personal
subalterno que alega necesitar ayudas personales en nombre de la crisis del
país, también lo es que la mayoría del personal trabaja con esfuerzo, mística y
dedicación, muchas veces en condiciones adversas ante una pandemia que agarró
de sorpresa al mundo.
El 24 de abril del año pasado dos doctoras del Hospital Calles Sierra fueron detenidas. Con frecuencia Joelvic Delgado hacía requisas en el dormitorio, con marcada insistencia en las guardias de las doctoras a quienes vigilaba de manera sistemática. Otras veces había encontrado insumos que el personal dejaba tirados.
Ese
día la emergencia del Calles Sierra estaba a reventar. Delgado Colina le dice a
una de las doctoras que le abra la puerta del dormitorio y ella le responde que
le dé unos minutos mientras deja a alguien para que ingrese a unas
parturientas.
Cuando
llega al cuarto, la doctora se da cuenta que en la puerta no hay cerradura
alguna, por lo que extrañada le dice al vigilante y al otro que lo acompañaba
que para qué la buscan si en esa puerta no hay cerradura. “Es que alguien debe
estar presente”, le responde Delgado.
La
doctora empuja la puerta y de inmediato ingresa un funcionario de la Guardia
Nacional, quien entra al baño y mira rápidamente, después se sube a la cama y
saca del techo una bolsa con unas ampollas. Delgado Colina, levantando la voz,
pregunta qué hace eso ahí; la respuesta de la doctora es que ella viene
llegando de la calle y no sabe nada de eso y se retira hacia la emergencia.
Posteriormente
se presenta la Policía Nacional y cuatro de esos funcionarios escoltan a la
cirujana hasta la dirección del Hospital Calles Sierra, donde hay varios
guardias nacionales, Joelvic Delgado, el director Chirino Fonseca, otros
médicos, quienes estaban conversando. De repente sacan a los médicos y solo
quedan las dos cirujanas con los funcionarios militares y policiales. Sobre la
mesa había gran cantidad de insumos médicos.
Les
dijeron que las dos mujeres debían ir a la sede de la Policía Nacional a dar
declaraciones, hecho que fue aceptado por los directivos del Hospital. Ya en la
sede de la PNB, el comandante de esta da la orden que les coloquen las esposas
a las dos mujeres médicos y las detengan, siendo trasladadas a un cuarto, donde
las desnudaron para requisarlas, les quitaron las pertenecías que tenían
encima, les colocaron las esposas y les tomaron fotos para reseña policial.
Ahí las cirujanas se enteraron de que quien llamó a la PNB, a la GNB y denunció fue Joelvic José Delgado Colina. Todo el día permanecieron las médicos esposadas y sentadas en unas sillas, hasta que en la noche llegó la Fiscal Superior, se hizo el procedimiento requerido, sin que hubiese pruebas algunas más que la denuncia de Delgado por lo que las dos mujeres fueron dejadas en libertad plena al día siguiente después de la audiencia.
Cuando las mujeres se reincorporan a su trabajo, Delgado Colina se dedicó a perseguirlas, a acosarlas, hasta que una de ellas decidió no seguir en el Hospital Calles Sierra.
Con la advertencia de que él es militar, amigo de la alta jerarquía del Seguro Social y de la Fuerza Armada, Joelvic Delgado ha denunciado que hay personal que cobra por atender a los pacientes en el hospital. Algunos familiares de pacientes han dicho que hay enfermeras que cobran por prestarles atención y otra vez aparece Delgado, indicando a las enfermeras y a cuatro mujeres médicos, contra quienes atenta para que se haga publicaciones anónimas a través de portales de difusión de información local.
Incluso familiares de un paciente aseguran que ellos les pagaron a unas enfermeras, pero Delgado Colina insiste en señalar las doctoras, sin que ninguna autoridad dé respuesta a eso, aunado a que no solo las acosa, sino que incurre en violencia contra la mujer de manera impune.
La única respuesta a eso es la supremacía militar en cargos de la administración publicación, donde un sargento sin estudio se cree con el derecho de ordenar procedimientos médicos a doctoras reconocidas.
Bien día estimada Sebastiana.
ResponderBorrarMe siento realmente excelente el leer sus reportajes, incluso son hasta heroicos en tiempos de represión. Le tengo una sugerencia, de ser posible, que sus denuncias sean algo más prolijas y no tan atropelladas, algunas veces me pierdo en su relato. Lo digo para ser un poco más creíble la denuncia.
Gracias...
Lamentablemente es real, no es fantasía, conozco ése mundo Sebastiana, también he sido víctima, nuestras instituciones están podridas
ResponderBorrarEso que usted refleja es completamente cierto a todos los niveles hanpa uniformada prudricion total
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